Adriana
Mes y medio después
Arreglo nuevamente mi vestido azul, espero a Noah quién me ha invitado a salir. Dijo que sería una ocasión especial.
Creo hoy finalmente se lo diremos a Odette y también a Paolo.
Lo he intentado, decirle a Paolo, pero últimamente ha estado tan estresado y molesto que casi no lo he visto. Y eso que vivimos juntos.
De verdad, me siento mal por no decirle.
—Adriana.
Sé de quién es esa voz.
—Cariño —dice tomando entre sus brazos para besarme.
Me besa como si fuera ayer cuando dijo que sólo necesitaba una oportunidad.
—¿Lista? —pregunta en mis labios.
Asiento con la cabeza.
—¡No puede ser! —exclamo con admiración—. Es la cafetería.
—Nuestra cafetería —dice besando mi mejilla—. Es nuestra por está noche.
Nuestra.
Veo una mesa en el centro de la cafetería. Realmente hermosa con su decoración y los adornos, la comida. También hay un hermoso arreglo floral.
—Es hermoso —digo caminando hacia la mesa.
—Sólo para ti —susurra en mi oído.
Nos sentamos a la mesa. Entonces aparece la camarera que siempre nos atiende cuando venimos al café. Esbozo una sonrisa y ella me la devuelve. Nos entrega unos menús y se va.
Después de comer, la comida fue deliciosa, el postre, pues sin palabras. Nos han servido galletas y porciones de pastel, realmente celestiales al paladar.
—Gracias —digo a Noah quién termina de limpiar su rostro—. Esto es muy hermoso.
Sonríe y después se pone de pie.
—Es un linda noche, ¿no? —dice volviendo a sentarse—, dijeron que no habría demasiado frío.
No tengo duda de que está nervioso.
—Ya vuelvo —dice poniéndose de pie y caminando hacia el baño.
Me quedo sola y sonrío.
Noah, mi Noah. Lo amo tanto. Cuando fue a verme a mi apartamento y dijo que quería enamorarse por completo de mí. No podía decir que no.
Alzo la vista y Noah está de regreso, se sienta frente a mí.
—Está bien —toma mi mano y suspira—. Está es la verdad.
Lo veo a los ojos, se ve nervioso.
—Hace un tiempo me di cuenta que quería ser más que sólo tu amigo. Ser una persona que ocupe un lugar especial en tu corazón.
Noah me toma ambas manos y las acaricia.
—Estoy enamorado de ti -lo dice con seguridad—. Enamorado de tu sonrisa, de esos preciosos ojos, de esa mirada tan cariñosa cada vez que me observas —él sonríe y yo también lo hago—. Hoy puedo decir con toda seguridad de que...
Mi corazón se acelera y siento como mi respiración se agita.
—Te amo —sentencia y me quedo muda.
—Te amo, Adriana —declara, entonces se pone de pie y sin soltar mis manos se acerca—, y ciertamente siempre te amaré.
Abro la boca para decir algo, pero no puedo. Noah acaba de decir que me ama.
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Adriana y Noah © (J #1.5)
Teen FictionAdriana es una chica muy inteligente, sabe cómo manipular a la gente a la hora de hacer negocios, es toda una negociante maestra. Con dieciocho años y sin experiencia decide trabajar cómo asistente de una futura estrella de tenis, pero lo que no pre...