18 | Epílogo: ...Para Siempre

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Noah

Seis Años Después

El tiempo se pasa volando, así dice un refrán por ahí.

Tiene razón.

No hay muchas cosas que han cambiado con respecto a mi relación con Adriana.

Excepto bueno que ahora ella ya no es mi novia, ella ya no es sólo la chica con la que solía compartir cada miércoles en esa cafetería. Ella ahora es mi esposa, mi dulce y hermosa esposa.

Recuerdo todavía cuando le propuse matrimonio, habíamos estado saliendo por casi cuatro años, cuatro hermosos y magníficos años. Yo deseaba ser algo más para ella, ser la persona con la que pasará el resto de su vida, así que lo hice, compré un anillo de compromiso y se lo pedí.

Por supuesto, ella acepto al instante. La boda se realizó dos meses después, fue realmente una bella ceremonia. Aún recuerdo cuando hizo su caminata por ese pasillo de la iglesia hacia mí, se veía radiante y muy bella.

Fue un día memorable para mí.

La llevé a una playa para nuestra luna de miel, ella estaba encantada, ama el sol, la arena y el mar.

Fueron otros días memorables.

Después le di una sorpresa al volver, ella ahora era mi esposa y de ninguna manera iba a vivir en mi pequeño apartamento. Le compré una casa, ella estaba atónita y sin palabras la primera vez que la vio. Poco después, nos tomamos nuestro tiempo para hacer de ella un hogar.

Fueron otros días memorables.

Ella se fue de viaje, por supuesto, aún seguía siendo representante de su jugador de tenis estrella, Paolo. Odiaba verla viajar tanto tiempo, eso me era desesperante.

Justo casi hace un año, fue cuando me dio una noticia que cambió mi vida. Ella llevaba en su vientre a nuestro pequeño bebé.

Fue otro día memorable.

Definitivamente uno de los días que más voy a recordar, fue cuando nuestro bebé nació.

Pequeño, frágil, hermoso y realmente tierno. Bebé Noah Junior nació.

El día más feliz de mi vida.

Sonrío mientras salgo de la cafetería, he comprado un par de cosas.

Observo el asiento del copiloto, se que ella va a amar su regalo. Veo el semáforo ha cambiado a verde, así que arranco el auto hacia mi hogar.

Mi hogar.

En donde me espera la mujer más hermosa de todo el universo, la mujer que amo y ciertamente siempre amaré.

Estaciono frente a la casa, nuestra casa. Bajo del auto, saco su obsequio, se que lo va a amar, por supuesto, son porciones de pastel y galletas. Hago mi camino hacia la puerta, éste se encuentra decorado con distintas flores. Mismas que Adriana ha plantado, ella a hecho de este lugar un hogar.

Introduzco la llave, giro la perilla y entro cuidadosamente. Quiero sorprenderle, camino sigilosamente y la veo en la cocina, está limpiando algo.

Dejo la bolsa sobre la mesa sin hacer ruido y me acerco a ella, la abrazo e inmediatamente siento sus manos también rodearme.

—Lady Adriana —digo besando su mejilla y después sus labios.
Ella sonríe al separarnos.

—Veniste temprano —dice un poco avergonzada.

—Si, yo debía venir luego —expreso mientras la tomo entre mis brazos, la cargo y la hago girar en el poco espacio de la cocina.

—¿Cómo está? —pregunto besando sus labios.

Adriana y Noah © (J #1.5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora