07 | Enamorada

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Adriana

Dos meses después

Quién diría que uno se puede enamorar en tan poco tiempo. Bueno es lo que me ha sucedido en estos dos meses. He salido con él cada semana, nos hemos encontrado en el café, cada semana el mismo día y a la misma hora.

He conocido más a Noah, también he hablado más con él. Realmente siento que lo conozco durante mucho tiempo.

Él se ha convertido en una persona muy importante para mí.

Debo decir que estoy enamorada de él.

¡Si, así es!

¡Estoy enamorada de Noah!

Es sólo que nunca antes me había sentido así, saber que él me quiere por quién soy y que yo lo quiero por quién él es.

Pero hay un pequeño problema, siempre que nos hemos acercado lo suficiente, él se aleja.

Es algo que me tiene confundida. Estoy empezando a pensar que tal vez, él sólo me considera su amiga.

Es sólo que, siempre que estamos juntos, al terminar el día, cuando es la hora de despedirnos, me dice cosas realmente hermosas, pero después, de repente se arrepiente y simplemente se aleja.

Es un poco frustrante, pero me no voy a rendir. Trataré de ser más persuasiva, voy a enviarle señales para que sepa, lo que quiero decir.

~~~~~~~

Me veo en el espejo del baño del hospital en el que Noah trabaja, en cualquier momento voy a encontrarme con él.

Veo que mi vestido corto de flores, este bien arreglado, mi gorro de lana con una estrella brillante de plata también está bien, mis zapatillas estén limpias.

Sólo espero que no piense que lo estoy siguiendo o algo así.

Aunque sí, lo estoy siguiendo. Bueno, más o menos.

Tomo mi bolso y salgo del baño. Me dirijo hacia dónde está su área de trabajo. Falta poco para que termine su jornada diaria, así que decidí sorprenderle.

Me siento en la sala de esperas, tomo una revista y empiezo a hojear para pasar el tiempo.

—¿Adriana? —pregunta la voz angelical de Noah.

—Hola —digo poniéndome de pie y besando su mejilla—, te dije que quería ver dónde trabajabas.

—Está bien —dice tomando mi mano—. Sólo debo atender a otro paciente y entonces podré verte.

Entonces desaparece y toma un expediente que una enfermera le da.

Me siento nuevamente y termino de hojear la revista. Después de media hora, veo a Noah salir muy sonriente.

—Realmente querías ver donde trabajo, ¿verdad? —pregunta sentándose a mi lado.

—Es sólo que me da mucha curiosidad —digo disimuladamente—, ya sabes, saber que es lo que haces.

Él sonríe, me doy cuenta de que no se ha molestado para nada.

—Vamos —dice tomando mi mano.

Empezamos a caminar por un pasillo, después veo que todo cambia, quiero decir hay demasiados colores en las paredes y muchos murales con dibujos animados de niños.

—¿Eres fisioterapeuta de niños? —pregunto cuando veo un área dónde hay varios cuartos en los que hay juegos infantiles.

—Si, así es —dice abriendo una puerta para mí.

Adriana y Noah © (J #1.5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora