Noah
Conduzco hacia el edificio de Adriana. Ayer nos fue bien con Odette, ella reaccionó bien, de hecho reaccionó como se supone que lo haría.
Mi Patito está herida, ella está herida y no se que hacer. Lo único que puedo hacer es estar allí para ella.
Me preocupa un poco la reacción de Paolo, no lo conozco tan bien como Adriana, así que no sé.
Creo que debimos haberles dicho hace tiempo. Me siento un poco culpable.
Llego hasta el apartamento, reviso mi esmoquin, también las flores que he comprado para ella, es un pequeño detalle. Toco a la puerta y ella abre.
Se ve tan radiante y especial como siempre, con sus hermosos ojos azules. Hoy lleva puesto un vestido beige corto, se ve muy linda.
—Hola Preciosa —digo como un casanova, ella me sonríe—. Estas flores son para ti. Hermosas flores para una hermosa dama.
Le entrego las flores, ella las toma y después me abraza. También la abrazo, pero me acerco a su rostro y la beso.
Al separarnos, veo que ella está nerviosa.
—Todo saldrá bien —susurro en su oído.
—Pero pasemos a la sala —dice Adriana aún nerviosa.
Caminamos por el pasillo, yo tomo la mano de Adriana. Alzo la vista y cuando Paolo me ve entrar, se queda atónito.
—¿Supongo que no me esperabas verdad? —digo para romper la tensión del momento.
Paolo niega con la cabeza, ve hacia el suelo, esboza una pequeña sonrisa pero después veo que su expresión cambia.
—Necesito un minuto —dice saliendo al balcón.
Veo a Adriana, su mirada está descompuesta y triste. Tomo su mano y la beso. Ella esboza una leve sonrisa y se dirige hacia el balcón.
Veo como Adriana se acerca, pero Paolo camina de un lado para otro, está muy molesto.
—Paolo —murmura Adriana y después pregunta tiernamente—. ¿Te encuentras bien?
Veo la tensión en el rostro de Paolo cuando levanta su dedo índice, pero después no resiste más y habla.
—Tu la veías Adriana —manifiesta muy molesto—. Sabías como estaba ella y no me dijiste nada. Yo sufría por no saber nada de ella y tú simplemente no dijiste nada.
Me acerco un poco más para ayudar a explicar todo.
—Yo... —balbucea Adriana—, yo no podía decirte, al igual que Noah no le dijo nada a ella de ti.
Mi chica trata de que él este tranquilo, pero Paolo se ve realmente muy molesto.
—Es diferente Adriana —escupe con dolor y resentimiento—. Me mentiste.
Puedo ver el rostro de mi Adriana totalmente descompuesto, no sabe que decir. Se siente culpable. Llego mi hora de intervenir.
—Ella no te mintió, solamente hizo lo que le pedí —digo defendiendo a Adriana—. Le dije que no te dijera nada de Odette. Ella ha sufrido mucho por tu culpa, creo que ya era hora de que tu también.
Bueno, eso era en parte verdad, Patito ha sufrido mucho por él.
Él sonríe sarcástico. Después se queda viendo el suelo en total agonía.
—Ella me odia ¿verdad? —pregunta sin esperanza después de un minuto—. Es por eso que no dijiste nada.
—Ella no te odia —expresa Adriana con cariño—, bueno quizás un poco, pero no te ha olvidado.
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Adriana y Noah © (J #1.5)
Teen FictionAdriana es una chica muy inteligente, sabe cómo manipular a la gente a la hora de hacer negocios, es toda una negociante maestra. Con dieciocho años y sin experiencia decide trabajar cómo asistente de una futura estrella de tenis, pero lo que no pre...