La última hija de Artemisa- Fuera de control.

Camino dormida

Casio (P.O.V.)-

Me encontraba sentado en las escaleras de la cabaña de Hermes, era mi hogar temporal mientras estaba en el campamento mestizo. Todos eran amigables ya que creían que era griego y no había sido reclamado por mi padre o madre divino. Los primeros meses me paseé alrededor viendo como era el lugar; y me sorprendía la falta de orden y disciplina. Sí había horarios (el cual yo seguía rigurosamente...usualmente), pero la mayoría de los campistas se regían solos. Tal vez la única regla que se respetaba en ese lugar era el toque de queda antes de las 11 de la noche, pero eso era solo por la amenaza de ser devorado por las arpías.

—Estorbas—escuché una voz, levanté la vista para descubrir a Connor, bufé—tranquilo solo bromeaba—sabía que bromeaba, Connor y yo éramos casi amigos. Pero en ese momento no estaba de humor para pequeños insultos e ingeniosas contestaciones—¿estas bien?

Negué con la cabeza—Elizabeth es...

—Difícil. Ya deberías de haberte dado cuenta.

—Sí pero...no entiendo.

—¿Qué hizo?

—Quiere irse—dije con un quejido—quiere irse y no entiendo porque, sé que dice que quiere ver a sus padres pero los vio hace poco, y tal vez exagero...

Connor frunció el ceño y se sentó—No. No lo creo, no sería la primera vez que Eli se va sin una buena explicación—lo miré confundido—Mira, cuando ella quiere a alguien, como a ti y a mi—explicó—hace todo para protegernos, y lo hace a su manera y no le gusta que nadie lo sepa.

—No entiendo que quieres decirme.

—Si Eli está actuando raro otra vez, y está más irritable que antes; significa que algo le preocupa. Está tratando de protegernos de algo.

—¿Cómo estás tan seguro?

Se encogió de hombros—Dentro de su impredecibilidad, es en realidad algo predecible—dijo la frase más contradictoria que he escuchado—primero se fue para proteger a Luke, la segunda vez quiso salvar a Matt y la tercera ahora...quiere proteger a...alguien. Así que decide irse.

—No estoy convencido por tu teoría.

—Solo considérala, y si quieres mi concejo...

—No quiero tu concejo—dije malhumorado.

—Mantén un ojo sobre ella—dijo.

—Extremista ¿no crees?

—Oh no, salir con Elizabeth es extremista—dijo con una risa—esto es humm; precaución.

—¿Entonces que hago solo me escondo entre los arbustos y la observo?

—Sabes yo estaba bromeando—dije a Connor.

—Yo no—contestó con voz cantarina mientras se asomaba entre los arbustos.

Llevábamos 20 minutos viendo la cabaña de Artemisa sin que nada interesante ocurriera. Me recargué en un árbol y suspiré.

—En el caso de que ella salga huyendo, ¿qué haremos?—pregunté.

—No te preocupes, lo tengo cubierto—levantó un par esposas.

Enarqué las cejas—¿Dónde conseguiste eso?

—Bueno esto no lo saben muchos pero una vez nos arrestaron—contó—a Travis y a mi; pero obviamente nos escapamos. Y guardé las esposas como souvenir.