La última hija de Artemisa- Fuera de control.

Epílogo-El chico que todos han estado buscando

Besties, hemos llegado (gracias a los dioses) al final de LUHDA4, no lloren, no sufran, celebren porque esta cuarta parte fue la más difícil para mi por escribir. Pero ha llegado a su fin y la dejaremos morir en paz...y ahora viene...en su wattpad más cercano...dentro de un tiempo porque estoy en la universidad y casi no tengo tiempo para sentarme y planear la historia...pero pronto llegará...LA ULTIMA HIJA DE ARTEMISA 5!!!! Estén atentos para cuando la publique, dejen comentarios sobre qué quieren que pase y tal vez los tome en cuenta ;)

Bueno los adoro besties, un abrazo enorme!!

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Elizabeth (P. O. V.):

Finalmente las cosas estaban yendo bien, faltaba menos de una hora para que llegáramos al campamento Jupiter y el resto del viaje había sido tranquilo, bueno tan tranquilo como puede ser para un semidiós. Un par de venti estuvieron molestando la noche anterior, y antes de eso una quimera salto a la borda destruyendo varias cosas pero nada que un par de flechas y un golpe con la espada no pudieran solucionar.

Me encontraba cerca de la cabeza de festus manteniendo guardia (lo cual detestaba, tenía que ver constantemente que tan alto estábamos). Piper y Annabeth se encontraban practicando en la borda, Jason y Connor estaban practicando también, el entrenador Hedge estaba junto a Leo aburriéndolo hasta la muerte con anécdotas-probablemente falsas-sobre las muchas bestias que había derrotado en el año.

Casio...Casio estaba caminando hacia mí—¿Cómo va todo?—preguntó.

—Aburrido—contesté—no ha habido monstruos en todo el día. Lo cual es extraño considerando dónde estamos.

—Debe ser porque estamos cerca del campamento—comentó Casio—ya pasamos lo peor. Entonces...¿qué has pensado sobre, ya sabes...?

Mierda, nada, no había pensado en nada aún—¿Sobre qué?—decidí hacerme la tonta.

Casio me dio una de sus miradas que indicaban que no se creía mi mentira—Eli...

—Ya, okey—dejé de observe el paisaje y me senté en la borda—creo que estaría bien quedarme en el campamento contigo—dije con una pequeña sonrisa.

—¿Enserio?—el romano se sentó junto a mí—creí que sería más difícil convencerte...

Levanté una mano para callarlo—No me quedaré todo el año y visitaré a mis padres regularmente, pero supongo que puedo quedarme durante el verano y parte del año escolar. Eso está bien ¿no?

—Es perfecto, y como tus padres me aman—rodé los ojos ante su comentario—me puedo quedar con ustedes cuando regreses a Nueva York.

—O te puedes quedar en el campamento mestizo—sugerí.

El chico hizo un puchero—Pero eso arruina todas las posibilidades de diversión—dijo Casio acercándose aún más a mí.

Entrecerré los ojos—Claaaro—me alejé un poco—no sé cual es tu idea de diversión pero desde ahora te digo eso no va a pa...

—¡Llegamos!—Leo gritó desde el timón.

Todos paramos lo que estábamos haciendo, me asomé por la borda. Cerca, muy cerca se veían los campos de Marte del campamento Jupiter, también se veían las casas de las diferentes cohortes y pequeña Roma. Miré a Casio quien estaba sonriendo, estaba en casa.

—Muy bien, ¿todo está en orden Leo?—Annabeth preguntó.

—Si señorita—dijo el chico.

—Muy bien, entrenador...escuché que hay un campeonato de artes marciales, no querrá perdérselo.