Capítulo 1

288K 14.8K 3.9K
                                    

Al terminar la clase de autodefensa caminaba en dirección a las duchas, con mis amigas Stephanie y Cloe. Dos chicas rubias de ojos azules y cuerpos esbeltos, características muy comunes aquí ya que en los pasillos era muy constante la frase “ellos las prefieren rubias".

Aunque suene algo arrogante y superficial, debía admitir que una mujer poco agraciada no tendría oportunidad de conseguir un buen marido. Seamos honestos, compitiendo con estas chicas una mujer “fea" no sería buena inversión para ellos, por lo que sin buenos atributos no tienen ninguna oportunidad aquí.

Y no es por alardear pero debido al exigente régimen alimenticio y el arduo ejercicio que debemos llevar a cabo, en nuestra cotidianidad, tener una buena figura no es del todo difícil.

— ¡Mónica!—un grito lejano me devuelve a tierra firme. — ¿Me estas escuchando?—Caminé rápidamente hasta llegar a las chicas, pues me había rezagado.

—Cálmate, Sthep, sabes que ella siempre está inmersa en sus pensamientos. — intervino Cloe.

—Sí, no es para tanto. — Sonreí para restarle importancia al asunto. — ¿Qué me estabas contando?- le pregunté.

—Te decía que dentro de unas semanas es la graduación, estoy muy nerviosa, espero ser la elegida de algún tipo sensual y no de un viejo rabo verde. — comentó preocupada.

»Es cierto, lo había olvidado por completo. «

— Bueno mi tío tiene un límite para las elegidas, según él me contó, desde un principio advierte a los hombres que no pueden tener más de 15 años de diferencia con las chicas. Aunque ahora que lo pienso, existe una cláusula más. — intento recordarla. — Salvo que la misma acceda. —Vi los rostros de mis amigas relajarse un poco. —Para eso será el baile este viernes, así podréis conocer a vuestros futuros esposos. — les dije con algo de fastidio pues no entendía por qué mis amigas hacían esto, pero aun así las adoraba y quería verlas felices, aunque no estuviera de acuerdo con ello.

Ambas comenzaron a dar brinquitos alegres y yo sólo las observaba preguntándome »¿Cómo una mujer podía arriesgar toda su esencia por codicia?« No quería juzgar a nadie, ni ser una hipócrita pues ellas son mis amigas, pero no justifico la manera en la que todas las chicas de la academia se esfuerzan por ser “las mejores" para al final terminar siendo las esposas sumisas de criminales o políticos... es absurdo.

¿Para qué esforzarse tanto? Si terminarás escondiéndote tras escoltas o en una gran mansión. —¿ Por qué no festejas con nosotras?— preguntó Cloe mientras nos adentrábamos en las duchas.

—No me interesa ser la esposa de algún criminal. — le contesté sin dudar. — ¿Cuándo vais a comprenderlo? No estoy dispuesta arriesgar mi vida sólo por algún imbécil. — abrí mi casillero y saque mi bolso con la ropa limpia.

— ¡Cómo que arriesgar tu vida!— Sthep rodo sus ojos algo irritada. —Te recuerdo que eres la más ruda de todas nosotras. Tienes 20 en todas las materias, Mónica, peleas y disparas como una asesina en serie, serias la esposa perfecta.

»Sí claro la esposa perfecta que le salvaría el trasero a su marido, cada que se mete en problemas«

— ¡No seré la esposa de nadie, Sthep!—le grité y ella dio un paso atrás, algo intimidada.— Lo siento.—ella solo encogió sus hombros restándole importancia mientras se introducía a la ducha con sus cosas.

—Entonces...— escuche mientras el agua caía en la ducha del frente.— ¿No irás a la fiesta?

—Cloe, si estaré en la fiesta, pero no seré una de las subastadas.— comencé a desvestirme para entrar rápido al agua caliente.

La Elegida De Un MafiosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora