Capítulo 7

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POVS Marcus

¿Escuche bien? ¡Mónica es Virgen! Cada día me sorprende más.

—Lo siento sí— pego mi cabeza en la puerta para que me escuche mejor— No quería ofenderte Mónica— me cruzo de brazos y afinco mi espalda en la puerta.

—No hay cuidado tu no sabías— dice desde adentro y sé que está más tranquila.

—Claro que no lo sabía, es decir eres hermosa enserio me sorprendes—masajeo mi cabeza y suspiro— Deberían hacerte una estatua o algo sí— Digo sin pensar pues realmente estoy sorprendido.

—¿Te burlas de mí?— la escucho decir y eso me hace reír ella siempre tiene algo nuevo que decir.

—¡No! ¿Cómo crees?— no me responde, así que pienso que me ignorara. Pero me equivoco ella abre la puerta y caigo sobre ella.

—¡Marcus quítate!— Chilla.

No la obedezco ¿Por qué debería hacerlo? Lo que si hago es cambiarme de posición, Me giro rápidamente y la sujeto de sus mano tal y como aquella vez en el rin.

—¿Quieres otra patada en tu pene?— me pregunta y yo la observo seriamente.

—No creo que quieras hacerlo de nuevo— le digo acercándome a su boca.

—¡Ni se te ocurra besarme!— grita.

—¿Por qué no?— le pregunto desafiante es obvio que ella se siente tan atraída hacia mí como yo por ella.

—Es algo que no vas a entender.

—Explícamelo, creo poder comprenderlo— No creo que sea tan difícil.

—Está bien... Pero no en esta posición— la entiendo así que me pongo de píe y la ayudo a levantarse.

—¿Vamos a la sala?— me pregunta y suelto un bufido. Salgo de la habitación y camino con ella, no me gusta hacerle caso así que me dirijo a mi estudio.

—Eres rebelde— La escucho decir tras de mí.

—Igual que tú...

Minutos después.

—¿Es enserio?— Le pregunto aun sin poder creerle.

—Si Marcus— no puede ser cierto— Quiero ser como tú— me dice y siento que palidezco, no puedo hacerle eso ¡No a ella!

—Es muy serio lo que me pides—le digo esperando que se arrepienta, pero no lo hace.

—Si tú no me enseñas, le pediré el favor a alguien más— me amenaza y me cabreo, es increíble.

Que carajos le pasa a esta mujer, seguramente de tantas impresiones está perdiendo la cordura me resulta intrigante y absurdo todo esto. Mónica convertida en una criminal, eso sin dudas es algo absurdo yo no podría hacerle algo tan vil como llevarla a mi mundo pero tampoco puedo permitir que ande por allí buscando aprender de alguien más con lo testaruda que es sé que podría ser capaz de hacer una estupidez.

—Está bien, te enseñare— le digo finalmente— Pero será a mi modo ok y no te alejaras de mí— Le exijo y ella sonríe.

—Como quieras— La veo sonreír como si hubiese ganado una especie de premio.

—Necesitamos normas, para cualquier trato se necesitan— comento, si voy hacer esto tengo que obtener algo a cambio.

—Tienes razón— se cruza de brazos y me observa seria— ¿Cómo cuáles?— pregunta.

—Lo que me pides es algo muy serio— le explico— Primero se necesita confianza entre tú y yo— Ella bufa y la observo seriamente— No debe haber secretos— me detengo y ella sonríe.

—Continua— me incita.

—Necesito estar seguro de que al aprender mi mundo no te alejaras— la compre en esa subasta porque la quiero a mi lado, pero no quiero presionarla aún mas— ¿Qué propones?— Le digo y ella se queda pensativa.

Le pediría matrimonio, pero seguramente se enfadaría conmigo.

—Casémonos— Dice y sin poder evitarlo rio.

—¿Es tan gracioso?— Me pregunta de brazos cruzados.

—La verdad— rasco mi cuello para ocultar la satisfacción que siento al lograr de manera tan fácil mi cometido— Es que lo pensé pero no quise decirlo— le confieso.

—Bueno casémonos— comenta con total naturalidad, como si estuviera proponiendo un paseo al centro comercial.

—Si es lo que quieres por mi está bien, creo que es justo pague mucho dinero por ti— ella me observo fijamente demostrando enojo logre hacerla enfadar.

—Correcto— Cruza sus brazos debajo de sus pechos— Pero de una vez te lo digo no estoy dispuesta a ver otras tipas en esta casa— propone y eso me causa algo de desconcierto.

Ella realmente está considerando todo aunque no estoy seguro de esto mis novias... renunciar a mis novias solo por un trato.

» Bueno podría hacerlo si «

—Lo hare si tú te comportas como mi esposa— veo como su rostro cambia y se tensa— Aunque de una vez te advierto en este mundo mujeres es lo que abunda— y no pienso hacer un cambio de la noche a la mañana— Cuando hay reuniones se me acercan sin poder evitarlas y bueno si no quieres verlas cerca tu...

—Las alejo— dije y asentí, sé que debajo de esa hermosa mujer se esconde una gata salvaje y celosa.

—Pero me da curiosidad una cosa— sé que me saldrá con algún patada pero quizás logre descifrar lo que ella piensa— ¿Por qué quieres ser una criminal?— Le pregunto.

—No quiero ser una criminal— me corrige— Quiero ser tan fría como tú— noto como su rostro se entristece seguro al recordar lo que le hizo su tío— Que no me importe acabar con la vida de alguien— ella sí que es capaz de cambiar de manera rápida su estado de ánimo— Es más quiero ser capaz de asesinar al hombre que me mintió por tantos años— Veo odio en su mirada y en cierta forma eso me excita.

—¿Quieres asesinar a Sergei?— estoy sorprendido.

Es lo que yo más quiero, ese infeliz me debe muchas.

—Si es necesario, quiero poder hacerlo— me dice.

—Es tu decisión— le digo y ella sonríe satisfecha.

—¿Cuándo comenzamos?— pregunta emocionada y yo me encojo de hombros.

—Podemos iniciar hoy mismo— le digo.

Se me ocurren tantas cosas para enseñarle...en mi cama.

—¡No!— me saca de mis pensamientos— Que sea mañana, quiero descansar y que luego me presentes a tus escoltas después de todo serán los míos— sonríe de lado— ¿O me equivoco?— pregunta.

—Tienes razón ellos, te cuidaran a ti— y más les vale que no te descuiden.

POVS Mónica.

Finalmente lo había convencido, el me enseñaría a comportarme de la misma forma sé que él lo hace y eso me dará una gran ventaja, hoy sería mi primera lección y estaba bastante nerviosa por ello.

—Por curiosidad— él se gira y me observa fijamente— ¿De qué trata mi primera lección?— pregunto, sonríe con malicia y sé que es lo que imagina.

—¡De ninguna manera Marcus!— le advierto, su sonrisa se borra y yo lo observo seriamente.

—De que sirve que seas mi esposa, si no puedo hacerte mi mujer— dice y yo me sonrojo.

—Pues creo que debes esperar hasta la noche de bodas— le propongo tratando de ganar más tiempo, asiente no muy convencido pero acepta.


» ¡Puffs de la que me salve!«

La Elegida De Un MafiosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora