La Elegida De Un Mafioso

Capítulo 20

Un fuerte aroma alcohol inunda mis fosas nasales, abro mis ojos lentamente y lo veo, no fue un sueño ¡Todo es real! Él está aquí, aleja el algodón impregnado en lo que parece alcohol.

¡Mi padre está vivo!

—Eres tú— susurro sin poder creerlo aun.

Él se me acerca y me abraza, no puedo evitar llorar y rodearlo con mis brazos.

—Estoy aquí mi pequeña— dice mientras besa mi cabello.

No puedo creerlo es el, el hombre que durante tantos años creí muerto ¿Mamá? ¡Mi mamá también está viva!

—¿Y mamá?— logro decir entre en llanto, él suspira y se aleja un poco de mí.

—Es una larga historia, pero me temo que ella si está muerta— mi corazón se arruga como una pasa y siento ganas de volver a llorar como si me acabara de enterar de su partida.

—No te pongas así cielo— me abraza y me pego más a su pecho, lo abraso fuerte, tan fuerte que él se queja.

—Vas a matarme, eres tan fuerte mi pequeña.

— Algo bueno obtuve de Sergei—él hace una mueca.

—Ya no tendrás que preocuparte por él—abro mis ojos sorprendida.

—¿Que dices?— pregunto aun sin creerlo.

No es posible lo que estoy escuchando.

—Lo asesine, pero de una vez te digo me encargue de hacerlo suplicar por su vida, sufrió y tuvo una muerte lentamente dolorosa— es increíble, mi padre es un asesino.

—Tu eres un....

—Asesino, lo soy y uno de los mejores— lo dice orgulloso como si fuera motivo de alegría, me alejo de él asustada y me pongo de pie mareándome casi enseguida

Me sujeto de la pared evitando caerme.

—¿Te sientes bien?—pregunta— ¡Que te hizo ese maldito!—grita molesto.

Maldito ¿Cuál maldito? No puede ser ¡Marcus!

—¿Qué hago aquí?—pregunto— Tú... ¡Me alejaste de Marcus!— grito con la mandíbula tensa.

—Es una larga historia hija— trata de marcharse pero lo tomo del brazo.

—No me salgas con eso— lo detengo— ¡Dímelo!—se suelta de mi agarre y me observa furioso.

—¿Por qué me hablas así?— pregunta molesto—¡Soy tu padre!—lo pienso, trato de concentrarme ¿Por qué le grito a mi padre? Entonces consigo motivos suficientes.

—Uno que me abandono— le recuerdo— Me hizo creer que había muerto y me dejo a cargo de un monstruo— lo señalo molesta— ¡Me vendieron!—grito— ¿Y tú?— Lo señalo con desagrado— Permitiste todo esto.

—No es como tú crees, aquí el malo no soy yo— trato de explicarle— ¡El malo es Hawkins!— espeta molesto.

—Marcus no es mala persona— lo defiendo— Es un hombre maravilloso, solo que le ocurrieron cosas terribles— le digo— Tantas que tu siquiera podrías tolerar— no soporto que hablen así de él.

—¡Lo defiendes!— me grita furioso—¡Te atreves a defenderlo!— vuelve a gritar.

—¡Si, Lo defiendo!— le grito— Es el hombre que amo y estoy completamente segura de que él no es malo— lo conozco bien—Pero de ti... no estoy tan segura ¿Cómo pudiste abandonarme? ¡Me dejaste con un asqueroso miserable!