Capítulo 4

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Marcus:

No puedo creer que me encuentre sobre este rin, apuntó de pelear con Mónica.» ¡Dios esta mujer me encanta! « Se ve tan sensual con esos shorts no dejan nada a la imaginación sus perfectas piernas son tan sensuales y ni hablar de ese top que sólo cubre sus pechos.

La rubia que esta frente a nosotros hace un comentario el cual ignoro, es más importante prestarle atención a la hermosa y tonificada castaña que tengo de frente. Ella camina y se coloca frente a mí, pero no es hasta que siento un fuerte golpe en mi boca que me doy cuenta de lo que está sucediendo. Limpio con mi brazo la sangre que comienza a emanar de mi labio, busco con la mirada a la responsable, Mónica sonríe victoriosa y la observo seriamente haciendo que esa estúpida sonrisita se le borre.

Así es preciosa estas metida en un gran problema nadie golpea a Marcus Hawkins y sale ileso » ¡Cálmate Hawkins es una mujer! «

Comenzamos a lanzar puñetazos, pero ella es muy astuta y los esquiva con facilidad, me siento tan confundido y no logro concentrarme con agilidad golpea mi costado, seguimos luchando hasta que por fin logro lanzarla al suelo. Me subo sobre ella, dejo caer todo mi peso sobre sus piernas y la inmovilizo con las manos. Sin poder evitarlo me acerco lentamente a su cara sin quitarle la mirada de sus preciosos ojos verdes, ella me observa fijamente, sin dudarlo sello nuestros labios con un beso.

Comienzo a besarla con ferocidad y deseo ella me responde abriendo su boca lentamente para darle mayor acceso a mi lengua que juguetea rápidamente con la suya. Sus labios son tan suaves y adictivos, me encantaría comerlos a toda hora me excita tenerla así "Dominada" apretó mi erección más a su sexo y ella suelta un leve gemido que me hace querer desnudarla, suelto mi agarre lentamente grave error.

Mónica impacta su rodilla con fuerza sobre mi miembro haciéndome retorcer de dolor.

—¡Maldita seas! — La gata sabe lastimar, me retuerzo en el suelo hasta que lentamente el infernal dolor pasa. Con dificultad logro ponerme de pie, Mónica celebra con sus amigas y eso me hierve la sangre.

¡Nunca me habían humillado así!6 Bajo del rin con algo de dificultad y salgo del gimnasio hecho una furia. ¡Vas hacer mía Mónica! Ya lo veras no me importa si tengo que pagarle esa absurda cantidad de dinero a Serguei vas a ser mía como de lugar.

Mónica:

Cuando Marcus salió del gimnasio me sentí extraña, era como un sentimiento de culpa. Fui hasta mi habitación, las chicas me siguieron entre y me cubrí con la sabana.

— ¡No puede ser! –Grite molesta lanzándome sobre la cama.

— ¿Cómo pudiste golpearlo, después de semejante beso?— Cloe me regaña.

— ¡Dios pero que beso! –Dije sin más.

— Te envidio amiga, ese hombre está loco por ti— Sthep me golpea el hombro.

—Y es lo que más me preocupa—Les digo mientras me cubro la cara con una sábana. —Ya basta chicas, me siento horrible conmigo misma creo que exagere al golpearle sus partes. ¿Y si se enfada conmigo?... ¡Querrá asesinarme!

—No seas ridícula, ahora solo debe tener ganas de follarte— Cloe ríe y me guiña un ojo.

» ¿Sera cierto? «— desecho esa idea y observo seriamente a Stephanie quien está haciéndome muecas sexuales.

—No me veas así, sabes que es posible.

—Eso o que este tan furioso que manda a explotar la academia—Les comento—¿En qué demonios estaba pensando cuando le propuse pelear?— Les pregunte pero ellas solo sonrieron— ¡Me estoy poniendo demente! — Frustrada entro al baño y tomo una larga ducha, al salir las chicas ya no están mi teléfono comienza a sonar y lo reviso es un mensaje.

De: Desconocido

Espero que seas igual de ruda en la cama ¡Serás mía Mónica!

» ¿Quién podrá ser?... ¡Marcus! Idiota presumido ¿Quién le dio mi número? «

Para: Desconocido.

Numero equivocado.

Escribo sonriendo al imaginar la cara que pondrá, casi al instante recibo una respuesta.

De: Desconocido.

Marcus Hawkins jamás se equivoca.

¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda! Es el seguramente quiere asesinarme. ¡Ya basta Mónica! Te estas comportando como una idiota si ese imbécil trata de agredirte ¡Lo matas! Eres la chica más valiente y peligrosa que existe— Trato de animarme y no funciona. Recuerdo el beso que nos dimos fue tan... Excitante ¡Dios mío! así me infarto cuando sentí su erección.

» ¿Qué hombre normal se excita con un beso? «Aunque claramente él no es normal, Dios fue tan emocionante poder pelear así, sé que no me agredió porque estaba... Confundido y eso es normal si se hubiera concentrado seguramente tuviera algún ojo morado.

¿Qué hacía en el gimnasio? Escucho que alguien toca la puerta de mi habitación, tomo mi arma y la escondo antes de abrir.

—¿Quién es?—Pregunto desconfiada.

—Soy yo preciosa, tenemos que hablar— Es mi tío, guardo el arma nuevamente y lo dejo pasar. Como de costumbre lo abrazo y beso su mejilla.

— ¿Qué haces aquí? — Le pregunto el inhala y luego exhala el aire que contenía.

—Mónica—Él estaba muy preocupado era más que evidente, toda su expresión corporal gritaba ¡Problemas! — Tienes que ser subastada— Soltó sin más dejándome inmóvil.

—¿Qué estás diciendo tío?— Logre decirle.

—Lo que escuchaste, sé que no eres parte del programa pero me amenazaron de muerte si no participas en la subasta.

—¡Santo Dios no puede ser!— Esto es increíble. —¿Quién? — Pregunto aunque ya tengo una sospecha.

—Marcus Hawkins— Lo sabía.

—Tío no quiero—chillo—No me hagas esto—lo sujeto con fuerza de su camisa— ¡Te lo suplico!— él me abrazo con fuerza y beso mi cabello.

—Tienes razón no puedo hacerte esto—suspira— Voy a declinar esa propuesta—lo vi tensarse—¡Que acaben conmigo y mis logros!—sus ojos se humedecieron—Eres más importante tú—jamás había visto a mi tío de este modo, comenzó a llorar y eso me devasto sé que creí no ser débil pero... ¿Qué mujer no lo es al ver llorar a un hombre?

—Tío—me había vuelto completamente loca, no lo sabía pero de algo si estaba segura, no podía permitir que esto pasara no era justo para él—Acepto puedes subastarme.

—No de ninguna manera—Él estaba seguro pero yo aún más por mi decisión— ¡Olvida lo que dije!— Me ordena, pero es demasiado tarde él fue el único que me cuido desde pequeña, busco mil y un formas de hacerme feliz. Sin el seguramente hubiese terminado en un internado, todo lo que soy se lo debo y no puedo permitir que por mi culpa acaben con todos sus logros.


—No hay vuelta atrás tío—Y era lo más cierto que jamás había dicho—¡Seré subastada¡— y esa era mi última palabra.

La Elegida De Un MafiosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora