✖Veintisiete.

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«¡Navidad!»

Las compras de navidad me encantan, también decorar la casa y armar el árbol con mis niños. Sé que a Michael no le gusta salir a comprar porque lo hago cargar bolsas, pero le encanta elegir los regalos y leer la carta que los niños le hacen a Santa, son dibujos pero ahora en la escuela le enseñan a escribir y tenemos otro tipo de cartas.

—Luke —me llama Mike entrando a la cocina—. Ya saqué todas las cajas de adornos, podemos comenzar.

Asentí y guardé los platos. Los niños estaban emocionados sacando adornos y cintas. El polvo estaba haciendo estornudar a Logan así que lo saqué rápidamente de ahí y le di una caja que contenia menos polvo mientras yo iba por algo para limpiar los adornos.

—¡Esta sirve como balón de futbol! —gritó Christopher.

—¡Christopher! —grité.

Ya era tarde, él le dio una patada y la lanzó contra la pared, la linda esfera roja se hizo mierda. Reí al ver su rostro y a Michael riendo en el suelo junto a Logan.

—¡Aquí tienes otra, Chris! —le gritó Kaya lanzandole la esfera.

—¡Genial!

Otra vez rompió la esfera.

—Niños —los llamé—. No son balones, recuerden que van en el arbol.

—Que aburrido —bufó Chris.

Michael ubicó el árbol en una esquina, cerca de la ventana y entre todos pusimos los adornos, los niños en la parte baja porque no alcanzaban arriba, Logan estaba concentrado jugando con las cintas. Cuando lo fui a ver su rostro estaba lleno de brillantina dorada, hasta su cabello.

—Este año le toca a Logan poner la estrella —dice Mike tomando a nuestro bebé en sus brazos.

Le di la estrella y él comenzó a mirarla con atención. Michael lo acercó a la punta del arbol, lo ayudé a poner la estrella ya que nuestro pequeño bebé no entendía mucho esto, es muy pequeño y su mente de casi tres años solo piensa en regalos, creo. No sé.

Mike estaba poniendo luces afuera mientras nosotros adornabamos el interior de la casa. Puse cintas de colores en la ventana y también algunas luces, Kaya estaba ayudando a Chris a adornar el arbol un poco más.

—Mira lo que tengo aquí —dice Mike detrás de mi. Di un salto al escucharlo y le di un golpe en el brazo.

—¿Que tienes?

—Adivina —dice sonriendo.

—Dime —hice un puchero.

Rueda los ojos y saca el brazo que tiene escondido detrás de su espalda, lo levanta sobre nuestras cabezas.

—Muérdago —sonríe.

—¿Y que tiene de especial? —pregunté con una sonrisa.

—Tienes que besarme, Lukey. Se me está cansando el brazo.

—Tengo que pensarlo, Mikey.

—No tienes que pensar, Lukey.

Tomó mi rostro entre sus manos y presionó sus labios en los míos, apreté los labios y sonreí cuando gruñó como un niño pequeño.

—Tonto —reí.

Pasé mis brazos por su cuello y lo acerqué más a mi, delineo su labio inferior con mi lengua y él atrapa mis labios, comenzamoz a moverlos de una forma lenta y suave.

—Ew —escuché la voz de mis niños.

—Que asco —dijo Kaya.

—Sí, princesa. Que bueno que te de asco y pienses así hasta los 40 —dijo Michael sonriendo hacia ella.

The Clemmings |Muke|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora