No les gusta el fútbol. Cuando hablan de otras minas, es solo para
criticarlas. No escuchan. La mayoría no toma vino. ¿Quién quiere ser amigo de una chica? Además, hacerse su amigo y confidente es avanzar, inexorable- mente, hacia un callejón sin salida. Podés ser el más lindo, el más simpático, y el más adinerado; pero si a la vez te convertiste en el que la escucha, el que sabe sus secretos, el consejero, al final del camino te va a mandar la famosa -"Yo también te quiero... pero solo como amigo".
Entonces, mejor retirarse, porque de lo contrario, corrés serios peligros de convertirte en el famoso hombre trapo.
El hombre trapo es ese al que las mujeres van a buscar cuando lo necesitan, lo usan un ratito y después lo dejan en donde estaba, olvidándose de él en ese preciso instante hasta la próxima vez que lo necesitan. Y al que la mamá le dice, después de días de verlo hecho puré, "Estás hecho un trapito..."
Te cagaste la vida y le rompiste el corazón a la vieja.
Al principio, el hombre trapo se la banca porque tiene alguna esperanza. Y esa esperanza lo hace encontrarse en situaciones siniestras para su salud mental, que lo llevan del éxtasis a la derrota en milésimas de segundo. Como dormir en una cama con ella y que no pase nada. Las minas se creen mil cuando duermen con alguien que no les mueve un pelo y que no les toca un pelo.
Al ver que la cosa no mejora, viene la etapa de los replanteos. El hombre trapo se pregunta cómo ella puede estar más copada con ese novio marmota que con él; si desayuna con él, estudia con él, almuerza con él, va al cine con él, se compra la ropa interior con él...
Se replantea en qué tácticas falló. Qué hizo mal para que ella no se diera cuenta de que él no quiere ser su amigo. Qué dijo que nunca debería haber dicho. Y si pasa todo el día con la chica, eso supone replantearse todos sus actos.
En la debacle, intenta "la jabonosa" de consolarla cuando el novio gilipollas la peta, a ver si así, aunque sea de última, gana.
Un asco. El hombre trapo es un asco. El hombre trapo no conquista.
Para evitar serlo, empezá por nunca ser su amigo. Nunca.
Síntomas de que te estás convirtiendo en amigo:
- Te Invita a estudiar a su casa, te recibe en remerita y bombacha y... terminan estudiando.
- Te pregunta, haciéndose la desinteresada, por un amigo tuyo.
- Te cuenta sus secretos de alcoba.
- Te quiere presentar a una amiga.
- Te toma de consejero sobre qué hacer con otro tipo.
- Delante de ti, la llama el otro y se pasa una hora hablando con él sin ocultarlo.
- Como le dijiste que no te interesaba conocer a su amiga, te quiere presentar a un amigo.
- Le decís de ir a tomar algo y acepta, preguntándote si a la tarde te viene bien.
- Te llama el sábado a la noche invitándote al cine, porque está colgada.
Posicionarse como amigo es lo peor. Es hacer casi imposible el levantarte a esa chiquilla tan especial para vos. Te diría que casi es como hacerse puto: no volvés.
Antes de ser amiguichi, abrí los ojos; seguro te vas a topar con alguno de los síntomas recién descriptos de que te está mirando de otra forma. Los síntomas del trapo.