Cuando escribí mi anterior libro "Mi Novia - Manual de
Instrucciones", recibí muchísimos e-mails de lectores preguntándome si no había escrito otro libro sobre cómo encarar mujeres.
Era impresionante la cantidad de hombre que, escudándose en el anonimato que brinda una casilla de e-mail, se atrevían a plantearme su problema para relacionarse con el sexo opuesto.
"No se cómo actuar, me pongo nervioso, me transpiran las manos", me decían.
Cuando Bobby me propuso escribir juntos "La Mujer de tus sueños", la idea de ayudar a esas personas me atrajo inmediatamente; pero había que tener en cuenta que todos los hombres somos diferentes, por lo que resulta difícil transmitir un método o varios que sean efectivos independientemente de quién los aplique.
No es igual la forma en que se gana una mina un tipo que parece un galán de cine, que uno feito pero simpatiquísimo. Una cosa es un millonario aburrido y otra un pobretón atlético.
Cada uno tiene sus armas y debe maximizar sus aspectos positivos.
¿Por qué entonces fue positivo este libro y por qué es efectivo? Porque las mujeres, interiormente, son todas iguales.
Más de una nos va a insultar al leer la frase anterior. Pero bueno, no es nuestra culpa si todas, absolutamente todas, son extremadamente curiosas; si a la diferencia de los hombres, le dan otra importancia en su escala de valores a la parte física de un posible candidato; si todas ellas poseen un innegable gataflorismo; si cuando demuestran que quieren una cosa, en realidad están queriendo otra; si desean con más ímpetu a quien no pueden tener, etc. "¿Y los hombre, acaso, no son todos iguales?", preguntará por ahí
alguna que otra, poniendo cara de Morticia Adams en un día de malhumor. Puede ser, pero ese no es nuestro problema. Ése, en todo caso, será un asunto de ellas y deberán tenerlo en cuanta quienes escriban el libro "El hombre de tus sueños - Instrucciones para enamorarlo".
Claro que ese libro va a tener una sola frase y es la siguiente: "Demostrale lo que sentís, si tiene interés en vos, todo va a ir viento en popa".
Porque las mujeres y los hombre somos radicalmente diferentes. ¿Lo dijimos antes?
Como expresamos en las primeras páginas, no somos expertos en mujeres. Nadie lo es. Nadie tiene la verdad sobre ellas. Ni siquiera ellas mismas. Nos sorprenden a cada momento con algo inesperado, y eso es bueno porque incentiva nuestra creatividad, que es la fuente de nuestros futuros éxitos.
En este libro encontraste muchas técnicas y conceptos, basados en el análisis de nuestras experiencias, que seguramente podrás ampliar con lo que irás aprendiendo por medio de tus vivencias propias.
Recorriendo estas páginas, es probable que te hayas divertido; que hayas encontrado datos tan reveladores como sencillos y aparentemente obvios, pero que pocas veces son tenidos en cuenta; que hayas aprendido algunas técnicas a tu medida; que te hayas sentido identificado con alguna de las historias relatadas.
Lo que no se puede negar, es que ya no sos el mismo que antes de leerlo.
¡Bienvenido al club!