CAP. 10: EL AMIGO Y LA DECISIÓN DEL GEMELO

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*+*Saga*+*

Esperamos al grupo de Cabo Sunión que llegará dentro de unos minutos en barco. Esta vez estamos sólo Mu, Aioros y Camus en el autobús. Los demás no quisieron venir porque tenían cosas que hacer. Milo, un trabajo de sociología o algo por el estilo; Shaka se quedó estudiando para el concurso; Alde fue al gimnasio con Shura; Aphrodite está en la editorial junto con Death Mask; Aioria, creo que está con mi hermano haciendo no sé qué. Aún es tarde, pero parece que Todos estamos aburridos porque nadie comenta nada.

— ¿Piensas algo, Saga? —una voz angelical me saca de mis pensamientos. Mu voltea hacia mí y deja el libro que estaba leyendo en sus piernas.

—No, sólo estaba preocupado, ya sabes, por el concurso... —respondo sin apartar la vista de sus verdes ojos. Mu hace una expresión de interrogación.

— ¿El concurso? ¿También estás nervioso por él? –no, sólo por tu presencia, mi querido tibetano. Mi cara de sorpresa es mayor al saber que sentimos lo mismo. Bueno, no lo mismo, pero en ese aspecto sí.

—Sí, porque no sé mucho del tema... a pesar que soy griego. –esbozo una sonrisa, a lo que Mu también hace lo mismo. Volteo al libro que hace un momento estaba leyendo y le pregunto curioso:

— ¿Qué tema contiene ese libro, Mu? —Mu, una sílaba que me ha encantado con su figura tan perfecta y su espíritu sin complejos. ¿De verdad estoy a tu lado, Mu?

—Pues es un compendio de cuentos chinos que escribió Dohko. Me será muy útil para el Concurso...

—Es bueno saber que nos salvarás de la derrota... ¿Está interesante? —pregunto, pues no entiendo el chino como él.

—Claro, —asiente con la cabeza —mi madre me contaba esos cuentos antes de dormir y antes de entrar aquí, se los contaba a mi hermano.

—Nuestra madre nos intentaba dormir con alguna leyenda griega, pero Kanon y yo nunca prestábamos atención y corríamos por toda la casa para no dormir temprano... —Mu ríe al imaginarse la escena tan cómica de nosotros cuando éramos pequeños. –en realidad, nos interesaba más la ciencia, como a todos en nuestra familia... Mi hermano Kanon optó por ir a la Universidad de Cabo Sunión y yo aquí. Desde ese momento, fuimos opuestos, pero no por eso dejamos de ser hermanos...

—Sí, pero ustedes dos se complementan. Por ejemplo, tú eres más reservado y Kanon más sociable. Lo que no entiendo es por qué eres tan serio, Saga...

—Bueno, —contesto con una sonrisa. — ¿Has visto acaso un psiquiatra feliz y sociable?

—Ahora que lo dices, no. –responde Mu cavilando.

—Si yo fuera como Kanon, los pacientes se volverían más locos de lo crees. Algunos se ofenderían y otros no te harían caso. Es por eso que soy así, Mu.

—Pero, ¿No te sientes mal al no reír alguna vez? No lo digo porque tú no lo hagas, sino porque siento que estás atrapado en ti. El humor es bueno en todos. No seas como Shaka: tan arrogante y recto. –me dice tranquilamente. Cielos, hasta parece que yo soy el paciente y él mi terapista. Definitivamente debo ser más sociable.

—Pero tengo que encargarme de que todo esté en orden...

— ¿No te cansas de ello? Déjame decirte que tienes que relajarte de eso y no ser tan perfecto porque la vida no lo es, ¿O sí?

—Pues, no realmente...

— ¿Lo ves? La vida sigue su curso y tú debes estar lo más abierto posible para que ella pueda darte sus bendiciones...

La universidad en AtenasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora