capitulo 17

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La fiesta

Ginny, se encontraba sentada frente al tocador, mirándose en el espejo y analizando minuciosamente las palabras que le había dicho Hermione hace unos momentos. Era verdad. Tanto le había costado tenerlo a su lado que ahora iba a... Recordó lo que Hermione le gritó. Que el amor no solo se expresa con palabras... los gestos son también importantes. Y a su mente vinieron todas y cada una de las atenciones que Harry había tenido para con ella. Aunque también le vinieron todas aquellas cosas que Harry hacía cuando ella tenía un pretendiente. Y sonrió. "Eres una estupida inconforme! Hermione tiene razón. Que importa que no te lo diga! Si al fin y al cabo está contigo! Y su sonrisa me dice que está feliz así...!" Se secó las lágrimas y se acomodó el cabello. Quería que él la viera bonita. Salió hacia el piso de abajo.

Harry había estado con nauseas toda la mañana, sabía que si llegaba con Carrie y sin Ginny empezarían a murmurar, y eso lo angustiaba y le molestaba horrores. Le molestaba porque no entendía cuanto daño le podría haber hecho el que se preocupara por ella, y mas le molestó cuando Ginny decidió dejar el cuarto que compartían; y angustiado porque no sabía como le iba a decir a su familia que la relación con Ginny se había acabado. Cuando llegó, los seis Weasley estaban parados en la sala y lo miraban, y no supo como, en su imaginación, se cruzó una hermosa lápida con la inscripción "Aquí yace el idiota de Harry Potter el niño que no sobrevivió a la tunda de los Weasley". Tragó saliva. Arthur lo saludó amenamente y le sacó a Carrie de los brazos "Me quitan a Carrie, mala señal amigo" Harry pensó "al menos en su lucha alguien estaría de su parte" Pero luego se preguntó "Es eso cierto? Arthur me sonrió o solo es un desesperado intento de mi mente por salvar mi pellejo?". De repente miró hacia la escalera. Ella estaba bajando lentamente. El parado, con las manos en los bolsillos. Carrie estaba en brazos de Arthur. Todos sus hermanos voltearon a verla y la reacción que tendría al llegar hasta él. El la miró, ella le sonrió. El abrió los ojos y ensayó una tímida sonrisa. Ella se acercó y lo abrazó fuerte. El la rodeó en sus brazos. Ella lo besó. Los demás salieron con sonrisas hacia la cocina. Después de unos instantes se separaron.

- Ginny, yo... no es que no esté de acuerdo en que tu trabajes...- ella le puso delicadamente los dedos en la boca para callarlo. El los besó suavemente.

- Debo pedirte disculpas, Harry - apoyó su frente en el pecho del joven. Algunas lágrimas se asomaban amenazantes. El acarició su pelo - Yo he sido una tonta, tratando de enojarme... sin saber...

- Si a ti te pasara algo... - tragó saliva - me moriría... Es por eso...

- No tienes que explicarme nada, ahora entiendo. Y déjame decirte que tendré cuidado... yo, seguiré tus consejos y no seré tan osada... Yo, te prometo que no me haré la heroína...

- Yo te prometo que respetaré tus decisiones Ginny... porque te...- Ron apareció por la puerta, interrumpiendo la conversación.

- Disculpen...- carraspeó. Harry lo miró sonriendo y Ginny como para matarlo.- Mamá dice que dejen los arrumacos para después - un repasador voló directo desde la cocina hasta la melena de Ron despeinándolo y al segundo, una espumadera le dio en la espalda - dejen eso mujeres! - dijo mirando hacia la cocina. Se escucharon risas - bueno a ustedes les dicen que ya vamos a almorzar... - Ginny más contenta, se tomó del brazo de su novio y se encaminaron hacia donde la familia tendría el almuerzo.

La mesa estaba preparada con todas las delicias que a Ginny le encantaban, las que mamá Molly conocía y las que había adquirido últimamente, como el postre tiramisú que Harry le había hecho probar en una de sus salidas a restaurantes muggles. Ginny estaba contenta, pues había hecho las pases con Harry y aunque él nunca le dijera que la amaba, el solo hecho de que esté a su lado la hacía feliz.

Quien Llamo A La CigueñaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora