capítulo 7 Noah.

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Caminaba fatigado con los pies avanzando a la fuerza, se detuvo y la necesidad de beber agua se intensificó.
Se sentó un rato tratando de recuperarse.

*-Esas cosas, enserio quieren matarme* pensó.

Y cuando se refería a "cosas" quería decir a las •maras•  unas criaturas malignas que habitaban a las afueras de la sub-realidad ,en el bosque que no estaba, no existía y no se destruía; las maras se caracterizaban por convertirse en mujeres hermosas que seducían a los hombres y captaban el aire causando pesadillas terribles. Dejando su energía a su poder.
Lo que había visto Noah esa noche era algo muy extraño.

Trató de buscar agua pero no lo consiguió hasta que llegó a las afueras de otro plano irreal. Las cosas en aquel lugar sucedían de una manera peculiar. Mientras se caminaba aparecían nuevos lugares, y paisajes (como playas, bosques selvas, ciudades, etcétera) , pero absolutamente todo estaba deshabitado, no había nadie más con quien convivir hasta que Aria llegó.

Noah aparecía en aquel mundo a través de sus sueños desde meses atrás, en su cumpleaños número 17.

La primera vez que sucedió estuvo en compañía de una mujer con aspecto arácnido que le había entregado un artefacto curioso.
Una pluma de plata, una piedra dorada y un ligero tronco que según le había dicho venía de tierras místicas.
Al despertar se trajo consigo el material y una sensación de intranquilidad, sentía que comenzaba a perder la cordura.
Los sueños desde entonces no habían sido lo mismo para él , el dormir era despertar, y no sabía jamás dónde. Al principio solo vagaba por lugares conocidos como su casa, el supermercado, o su misma escuela, pero con el tiempo los lugares eran aún más lejanos y las heridas en su interior más profundas, aquella habilidad o maldición habían complicado su existencia por completo, nunca podía realmente descansar y eso afectaba básicamente todo.

Siempre que despertaba se traía algo consigo, ya fuera un objeto, alguna herida en su cuerpo, o alguna sensación de soledad irremediable.

Los dolores fuertes de cabeza habían empezado a aparecer una semana después de que fuese su cumpleaños.
Su vida había sufrido una dolorosa metamórfosis, Noah comprendió que de alguna manera aquello que antes eran "sueños", no eran más que otro mundo y otra realidad.
Las chicas y los amigos habían pasado a segundo plano al igual que la escuela.
Su mamá lo había interrogado sobre el posible consumo de drogas que el pudiese estado realizando. Pero no era nada de eso. Ya no dormía, ya casi no comía, ya casi no vivía.

Un día Noah había visto a un árbol en un sueño. Uno muy peculiar. Hablaba, tenía mil rostros; (claro ya pocas cosas le sorprendían, pero aquello era un recuerdo nítido en su memoria). Le había advertido que su mundo cambiaría gracias a su verdadera naturaleza, ¿qué era él? ;esa es la pregunta. Pero también había informado que no estaría solo y que no siempre sería de esa manera su vida, tenía que ser paciente y dejarse llevar cual ola del mar.

Se detuvo a pensar.
*Aria está aquí* . Lo sentía, de alguna manera . Cuando él estaba en aquel parque pensando que su vida era un caos total, la vio a ella y sintió una felicidad que no comprendía, no sabía si era porque ya no estaría más solo o se debía a otro motivo.

Cruzó el río en el que estaba y en cuestión de segundos llegó a una gran avenida vacía.

*¿Porqué carajo la ciudad de nuevo?* con un resoplido siguió avanzando, mientras su cuerpo se retraía por el frío.
Noah logró verla a través de toda la bruma y avanzó sigiloso.
La tomó desprevenida y la asustó por la espalda.

Aria soltó un grito y le dio un golpe en las costillas con su codo.Noah se quejó y trató de recuperar aire. Ya iban 2 personas que intentaban quitarle la respiración esa noche; las maras  y Aria.

-Ohhh... ¡Noah, eres tú! - dijo cubriéndose la cara para disimular el hecho de que aquella situación le causaba gracia- De verdad lo siento, si hubiese sabido que eras tú...- se puso en cuclillas tratando de ver en qué podría ayudarle.
Después de que recuperara el aliento se levantó y tomó a Aria de la mano y comenzó a caminar.

-¿No me vas a preguntar a dónde nos dirigimos? - dijo Noah extrañado al ver la cara de serenidad de su compañera.

Ella negó con la cabeza - Esto es un... sueño, no me preocupa lo que pase realmente- respondió segura sí.

-¿Y si te dijera que no es solo eso?- la miró y ella se detuvo en seco, Aria rio nerviosa y trató con todas sus fuerzas de descartar esa loca posibilidad -No, de verdad- le afirmó y guiñó galante, Aria tragó saliva y se dijo a sí misma que no tendría por qué estar nerviosa.

Él recogió su cabellera castaña y rizada en una coleta que le sentaba de maravilla y miró a su compañera con el rabillo del ojo que lo miraba asombrada; segundos después la cargó sobre su hombro como si fuera un costal o algo parecido ~nada romántico~ simplemente para fastidiarla y Aria no estaba de acuerdo con la acción, intento pegarle y patearlo de todas las maneras posibles, pero no funcionó, él seguía avanzando como si nada, y alejándose de la avenida  vacía.

-No es gracioso- rebatía ella mientras hacia mil intentos por escapar de sus brazos. Su gran altura de él comparada con la de ella impedía a Aria una ventaja competitiva. -Le llamaría a la policía, si pudiera- le reclamó.

-Ahhh.. ¿enserio? ¿y que le dirías exactamente? - dijo en tono burlón - ¿Le dirías lo halagada que te sientes al estar en mis brazos? - cuestionó con sarcasmo.

-Vamos, ya quisieras, además ni eres mi tipo- resopló intentando tapar su nerviosismo.

- Eso dices tú, pero yo escucho la emoción en tu voz - arrastró esa frase con el tono más engreído de cualquier mundo.

-Si algo me emocionaría sería que me soltaras de una buena vez.- en cuanto ella dijo eso sintió como sus pies tocaron suelo y el equilibrio le falló haciendo que Noah tuviera que tomarla de los hombros  para evitar una caída dolorosa.

- ¿Cómo llegamos a un bosque?- preguntó asombrada al visualizar todo el paisaje.

-Espera, mira esto.- dijo abrazándola por la espalda mientras ambos admiraban la paz y serenidad, la luna y las estrellas resaltaban y brillaban con fuerza, había una ligera niebla en el suelo, pero no impedía la vista celestial.

-Pide un deseo- le dijo Noah.

- Que tontería.- resopló burlona.

-Solo hazlo y ya.- le dijo y Aria sonrío, aquel momento era realmente mágico.

Noah se agachó para recoger una piedra del suelo y la lanzó hacia los pastizales y miles de luciérnagas salieron del suelo.

-Feliz navidad Aria- dijo Noah.

-Feliz navidad Noah- felicitó y antes de que pudieran seguir hablando todo se esfumó ante sus ojos.

Cuando Noah despertó estaba sobre su cama y no podía dejar de pensar en Aria. Jamás se había sentido tan bien en ese mundo.

Cuando abrió su puño una luciérnaga salió de su mano y desapareció al instante dejando una nota.

Entre mundos ❤ (REMASTERING)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora