capítulo 9 : infierno y baile.

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Insensible, cruel y en llamas.
Así es como algunos describían al infierno. Independientemente de en lo que creas; alguna vez has escuchado relatos sobre el infierno. Y te has estremecido sin pensarlo.
El simple hecho de pensar en una eternidad llena de terror no es una idea que atraiga al público.
Se podría saber de una manera muy cercana tal cuál como lo describió Dante Alighieri; hecho por 9 círculos donde castigaban un pecado distinto, de los cuales el sufrimiento abundaba.

***

Un Belfegor; uno de los 7 príncipes del infierno, oscuros. Se paseaba por sus tierras, castigando a los pecadores. Jamás podía ser más gustoso que haciendo lo que hacía. Hacer sufrir.
Su única hija Meg, una princesa oscura, un demonio; había escapado de las tierras malditas un día.
Estaba fuera. Al Belfegor le había desagradado aquel suceso y había maldecido a su hija por haberse ido. Sólo le había deseado odio. Pero no quiso hacer más que eso.
Lucifer se había enfurecido, no podía suceder algo como eso, menos a él. Cómo rey infernal había enviado a sus demonios y almas malditas a buscarla, pero había algo que les impedía hacerlo más sencillo.
Había una barrera, una que dividía los planos.
Las almas malditas como aquellas no podían pasar al otro lado.
Había un intermedio entre aquellos mundos, a lo que se le llamaba "pesadillas", era muy distinto al infierno. Se conformaba por criaturas malignas que abundaban en un bosque inexistente y obscuro. Tenía maras y sombras. Pero no eran malditas ni nada.
Lo que seguía siendo una interrogante era ¿cómo había pasado Meg al otro lado? . Esto animó bastante a las inmundas almas del infierno. Puesto que si un demonio podía ;ellos lo harían después, llegado el momento.

Un elfo oscuro les había informado de un presagio.

"Unos seres llegarían, para ser exactos 2 ;de los antiguos descendientes de los viajantes de mundos. Con eso sacudiría la energía de los planos, ocasionando una extraña confusión"

Los elfos oscuros eran criaturas que habían transformado la luz y que se habían auto-maldecido por así decirlo. Ahora habitaban en las fronteras del infierno. Sirviendo como guías del futuro.

***

Aria regresaba de un sueño fantástico, se sacudió el cabello y escuchó de nuevo la voz de su mamá

- Aria, es hora de levantarte. Haz dormido bastante.
Priss quería asegurarse que no había decaído en un "coma".

Aria bajó las escaleras corriendo, como era su costumbre. Traía su pijama de térmica que le había regalado su padre hace mucho.
Saludó a su mamá y platicaron un rato. Se sentía extraña, pero Noah había sacudido todas sus emociones. En tanto a la otra chica, bueno, decidió olvidar el encuentro, todo se había vuelto extraño desde entonces.

Encendió su bocina y reprodujo en su ipod Gold ~ Kiiara.
Ella siempre se animaba con esa canción.
Giró y vio una sombra por la sala, pero no iba a dejar que su mente arruinara su mañana así que ignoró eso.

Su mamá la mandó a arreglarse. Era navidad e irían a casa de su abuela. Eso hacían todos lo años. Aunque 2 años atrás hubiera muerto Jonha, su abuelo y desde entonces las reuniones nunca habían sido lo mismo.

***

Daniel (su mejor amigo) estaba "alistándose".
Ósea algo elegante, un traje fino y caro. Aria lo había invitado a pasar esa fecha con ella y su familia. Y él había accedido.

Cuando Aria pasó a su casa ya eran las 2:30 pm y él moría por comer algo, cualquier cosa.

En la comida la abuela habló :
-Hola a todos, buenas tardes, primero que nada quiero agradecer a todos por asistir, honrando el deseo de Jonha, una familia unida, fuerte- y el discurso continuó, fue emotivo y de algunos surgieron suaves lágrimas. Aria se veía distraída y Dani lo notó.
Cuando la abuela terminó de hablar, todos tomaron un plato de la preciada vajilla de porcelana. Sirviéndose todo a su alcance.

Aria no tocó ningún platillo.

Daniel le dio un plato en el cuál había colocado puré de papas y un poco de pavo navideño.
El sabía cuánto le enloquecía a ella el puré.

- Ten, es para ti, gorda - le entregó. Ella naturalmente se habría enojado con la ultima palabra, pero estaba enajenada con algo, sus pensamientos.

A él le desquiciaba verla así desde hace días.
La tomó de sus hombros y la dirigió al techo de la casa donde había un pequeño jardín botánico.
Se sentaron en la orilla de las tejas dónde se veía el paisaje de ciudad entero.
Daniel dejó el palto con puré a un lado y le dijo : - No soy tonto, dime qué te pasa, te conozco desde que tengo memoria y sé cómo eres, ahora dime, qué pasa por tu mente... No me gusta verte de esa manera. Hasta tu novio, el gran tonto sabe que pasa algo raro. - la sinceridad surgía de sus labios. - Te juro que hasta me daba lástima bromear con él.

Aria sólo lo abrazó con fuerza, y lloró desesperada. Daniel le acarició el cabello y dejó que se tranquilizara un poco.
-Te tengo que contar algo ... - formuló con la voz entrecortada. - pero necesito que mantengas la mente abierta. - siguió diciendo.

Daniel era un amigo con virtudes y defectos, pero algo que si tenía era una fuerte conexión con Aria, en todos los aspectos.

Desde el primer día que la conoció , sin duda supo que serían grandes amigos.
Habían pasado por muchas cosas, el cambio de adolescente y el punto en el que las hormonas están al cien. Se habían peleado, gustado, odiado, pero jamás dejaban de tener ese lazo de amistad cercana.
Pero nada lo había preparado para lo que estaba apunto de escuchar.

Por un momento dudó de la veracidad de los hechos, pero al verla a los ojos, supo que no era mentira, ni una broma.
No sabía que responder.
¿Qué podía hacer?

Tragó saliva y articuló-  Yo... No puedo ayudarte realmente con esto, pero si te sirve de algo, estoy aquí, en este momento y nada es más valioso que , pues eso... Vivir el momento, diablos, jamás he sido bueno con las palabras... Pero, estoy ammmm... aquí, para cualquier cosa, aunque no pueda conocer a Noah o a los arboles - Aria lo abrazó de nuevo.
Se sentía mas ligera. Con un peso menos en los hombros, en el alma. Era cierto que Dani era un asco para dar consejos, pero la había escuchado, y nada pudo haber sido mejor que eso. - Anda, ahora come el puré - dijo de una manera entre mandato y ternura que él sólo sabía.
- Está bien- dijo tomando un bocado. El puré ya se encontraba algo frío, pero el sabor era inigualable, tan delicioso, sólo su familia lo hacía de esa manera.

Ya más tranquila y con algo en el estómago, bajaron a la celebración.

Bailaron un rato, a pesar de que él era amargado y era un pésimo bailarín. Lo hizo por ella. Por verla mejor.

Sujétate fuerte de tus sueños. La esperanza en ellos te mantendrá arriba, si los sueltas la realidad te ahogará.

Entre mundos ❤ (REMASTERING)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora