Capítulo 6.

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Las clases terminaron y Luisa por fin pudo irse a casa. Cuando salía de la clase, Susan su amiga, la asaltó a preguntas.
- ¿¡Por qué le has gritado al yogurín!? ¿Luisa qué narices has hecho? Ahora ya no se va a fijar en ti, lo sabes ¿no?
- Ni quiero que se fije. ¿Te acuerdas cuando te dije que era un estúpido? Pues sigo diciéndolo. Es bipolar. Y encima tampoco es tan guapo. Ese pelo, esos músculos definidos...
- ¿Con que tampoco es tan guapo, eh pillina? Pues bien que te fijas en sus músculos... Tía, admítelo, está buenísimo.
- Lo admito, lo admito. Pero eso no quita que sea un gilipollas.
Mientras hablaban cada una llegó a su casa.
- ¡Hola mamá! Ya estoy en casa. —Dijo Luisa—.
- ¡Hola cariño! ¿Qué tal tu primer día de colegio? —Dijo su madre mientras le daba un beso en la cabeza—.
- Mamá no estoy en el colegio... Acuérdate que dentro de nada cumpliré 18 años...
- Mi niña se hace mayor... —Dijo mientras se secaba una lágrima—.
- No llores mamá, te quiero mucho.
- Y yo a ti cariño. —Ambas se abrazaron—.
- Voy a subir arriba y descansar un poco, ¿vale? Por cierto, el día ha ido bien, como siempre.
Luisa subió a su habitación y se tumbó en la cama. No se dio cuenta de que había cerrado los ojos.
*- Te he dicho que mi vida no es fácil. —Dijo Adam—.
- ¡Déjame entrar en ella! —Gritó Luisa—.
- No quiero que ellos te cojan, no quiero perderte cuando aún no te tengo...
- ¿Ellos? ¿Quiénes? ¿Perderme? ¿De qué hablas?
- Tengo que irme, nos vemos mañana Shrek. —Adam guiñó un ojo—.*
Luisa se despertó sobresaltada, todo había sido un sueño, pero sin duda alguna había sido el sueño más raro que había tenido en su vida. Su madre la llamó para cenar, y mientras bajaba por las escaleras se preguntó si Adam también había soñado con ella. ¿Quién era ese chico y qué había despertado en ella?

Un amor prohibido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora