Capítulo 13.

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Al despertar, Luisa se sentía muy rara. ¿Había sido todo un sueño? ¿O lo que había vivido la noche anterior había sido real? Ella no podía ser alguien tan importante en el mundo, ¡si solo era una chica corriente que estaba en el último año de instituto! ¿Cómo iba a ser posible que ella pudiera salvar el mundo? Y después estaba lo que casi había pasado con Adam. ¿Podían haber relaciones entre protector y protegida? ¿Relaciones? Si ni siquiera sabía si le gustaba a Adam; puesto como se había comportado después de lo que casi sucedió parece que no estaba interesado en ella.
Luisa llegó al instituto, aunque no tenía ganas de nada. Susan, su amiga como siempre, la atiborró a preguntas.
- Tía, tía, ¿es que ayer hiciste el trabajo con el yogurín? Buaf qué envidia tía, yo tuve que hacerlo con mi compañero, pero oye, no es tan antipático como parece, y me está empezando a parecer mono. Pero nada que ver con Adam. Tía hacéis buena pareja, ¿te lo he dicho alguna vez? ¿No? Pues ya te lo digo.
- Susan, tranquila, tranquila, hoy no estoy de humor, ¿vale? Solo quiero que se acabe todo.
Luisa tenía muchas ganas de contarle todo a su mejor amiga, pero no sabía si podía hacerlo, así que prefirió callarse para evitar enfrentamientos con Adam y el resto de la comunidad.
- ¿Que se acabe todo? ¿Qué todo tía?
- Déjame Susan, por favor.
Esto último enfadó un poco a Susan, pero Luisa esperó que lo entendiera cuando se lo contara todo, si era posible. Luisa entro a clase y se encontró con Adam en el asiento; ¿cómo la trataría? ¿Estaría enfadado por el casi beso? No sabía qué hacer.
- Hoy empezaremos con los entrenamientos, ¿vale? Los haremos en el descampado que viste ayer al lado de bar, ¿vale? Tenemos que evitar que nos ve gente, y los del bar son de confianza, es decir, pertenecen a la comunidad, y saben todo acerca de ti. —Dijo Adam—.
- ¿Tan famosa soy? ¡Pero si soy solo una chica corriente!
- Puede que aquí si, pero en la comunidad eres un elemento muy importante, hazte con esa idea, y que no se te vaya de la cabeza.
Luisa no entendía nada, y quería tratar el tema del beso con Adam, para eliminar esa tensión que había entre ellos, la cual se podía cortar con tijeras.
- Adam, quiero hablar de una cosa contigo...
Pero cuando estaba a punto de decírselo el profesor comenzó a dar la clase, y Luisa se quedó con la palabra en la boca, literalmente.

Un amor prohibido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora