Capítulo 16.

64 8 1
                                    

- ¿Qué te crees que haces? —Adam estaba bastante cabreado, casi gritando en medio del patio—, no han pasado ni 10 minutos y ya te has metido en un jaleo, ¿sabes lo malo que es eso? Luisa, no estás sola, cualquier persona podría verte, y digamos que siendo tan importante no tendrías que llamar la atención.
- ¡Pero estaba defendiendo a mi amiga! ¡Esa Nancy me pone de los nervios, no tiene derecho a tratarnos así!
- ¡Y tú tienes casi 18 años Luisa! ¿Quién es la más madura de las tres entonces? —Adam se fue alejando, pero se sintió triste porque no le gustaba tratar así a alguien como ella, pero debía hacerlo para que recapitulara, y por una vez pusiera consciencia en la gravedad de la situación—.
Luisa, por otra parte se sentía dolorida. Adam tenía razón, tendría que haber pensado antes de actuar, y tal vez alguien del otro mundo pudiera haberla visto. ¿Se creerían que era ella así de infantil e inmadura? Estaba enfadada consigo misma, y meditó por un momento hasta que:
- ¡Adam! Espera, tienes razón, lo sé, me he comportado mal, y entiendo todo el jaleo que se está montando; pero entiéndeme tú a mí, soy nueva en esto y no comprendo la mayoría de las cosas, por no decir nada, pero estoy dispuesta a hacerlo, solo si quieres ayudarme. —Esto último lo dijo muy sonrosada, pues le daba vergüenza admitir que necesitaba su ayuda, pero tal vez así sería más fácil—.
Adam sonrió y por fin volvió a ser el "chulito" de siempre.
- ¿Ves? Así estás más guapa, cuando piensas las cosas antes de actuar —guiñó el ojo, como siempre—, no olvides que esta tarde tenemos entrenamiento, y por fin entenderás muchas más cosas, tranquila.
Dicho esto, tocó el timbre y ambos entraron a clase charlando animadamente, parecía que se iban haciendo amigos, pero, ¿no estaba pasando todo muy rápido? Luisa no paraba de pensar en eso.

Un amor prohibido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora