En clase, ambos se sentaron y Adam parecía que estaba en su propio mundo, así que Luisa se puso a dibujar en su cuaderno, puesto que ella amaba dibujar aunque nadie lo supiera. De repente pensó en los entrenamientos, ¿cómo serían? ¿Sería Adam un buen profesor o muy duro? Tenía miedo, pero iba a afrontar las cosas con gana, puesto que ella no había elegido eso, pero tenía que aceptarlo.
La clase se pasó muy rápida, y al terminar Adam esperaba a Luisa en la puerta del instituto.
- Es necesario que esta tarde vayas al bar al que fuiste la última vez. Entrenaremos allí.
- ¡Adam estás loco! Allí nos verá el camarero y los clientes, ¿no debería ser un lugar más privado? —Se puso roja ante esto último, no paraba de decir cosas con doble sentido y eso le gustaba, pero la enrojecía—.
Adam notó que se ponía roja y le gustó, vaya, quería protegerla con su vida, pero su relación con ella era imposible, o al menos eso creía él.
- Tranquila, esta tarde te enseñaré algo, —dicho eso se subió a su moto, se puso el casco y salió muy rápido—.
Cuando Luisa llegó a casa no estaba su madre, y en el frigorífico había una nota que decía: "He tenido que ir a visitar a la abuela, he dejado pizza en el frigorífico, hazla cuando llegues. Te quiere, mamá".
Eso le gustó a Luisa, ¡pizza para comer, perfecto!
Cuando terminó, se puso a escuchar música, y todas las letras le recordaban a Adam. ¿Por qué tenía que ser todo tan difícil y a la vez excitante con él? Pensó en sus músculos, en la vez que se subió con él a su moto y tocó sus abdominales... Vaya, ese chico le gustaba, y muchísimo. Tenía ganas de verlo, así que decidió ir ya al bar para empezar el entrenamiento. ¿Qué le tendría preparado Adam?
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Un amor prohibido.
General FictionLa vida de Luisa, una chica normal que está en el último año de instituto, dará un giro cuando conozca a Adam, el cual hará que todo cambie para ella.