Sorry ✧ bieber

Siete

Justin
Bieber

Miraba como ese imbécil arrastraba fuera de la cafetería a Hailey. Sentía las uñas de mis dedos clavarse en la palma de mi mano.  

Que ni se le ocurra hacer cualquiera de sus estúpidos movimientos para conquistarla.

—¿Quieres sentarte?—preguntó Joe.

Bien, no me sentía tan incómodo desde que le dije a Hailey que quería terminar. Si no fuera por que ella también quería que termináramos nome habría sentido mejor.

La mire por primera vez a los ojos, había cambiado, sólo un poco.
Sus ojos estaban llenos de aquella cosa que Hails utiliza para, según ella, darle tamaño a los ojos. También tenía brillo en los labios y sus mejillas estaban muy rojas, además su tono de piel no siempre fue tan blanco.
No recordaba que Joe se maquillara tanto.

—Claro—le dije tomando una silla. La arrastre un poco para sentarme.

Ahora, estábamos frente a frente, y no sabía que mierda decirle.

—Y... ¿Cómo has estado Justin?—sonrió.

—Am—estaba rascando una etiqueta de manzana que estaba pegada a la mesa—Bien, supongo.

—Que bien—dijo ella, recargando sus brazos en la mesa—¿esa chica es tu... Novia?—pregunto. Que directa.

—¿Te refieres a Hailey?—pregunte mientras señalaba en la dirección en la que se la llevaron. Me habría gustado su apoyo en estos momentos. Maldito seas Luke. Joe asintió—no, no es mi novia, es mi mejor amiga.

—Antes no tenías "amigas"—dijo ella con fastidio y haciendo comillas en la última palabra—antes sólo me tenías a mi, no te hacia falta ninguna amiga.

—Antes no conocía a Hailey—dije enojado—y ella llego a mi cuando tu te fuiste.

—Y yo te extrañe tanto—dijo y tomó una de mis manos entre sus dedos—sabes que no fue mi decisión mudarme.

—Si, lo se—dije con la cabeza baja—el trabajo de tu padre.

—Exacto. Yo no quería dejarte e irme.—parecía querer llorar.

—Bueno—trate de sonar más amable—ya paso, ¿no?—me encogí de hombros—no podemos hacer nada por aquello que ocurrió en el pasado.

No te preocupes por más que el presente. Pensé.

Eso fue lo que me dijo Hailey cuando la conocí y le conté de Joe. Siempre tan comprensiva y dulce.

—Tienes razón—dijo ella mirándome—se que es mucho pedir pero—se paró de su asiento y camino hasta la silla que tenía a un lado—crees que—tomó mi mano—¿podamos darnos otra oportunidad?

Hace mucho tiempo que quería escuchar de nuevo su voz, quería volverla a abrazar, estar a su lado de nuevo. Nadie podía lograr sacármela de la cabeza.

Nadie más que Hailey. Dijo una voz en mi cabeza. Pero, Hails era mi mejor amiga, no podía verla de otro modo y ella a mi tampoco.

—Sólo tu y yo—volvió a hablar—como antes.

Si la vida me lo concede, entonces para que negarme.

—Supongo, que esta bien—no sabía como decirlo. Nunca fui muy bueno con estas cosas.

Su rostro se ilumino y me abrazo. La abrace de vuelta. Suspire, después de todo no salió tan mal.

***