Trece

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Justin
Bieber

Mis manos sudaban, el estómago se me revolvía y no paraba de dar golpecitos con las manos sobre el volante.

Cinco minutos dentro del auto.

Veinte en la ducha.

Dos horas antes de caer dormido.

Y no sabía si había tomado la mejor de las decisiones en mi vida.

Suspire pasando mis manos por mi cabello y mi cara, estaba muy frustrado, exasperado.

Y no paraba de sentirme culpable.

Baje del auto de mi padre y camine hasta la puerta de la casa amarilla, toque al timbre y espere.

Después de unos minutos apareció Joe, vestida con algo así como el uniforme de porrista.

—Hola—salude.

Ella sonrió y me abrazo por el cuello.

—Has elegido bien osito—susurro en mi oído, asentí, pero no sabía si tenía razón.

¿Realmente esto era correcto?

Y si le explico las cosas, ¿entenderá mis razones?

—Vamos que se hace tarde—me solté de sus brazos.

Ella entro de nuevo a la casa por su bolso, mire mis manos, mala elección.
Tenía una pulsera de lazos, nunca me habían gustado las pulseras, pero esta la había hecho ella especialmente para mi.

—Es el símbolo de nuestra amistad—dijo Hails y vi como amarraba la pulsera a mi muñeca.

—Eso es muy cursi, ¿no crees?—mire bien mi brazo.

—Nunca he tenido un mejor amigo—se encogió de hombros—así que esto es especial, no cursi.

Tome la pulsera que era para ella y la ate también en su muñeca izquierda.

—¿Por que diferentes colores?—pregunte mirando su pulsera, tenía lazos morados, lilas y azules. La mía tenía negros, azules claros y oscuros.

—¿Prefieres una rosa?—se burlo, rodé los ojos negando con la cabeza, pero su rostro se puso serio de pronto—¿prometes que seguiremos siendo amigos, pase lo que pase?—mire su mano, había extendido hacia mi su dedo meñique.

Enrolle mi dedo con el suyo, sellando mi promesa—Lo juro—jale su brazo y la tome entre los míos.

—Estoy lista—mire a Joe, seguía con el uniforme de animadora, pero ahora su rostro tenía una masacra completa de maquillaje.

Fruncí las cejas, por que tanto maldito maquillaje, por que no sólo usar esa mierda de los ojos como lo hace Hailey.

—Vamos—indique comenzando a caminar hacia el auto.

Oí como aclaro la garganta, la mire del otro lado del auto, ella indico con su cabeza hacia la puerta.

—¿Que?—pregunte confundido, mirando a todos lados.

—La puerta osito—fruncí el ceño, ¿la puerta..? Rodó los ojos y aclaro—ábreme la puerta.

—Pero esta abierto—dije más confundido.

—Dios, olvídalo—jalo de ella, y se metió, suspire mirando detrás del auto hacia la calle, a dos cuadras vivía Hails—¿nos vamos o que?—mire dentro del auto, Joe tenía un espejo en sus manos y una esponja con polvo.

Sorry ✧ bieber Donde viven las historias. Descúbrelo ahora