One Shoots ©.

¿Me dejarías besarte? | Jack Gilinsky. |

— No puedo creer que me haya hecho esto.

Comienzo a hablar con pesar, mientras quito las últimas lágrimas de mi rostro. Lágrimas que había provocado el imbécil que fue por casi un año, mi novio.

— Es un idiota, Emily. Mejor dicho, un desgraciado.

La voz proviene de mi mejor amiga. Ella era mi consuelo en todo tipo de situaciones que ocurrían en mi vida.

— Y a dos semanas de cumplir doce meses juntos — hablo de nuevo, sintiendo la amargura bajar por mi garganta.

Tenía un remolino de sentimientos.

—  Patético. Esa es la palabra que lo describe perfectamente. — la castaña frente a mi hace una pausa y niega. — ¿Cómo dejas a tu novia cuando estás próximo a cumplir un año de relación junto a ella?

Tenía razón y es ahí donde me pregunto si algunos de sus sentimientos hacia mí, fueron reales. Ese bastardo.

— Y no olvides que por su vecina — murmuro un tanto irónica.

»La misma que él mismo decía que no debía preocuparme.

Maldito mentiroso.

— Oh sí, Anna. La recuerdo — mi amiga hace una mueca en desagrado. Nunca nos cayó bien.

— Siempre vi las intenciones que tenía esa oxigenada. Moría por atrapar su atención. Regalada — la oí hablar a mi lado y luego suspirar igual de frustrada que yo.

Después de terminar de contarle como es que el muy cobarde había terminado conmigo, el sonido de su celular anuncia una llamada entrante.

Primero contesta con pereza, saluda al receptor, sonríe de lado y después cuelga.

Muerde su labio inferior, reprimiendo una sonrisa y sé que aquella llamada la ha dejado muy emocionada.

— Escupe la sopa, ¿quién es tu nuevo romeo y por qué no sé de su existencia?

Cuestiono mirándola mientras frunzo levemente mi entrecejo. Ella suelta una carcajada y niega con rapidez.

— Ems, Gilinsky nunca podría ser mi nuevo Romeo, por favor. Además, no me llamó precisamente para hablar conmigo, solo para informar que llegó hace treinta minutos y que en diez estará aqui.

Al parecer no se percata de que ha revelado toda la información al pié de la letra si no hasta después de unos cortos segundos. Ella rueda los ojos con diversión.

— Bien, creo que fue un accidente. Se suponía que tu no sabrías de esto.

Suspiró largamente y se dejó caer sobre el colchón de mi cama. Esa chica tenía un problema con su discreción.

— ¿Jack viene para acá? — pregunto con una sonrisa en mi rostro. Después de mirarla asentir, de pronto quiero mandar todo a la mierda, pero, de una buena forma.

— Sí, pero era una sorpresa. Yo lo llamé cuando me enteré de que habías terminado con Alex, además para ese entonces estabas en modo depresión, así que prácticamente no tuve que pedirle nada. Él mismo entendió lo que debía hacer.