¡Felicidades, van a ser padres! | Nash Grier | Parte I.

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Maratón 3/?

Las náuseas, mareos, dolores de cabeza y vómitos han estado presentes en mi vida cotidiana desde hace casi más de una semana. Ha sido abrumador, me he sentido débil y enferma. Y odiaba estarlo. Probablemente me haya intoxicado con alguna comida, así que no estaba realmente preocupada.

Gracias a ello, todos estos síntomas se los he ocultado tanto a mi familia como a mi novio. Me parecía absurdo el que los supiesen, porque yo estaba muy segura de lo que sucedía en mi organismo.

»Maldito sushi de 20 dólares. Nunca, pero nunca debí aceptar comer pescado crudo, y menos si era mi primera vez haciéndolo.

Ahora debía lidiar con mi intoxicación y el viaje que tendría en dos semanas a Maryland, a visitar a mi hermana Eleonor, que recién había dado a luz. Sí, ya era tía. Pero, con todo lo que he venido sintiendo, me preocupaba el que no pudiese viajar.

De hecho, me aterraba. Así que trataba con cada partícula de mí, ser muy positiva con respecto a mi recuperación.

En este momento, me encontraba en mi habitación, preparandome para ir a visitar a Elena, una de mis primas que se estaba quedando en la ciudad. Había venido de visita con algunas de sus amigas, debido a sus vacaciones, así que me haría bien salir con ella a distraerme. O al menos, tratar de hacerlo.

Al ya tener listo mi atuendo básico y cero incómodo, lo dejo reposar sobre la cama y me dirijo directamente a mi baño. Una ducha es lo que anhelaba más que a nada en el mundo justo en este instante.

Juego con los grifos de la ducha, tratando de ubicar la temperatura del agua como quería y al obtenerla, me desvisto por completo e ingreso debajo de la ducha tibia. El agua hace afecto en mí, consiguiendo relajarme más de lo normal, estos momentos eran sagrados para mí.

▪ ▪ ▪

Después de aproximadamente veinte o treinta minutos, ya me encontraba vestida, de vuelta a mi habitación y ahora mantenía un mano a mano con mi cabello enredado. Tomé finalmente el control de la situación y logré el resultado que esperaba.

Ahora lo que pasaba a ser mi prioridad número uno era mi rostro. Sí, mi rostro de zombie. Suspiré largamente cuando tomé asiento frente a mi peinadora y comencé a maquillarme un poco. Lo básico, un poco de base, máscara de pestañas, lápiz labial y rubor, ligeramente.

Sastifecha con mi resultado, me levanté y tomé uno de mis bolsos favoritos del armario caoba en mi habitación. Ingresé allí unos chicles, mi lápiz labial y antes de conseguir guardar mi celular, el aparato sonó. Había recibido dos mensajes.

»Mis ojitos bonitos💙
Hey preciosa, tengo libre esta noche. ¿Qué te parece si vamos a ver una película? Te amo.

Sonreí al leerlo. Nash y su absurda forma de hacerme sonreír solo con sus mensajes. Suspiré y antes de escribir una respuesta para mi novio, abrí el segundo mensaje. Se trataba de mi mejor amigo, Cameron.

»Idiota con patas😋
Agradeceme luego. ¿Quién crees que ha conseguido boletos para ir al concierto de Biebs? 👀 Soy el mejor amigo del mundo.

Solté una carcajada llena de emoción. Era más que obvio que él. Era un suertudo. Uno interminablemente canson. Pero aún así, lograba que lo amara más.

Decidida a responder los mensajes, comencé a teclear una respuesta rápida para los dos.

Para: Mis ojitos Bonitos💙
Me muero por verte. Es una excelente idea, te amo mi bebé😍.

Y el otro;

Para: Idiota con patas 😋
Eres un maldito suertudo. Iré pidiendo permiso, te amo, pero que esl no se te suba a la cabeza jaja😗.

Al terminar de enviar ambos mensajes, sonriente guardé mi celular en el bolso que llevaría conmigo. Me sentía bien, o bueno, hasta hace unos segundos atrás. Las nauseas habían regresado, junto con el incesante dolor de cabeza.

Todo absolutamente todo, me daba vueltas. Intenté caminar hacia mi cama, pero el dolor de cabeza me lo impedía. Sentía como si me estuvieran atravesando pequeñas agujas filosas por toda mi cabeza.

El dolor era indescriptible. Sentía el vomito venir, así que rápidamente corrí hacia el baño sin importarme el dolor que sentía en mi cabeza, me arrodille frente al inodoro y vomité. Odiaba vomitar, era lo peor.

Me sentía mareada y débil. Pero esta vez, todo parecía estar más intenso que la última vez. Recordé que no había desayunado esta mañana, porque el simple hecho de mirar el plato que habían servido para mí, provocó que regresara a mi habitación, para vomitar.

Tomé un poco de fuerzas y me levanté hacia el lavamanos, lavé mis dientes, sacando así la sensación desagradable de haber regresado mi estómago. Pero, como yo no disponía de mucha suerte, un carraspeo de garganta disimulado, apareció justo detrás de mí.

Lentamente me di la vuelta y quedé frente a mí madre, quien mantenía una mirada de preocupación.

— ¿Te encuentras bien, hija? — No me moví, estaba atrapada. Era como una situación en donde sabes que has hecho algo malo y no se lo has contado a tus padres, pero ellos de una forma u otra terminan enterándose.

— Quiero que seas sincera, Elizabeth ¿Has estado vomitando últimamente, no es así? — cuestionó, alzando una de sus cejas y cruzando los brazos sobre su pecho.

Este probablemente sería mi fin.

Que descanse en paz, Elizabeth Pierce.

↔ ↔ ↔

Me amo👀

¿Quedaste con ganas de más? Yo sé que sí, ¡desliza y enterate de lo que pasará! 💕

— Con amor, Rosie✨.

[O.S corregido].







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