Capítulo 20.2: Nuevamente el silencio (cont.)

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Y qué bien me haría al menos oír tu voz (cont.)

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Nuevamente la odisea de Igal para conseguir un empleo, cargando a cuestas la desilusión de haber dado lo mejor de sí en su trabajo —incluso distanciándose de Nacho por ello— y a sabiendas de que nada sirvió pues una "mano negra" desde arriba movió los hilos necesarios para quitarlo, cual marioneta, del teatro de títeres. Y por si fuera poco, Nacho que está ausente hace varios días, que no aparece, que nada se sabe de él, que solo causa más tristeza al corazón de su amado hasta que por fin, un mensaje de texto es recibido con inmensa alegría y como una señal esperanzadora para salir del pozo oscuro en que el protagonista principal se ha metido.

Adela en Londres, Fher en Formosa y nuevos personajes que avanzan ocupando espacios que aparecen como vacíos ¿innecesarios? de llenar, toda vez que la única presencia que Igal quiere es la de Nacho. Pero por alguna razón, el destino parece decidido a oponerse al encuentro y un nuevo desencuentro en el acostumbrado bar de siempre pone una nota triste al final del pentagrama.

Al regreso, aquella canción de amor de Marilina que supo hacerlos bailar desenfrenadamente en la playa será la que nos transportará a un mundo lleno de reclamos donde todos nos preguntaremos, con la cantante, "Amor mío... ¿cómo cambiaste tanto el aire que respiro?".

Reseña realizada del capítulo 20... los leo yo ahora con entusiasmo. Comenten, ya falta poco para el final. Buen lunes a todos!!!



No pude decirte adiós (buscá también la versión impresa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora