London Adventures - Fanfic Harry Styles (& One Direction) Versión en Castellano

CAPÍTULO 1 - Café

Siempre me ha costado decidir. Siempre que me encontraba en esta situación lo pasaba mal de verdad. No podía elegir...me gustaban todos...

Bianca me dió un codazo obligándome a decidirme de una vez.

- Caramel Macciato pequeño, por favor.

El chico puso cara de alivio e hizo un gesto como dando gracias al cielo porque la eterna espera ya había terminado. También se oyó un bufido entre la gente de la cola que, sin darme yo cuenta, había aumentado considerablemente. Nos apartamos un poco para dejar pasar al siguiente.

- Tia, eres lo peor, de verdad.

- ¿Por? Sólo he tardado 5 minutos!

- 4 minutos, 47 segundos. Irina y yo te hemos cronometrado.

- Sois unas exageradas. ¡No podía decidir entre el latte y el caramel!

- Ya ves, ¡decisión de vida o muerte! - dijo Irina con la mejor de sus ironías.

- ¡Ñeh! - les saqué la lengua.

Cogimos nuestros cafés y nos dirigíamos hacia la puerta cuando Bianca ralentizó la marcha hasta quedarse completamente quieta, con los ojos cual naranjas y la boca tan abierta como la boca del metro.

- Bianca, te van a entrar moscas. ¿Por qué demonios te has parado?

Como no se movía seguimos su mirada hacia una mesa que había en la esquina del establecimiento y lo entendimos. Por unos segundos debíamos tener las tres la misma pinta que Bianca al principio, porque un hombre mayor pasó por delante nuestro con su bandeja y nos miró con una cara rara.

- N...no...no puede ser...¿verdad? - dije no creyéndome lo que veía.

- Pues yo creo que sí, que es - y empezó a caminar hacia ellos. Irina siempre era la más valiente de las tres.

- ¿¡Qué haces?! - grité en voz baja (sí, sabes cuando hablas en el máximo nivel de voz baja? Pues eso) - estás loca? Vas a parecer una de esas fans que les persiguen y les tocan los huevos todo el día.

- Tranquis, tengo un plan - Bianca y yo nos miramos preocupadas y nerviosas e interrogamos a nuestra amiga con la mirada - vamos a hacer como que no nos afecta para nada su fama, como si fueran normales, que en realidad lo son, pobrecillos. Vamos, nos presentamos y nos vamos a casa con la mejor experiencia londinense del mundo. Tomároslo como un reto. Vamos, Gabri, a ti te gustan los retos.

- Sí, los retos como el de la canela, no el reto de fingir que no sabes quién son cuatro de los 5 componentes de la banda más famosa del momento. No podemos limitarnos a mirarles desde lejos y amarles en silencio? - dije, sabiendo que no iba a servir de nada. En realidad quería acercarme a ellos, pero la que estudiaba teatro no era yo, eran Bianca e Irina. Yo estudiaba para ser escritora, y los escritores no se dirigen a nadie cara a cara con sus novelas. La iba a cagar seguro.

- ¡Challenge accepted! Vamos, gallina - dijo Bianca.

Como las dos me dieron la espalda y empezaron a andar hacia la mesa, decidí seguirlas, ya que me parecía mejor opción que seguir de pie con la boca abierta.

Nos sentamos en la mesa de al lado, que raramente tenía sofás. Digo raramente porque encontrar sofás libres en un Starbucks es como abrazar un cactus y no pincharte. Aunque claro, tampoco es muy normal encontrarse con One Direction casi en su totalidad sentados en una cafetería como si nada.

A lo que iba. Nos sentamos y Bianca e Irina empezaron a hablar de sus cosas tan tranquilamente, mientras que yo me limitaba a soltar risitas nerviosas como una imbécil. De vez en cuando las dos actrices iban enviando miradas furtivas a los chicos y yo...pues yo miraba todo el rato un cuadro muy raro de unos granos de café de colorines que tenía justo delante. Si les miraba un solo segundo sabía que se me iría la pinza y la liaría mucho. Ellos hablaban de algo de una tienda a la que querían ir en Oxford Street. No paré mucha atención a la conversación porque estaba demasiado ocupada derritiéndome internamente por el simple sonido de sus voces. En concreto con una. Que sabía perfectamente a quién pertenecía, aunque no me dignara a mirarle a la cara. Dios mío, les tenía al lado...y yo mirando un puñetero cuadro.

Y entonces, Bianca hizo la cosa más estúpida y más inteligente a la vez.

- Disculpad, tenéis hora?