London Adventures - Fanfic Harry Styles (& One Direction) Versión en Castellano

CAPÍTULO 13 - Skype

Llevaba cuatro horas estudiando, y la cabeza me iba a estallar. Quería ser escritora, pero también me gustaba escribir otras cosas, como artículos, así que estudiaba periodismo. Y no era una carrera fácil, al contrario de lo que piensa todo el mundo. Harry y los chicos habían tenido que ir a Estados Unidos a seguir con la gira, y yo cada vez me veía más lejos de Harry, igual que las chicas de sus respectivos. Habíamos hablado por teléfono un par de veces antes de que se fueran, pero ya llevaban una semana allí y no sabíamos nada de ellos. No perdíamos la fe en que se acordaran de nosotras porque Bianca, que se había vuelto la animadora oficial del grupo de depresivas anónimas, estaba allí para recordarnos una y otra vez que no habríamos pasado ese finde maravilloso si no tuvieran interés alguno en nosotras.

Al menos habían legado los exámenes, y manteníamos nuestras mentes ocupadas. Estaba ya hasta los mismísimos de estudiar, y las chicas habían ido a la biblioteca, así que me puse Ed Sheeran a toda vela y me tumbé en la cama. Sonó Wake Me Up, y cuando dijo eso de "and I'll make you a heart pendant, with a pebble held in my hand and I'll carve it like a necklace, so the heart falls where your chest is" miré el anillo de ositos, que aún colgaba de la cadenita en mi cuello. Estaba justo en la parte izquierda de mi pecho, encima de mi corazón, y no pude evitar sonreír como una tonta. Casualidades de la vida. ¿Será una señal?, pensé, y volví a sonreír. Pensando en cuándo volvería a saber de él, y sin soltar el anillo, me dormí.

- Mírala, y decía que se quedaba en casa para estudiar mejor, ¡JA! - me despertó la voz de Bianca.

- Vaya excusa más mala para poder hacer la siesta - añadió Irina.

La música había parado. Miré el reloj. Solo había pasado una hora desde que me había tumbado.

- ¡Solo he dormido una hora! - repliqué - llevo toda la tarde estudiando.

- Ya, ya...eso dicen todos... - siguió Irina con la broma.

Me levanté y las seguí, bostezando, hasta la cocina. Bianca dejó unas bolsas en la encimera e Irina empezó a sacar cosas de ellas y a precalentar el horno.

- Qué vas a hacer para cenar? - pregunté. Me acababa de dar cuenta de que tenía mucha hambre.

- Pues he pensado en hacer un pastel de carne - dijo, sacando todo de boles y poniendo ingredientes en ellos. La chica era rápida.

- ¡Bien! - dije - le salía de muerte.

Miré el horno, nuestro atrotinado y minúsculo horno, y me acordé del que tenían Louis y Harry en su casa. Suspiré. Su casa. Los chicos. Les echaba de menos...LE echaba de menos...

Puse la mesa y charlamos animadamente las tres hasta que la de cena estuvo hecha. Nos sentamos y empezamos a devorar como si no hubiéramos comido en años. Realmente tenía hambre.

- ¡Oh, dios mío, está buenísimo, Irina! - dije, saboreando la delícia humeante que me acababa de meter en la boca.

- Sí, pero no tanto como los chicos que estaban en la mesa de al lado en la biblioteca, ¿verdad, Irina? - dijo Bianca con cara de éxtasis.

- Muy cierto - corroboró la otra.

- Oh, así que yo duermo una hora y soy una vaga, pero vosotras vais a la biblioteca a ligar...pobres Louis y Niall - contesté riéndome de ellas.

- ¡Eh! Mirar es gratis - dijo Bianca, claramente ofendida por mi ataque.

- Exacto, además, mi corazón es de Niall, y lo sabe - añadió Irina con voz de princesa de cuento.

Bianca asintió en acuerdo, demasiado ocupada masticando como para hablar. Reí. ¡Cómo quería a aquellas dos tontainas! Realmente eran de esas personas que te preguntas cómo hubiera sido tu vida sin ellas y no consigues tan siquiera imaginártelo, porque forman parte, no solo de tu vida, sino de ti.