Shawn

2.8K 244 34
                                    


—Me di cuenta de lo que hiciste, Mendes —Clayton sonríe antes de llevarse la botella de agua a la boca y casi acabar con todo el líquido de un trago.

— ¿Qué se supone que hice?

— ¿Oh, enserio estamos jugando esto? —Levanta una ceja, para luego señalar a Vee y a Emma—. Todo ese coqueteo indirecto que hiciste con Emma. Hermano, estoy orgulloso, ya era hora.

—Cállate —es mi turno de tomar agua de la botella—. ¿No fue muy rápido? No quiero que ella piense que...

—Calma, clama, todo fue perfecto —pone una mano en mi hombro—. Ya me tenías cansado, va casi un mes desde que decidiste que te gustaba.

—Cállate, enserio.

—Bueno, si quieres seguir con todo esto, ella ya se está yendo —vuelve a señalarlas. Ellas están bajando las escaleras y caminan hasta la puerta.

—No, no, no, mierda, no, ¡vamos, corre!

—Hey, hey, hey, sin apuros, sin apuros.

Caminamos lo más rápido que podemos sin que se note tanto hasta que llegamos detrás de ellas. Clayton me da un codazo, indicándome que tengo que hablar yo primero. Abro mis ojos y niego con la cabeza, devolviéndole el codazo. Él me da una mala mirada y yo señalo a las chicas, diciéndole con los labios que les hable primero. Pone los ojos en blanco y asiente. Parecemos niños de cinco años.


Antes de que alguno de los dos diga algo, Vee se da cuenta de que estamos ahí. Nos sonríe y se detiene, pero cuando ve que Emma no nos ha visto y sigue caminando la toma del brazo, y se enoja.

— ¡¿Qué te pasa, Vee?! Casi haces que mi iPod llegue al piso y se...

Antes de que siga argumentando, le doy un codazo a Clayton para que hable, y entonces él la interrumpe: — ¿Emma?

Se queda helada por un momento hasta que lentamente se voltea.

—Oh, Hola, Clayton —dice.

Ella no me saludó a mí.

— ¿Te ha gustado la práctica? —Clayton sonríe tratando de formar una conversación, pasando una mano por su largo cabello mojado por sudor. Si supiera que se ve ridículo haciendo eso...

—Eh, sí, sí. No sé nada de fútbol pero...

Vee y Clayton se ríen. Yo quiero reír también, pero no quiero que piense que me estoy burlando, por lo que sonrío y paso mi mano ceca de mi boca para disimularlo.

—No me dijiste que Emma era tan graciosa —Clayton a mira a Vee, pero entonces cuando Emma la mira a ella, se pone nerviosa. Bien, tal vez Clayton no debió decir eso.

—Uh, sí... como que yo le he estado hablando un poco de ti a Clayton... —Es lo que ella le dice, con una sonrisa nerviosa.

— ¿Ah, sí? ¿Y qué fue lo que te dijo?

—Oh, vamos, no son cosas malas. ¿A que sí, Shawn? — Y entonces Clayton me mira a mí.


Y cuando Emma me mira esperando una respuesta, entro en pánico internamente. Entonces me río para romper la tensión, porque es lo único que sé hacer cuando estoy nervioso: reírme. Además, levanto mis brazos al aire, negando con la cabeza.

—A mí ella no me dijo nada. Te lo juro, Vee sólo habló con Clayton.

—Vale, vale...

—De todas formas, Clayton tiene razón —la interrumpo, sonriendo—. Eres graciosa.

—Bueno, pues... uh, gracias —Genial, punto para mí, ella no sabía que yo iba a decir eso—. Pero debo irme —¿Qué? ¡NO!

— ¿A dónde? —Pregunta Clayton, mirando el reloj en su muñeca—. Faltan sólo 30 minutos para que comiencen las clases.

—Lo sé, es que...

—Quiere ir a la biblioteca —Vee responde, rodando los ojos—. Según sé, ella quiere más libros. Oh, y es la tercera vez que se lee ese

Cuando señala el libro que Emma tiene en sus manos, mis ojos se abren. He buscado ese libro por semanas, y nada que lo encuentro. El que tenía antes se perdió en la mudanza y desde allí me he empeñado en buscarlo a toda costa, pero ha sido inútil.

—Hey, ¿ese es orgullo y prejuicio? —Le pregunto—. ¿En dónde lo conseguiste? Lo he estado buscando y siempre dicen que están agotados...

—No voy a decirte en dónde lo conseguí — Ella me mira de mala manera, y me confundo, ¿Ahora qué hice?

— ¿Por qué no?

—Ella no va a decírtelo. Nunca le dice a nadie en dónde consigue sus libros.

—Oh, vamos... —insisto.

Pero ella responde lo mismo: —No.

—Pero... pero... —Trato de hacerme la víctima y hago lo que nunca pensé hacer frente a una chica. Le estoy haciendo puchero. Le estoy haciendo puchero a Emma.

—Si te lo digo entonces vas a ir más seguido y tomarás más libros como yo y luego no voy a poder conseguirlos. Ni siquiera lo pienses —me guiña un ojo.

Oh por Dios, oh por Dios. Emma Tucker acaba de guiñarme un ojo. ¿Emma está coqueteando conmigo? Oh mi Dios, ¡Ella está coqueteando conmigo! ¿Qué se supone que hago ahora? ¿Me quedo callado? ¿Cómo le respondo?

Jesús, no tienes trece años, sólo síguele el juego.


—Piénsalo de este modo, si me lo dices entonces voy a estar yendo, y vamos a vernos más seguido —Le sonrío, esperando no sonar ni directo, ni desesperado.

—Ni siquiera intentes tus coqueteos conmigo, porque no van a servirte de nada —dice, y entonces mi sonrisa cae.

No entiendo a las mujeres.

—Yo... lo siento, no estaba coqueteando contigo si eso es lo que piensas... no quería que... perdón —niego con la cabeza. Metí la pata hasta el fondo.

—No importa...

— Sí, perdón. No volverá a pasar, te lo prometo —vuelvo a decir.

—Vee, te espero en biología —Emma se despide de Vee, y luego nos mira a Clayton a mí, deteniéndose un poco más en mí—. Adiós, chicos.


Ésta vez soy el único de los dos que le responde: —Adiós, Emma.


Debajo de las rocas ; Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora