Shawn

2.5K 236 19
                                    


No he salido de mi asombro desde que llegué. Yo definitivamente no entiendo a las mujeres. Sobre todo a Emma. No he podido entender a Emma. Primero se enoja cuando trato de coquetearle, y hoy cuando vuelvo a hacerlo ella me sigo la corriente. ¿A qué juega? ¿O estaba borracha?

No, la vi desde que llegó, ella sólo se había tomado una cerveza. ¿Y entonces qué? ¿Qué debo hacer ahora? No sé a dónde se fue. Ya ha pasado una hora más o menos desde lo que pasó y ahora mismo estoy sentado en uno de los sillones de la sala, junto a la pista improvisada. La música no estaba tan alta antes, pero ahora no puedo escucharme yo solo.

Veo a Vee caminando hacia mí. No, caminando no, ella está corriendo, con tacones. ¿Cómo es que lo hace?

— ¡Shawn, Shawn, Shawn! —chilla ella. No deja de sonreír en ningún momento. Me levanto del sillón y la ayudo a sostenerse. Está ebria.

— ¿Qué pasa, Vee?

— ¿Qué le hiciste a Emma? —vuelve a chillar, emocionada. Hasta está dando saltitos.

— ¿A Emma? Nada, ¿por qué, qué pasa? ¿Ella está bien?

—Sí, tonto. Ella está mejor que nunca. Dios, nunca la vi tan contenta desde que salió del hospital la última vez —me dice, emocionada.

Mi ceño se frunce al escuchar la última frase. ¿Hospital? ¿Emma salió del hospital? ¿La última vez? ¿Entonces ella ya había estado ahí varias veces?

— ¿Vee? ¿De qué estás hablando? ¿En dónde está Emma?

—Junto a la piscina. Ya va por la quinta cerveza, y no deja de decir que por fin le coqueteó a alguien. ¿Ella te coqueteó? ¡Eso es un avance muy grande, Shawn!

Niego con la cabeza. Nunca vi que Emma tomara alguna vez, así que no sé si pude embriagarse con facilidad. Las posibilidades son infinitas.

—Ve con Clayton, Vee. Iré a buscar a Emma.

—Bien. ¡Por favor bésala! Yo sé que ella te gusta y... te contaré un secreto... —susurra, por lo que tengo que acercarme a ella—. Tú le gustas a Emma también, pero shhhhhh.

—Ve a buscar a Clayton, Vee —le digo entre risas. Ella siente con la canción y se va bailando hacia la cocina.

Camino entre la gente, evitando a los que me retienen para hablarme del partido o simplemente a las chicas que intentan coquetearme. Mi mente sólo reproduce la imagen de Emma ebria cerca de la piscina con un montón de universitarios ebrios alrededor de ella. Una imagen para nada bonita.

Cuando llego al patio trasero, me acerco a la orilla de la piscina. No está adentro. Miro hacia el kiosco en donde está la parrilla y unas mesas, pero tampoco la veo allí. Trato de no alarmarme y camino a través del césped, buscándola. Mi cabeza va de un lado al otro, intentando encontrarla, hasta que la veo sentada junto a un árbol.

Suspiro aliviado al ver que está sola. Por lo menos está bien, y ningún idiota intentó aprovecharse de ella.


Me acerco caminando despacio, hasta que la veo con una cerveza en la mano. Pero eso no es lo que más me impacta. Ella está llorando. Todo el maquillaje que tenía puesto está corrido por su rostro. Pero lo que más me asusta, es que todas su ropas, y su cabello, están mojados.

Dejo de caminar y entonces comienzo a correr hasta llegar a ella. Me siento a su lado y le quito la cerveza de las manos. Ella no me mira, ni siquiera se inmuta cuando le quito la botella. Sólo mira al suelo, sollozando una que otra vez. No despego mis ojos de los suyos, a pesar de que ella hace como si no estuviera aquí.

Quiero hablarle, quiero hacerle tantas preguntas... pero ahora no es el momento. Lo único que dejo en mi cabeza es el sentimiento de si está bien o no. 

Debajo de las rocas ; Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora