Shawn

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Pensé que había avanzado algo hoy, pero mis esperanzas fueron directo al suelo al final del día. Ella dejó de hablarme. Ella ya no me mira. Ella simplemente me ignora.

Tenía que aceptar que a pesar de que todo había salido mal a lo último, avancé considerablemente. Llevaba un mes entero mirándola, cuando ella no estaba mirándome. Cada vez que ella no se daba cuenta mis ojos no se despegaban de su persona. Le seguía el paso, trataba de memorizar sus clases sin que se diera cuenta para saber en qué lugar podría encontrármela y así que ella pensara que fue un accidente.

Nadie más sabía eso más que mi mejor amigo, Clayton. Y aunque se quejaba siempre, tampoco perdía la esperanza de que le hablara. Clayton era de esas personas que siempre estaban contigo a pesar de que fueras un grano en el trasero. Pero en este caso él es un grano en el trasero la mayoría del tiempo.


Me encamino a la cafetería con mi mochila colgada al hombro. Guardo las llaves de mi dormitorio en el bolsillo de mi pantalón y espero a Clayton junto al bebedero. Cuando me levanté esta mañana él seguía durmiendo y yo no podía desperdiciar tiempo, así que le dije que lo vería en la cafetería para llevar a cabo todo el plan de "hacer-que-Emma-vuelva-a-hablarme".

Miro el reloj en mi muñeca y ya han pasado veinte minutos. Dios, Clayton tarda una completa eternidad, y las clases van a comenzar en diez minutos. Todavía estando de pie, recuesto mi cabeza en la pared. Y es ahí cuando me doy cuenta de que Emma está en una de las mesas de la cafetería, tomándose un café.

¿Qué hago? ¿Voy hasta allí y le hablo? Ella me ha estado ignorando por días, no me habla, ni siquiera me mira. ¿Sería adecuado ir hasta allí, sentarme en su mesa y saludarla? No, la pregunta más importante aquí es: ¿tengo el suficiente valor para hacerlo?

Me tomó un mes entero hablarle por fin y al final todo salió mal. ¿Esto va a valer la pena?

¿Pero qué estoy diciendo? Por supuesto que sí vale la pena.

Ella lo vale todo.


Camino con paso decidido hasta su mesa, pero justo antes de que ella pueda verme, la campana suena. Y como si ella supiera que estoy detrás de ella, se levanta y se va rápido a su clase, perdiéndose en uno de los pasillos.

—Mierda... —me llevo las manos al cabello y lo desordeno con frustración. Estuve a un maldito pelo...

— ¿Listo? —Clayton llega después y me toma del hombro

— ¿Esta es la hora en la que te dignas en aparecer?

—Oh, vamos, este cabello toma tiempo de arreglar —se revuelve el cabello delicado—. Ser bello no es fácil.

—Odio mi vida... —murmura.

—No. Tú no odias tu vida; tú odias que ella sea la única que te ignora.

—Como sea... tengo que irme.

—Shawn, la campana sonó, hay que ir a cálculo.

—Creo que hoy... me saltaré la clase.


Me aseguro de que el salón de instrumentos esté cerrado cuando estoy dentro de él. Quizá sea mala idea saltarme la clase de la maestra Marcie, pero justo ahora estoy tan enojado conmigo mismo que lo único que quiero es desahogarme. De todas formas, puedo adelantarme después, cuando Clayton y yo volvamos al dormitorio.

Me siento frente al piano de la esquina y comienzo a tocar notas sin sentido. Sólo las toco. No es una canción, simplemente trato de que no suene tan mal como creo que va a sonar. Sigo haciéndolo por varios minutos hasta que me canso. La frustración y el enojo no se van todavía.

Me siento en un banco una de las guitarras y entonces ahora sí comienzo a tocar una canción. La primera canción que yo mismo escribí. No canto, sólo toco. Mis dedos rasgan las cuerdas de la guitarra y la sensación se siente liberadora. No pienso en nada malo, sólo en ella, y cómo lucía cuando hablamos esa única vez.

Estoy comportándome como una marica. Esto no me pasaba meses atrás.

Dejo la guitarra en su lugar y tomo mi bolso para entrar al baño, de la misma habitación, a lavarme la cara. Lo hago un par de veces y luego me apoyo en el lavamanos, mirando mi reflejo en el espejo.

Piensa con cabeza fría, Shawn. Tú mismo tienes que hacer que las cosas pasen. 


Y tienes que hacerlas bien. 


Debajo de las rocas ; Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora