[Capitulo 4.] Jackson.

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Mientras mis ojos se mantenían cerrados, escuchaba pasos desde la habitación hasta el baño. Allí envuelta entre sábanas, olía un aroma algo diferente que no sabría explicar. No me molesté en abrir mis ojos, supuse que Gisel me habría llevado a casa despues de una noche de fiesta y borrachera. Segundos despues escuché una voz masculina que venía desde el cuarto de baño. Fue entonces cuando abrí mis ojos y me senté rápidamente sobre la cama. Observé la gran habitación, con posters colgados en las paredes, zapatillas de chico en el suelo y una cazadora negra la cual vi la noche anterior en...si, en el cuerpo de Jackson. ¿Que hacía allí? ¿Y con su camisa? Dios.. ¿dónde estaba mi ropa?
Observé segundo despues de estar sumergida en mis pensamientos como Jackson aparecía con una toalla blanca enrrollada sobre su cintura y el pecho al descubierto. Me sonrojé apartando la vista a la vez que cerraba los ojos. Jackson se sentó en el sillón que había en frente de la cama, mirándome de reojo mientras buscaba su zapatillas.

-Buenos días Juliet.

Me quedé callada mientras abría los ojos para mirarle con vergüenza.

-¿Qué tal has dormido?

-¿Qué hago aquí?

Sentí como mis mejillas me ardían y Jackson sonrió por mi tímidez, o seguramente por mis coloretes.
Se acercó a la cama para sentarse a mi lado.

-Ayer te desmayaste.

-Mierda... Susurré bajando la mirada. ¡Que vergüenza! ¿Me vió borracha?

Seguidamente me mordí el labio inferior antes de soltar palabras por mi boca.

-¿Tú me cambiaste de ropa?

-No hubo más remedio.

-¿Y mi ropa? ¿Mi móvil? Oh..mi móvil. ¡Tengo que llamar a Gisel!

Pronto me di cuenta de que mi telefono me lo dejé en el coche de mi hermana, dentro de mi bolso. Que despistada. Miles de pensamientos rondaron por mi cabeza. ¿Estaría Gisel preocupada por mi? Tenía que decirle que estaba con Jackson.

-No te preocupes Juliet. Tu ropa esta en la secadora y...tu hermana ya sabe que estas aquí, conmigo...

Pronunció su última palabra casi susurrando sin dejar de sonreir. ¿Por qué sonreía tanto? Me ponía nerviosa.
Minutos después, observé como se dirigió hacia el pasillo entornando la puerta de la habitación. Mi curiosidad surgió y me levanté de la cama comprobando que tenía su pijama puesto. Me acerqué a mirar cada poste que tenía colgado sin detenimiento. Cada poste era de una banda musical de rock.
Escuché unos pasos apróximandose a la habitación en la que yo me encontraba. Jackson estaba ahí, ofreciéndome mi ropa limpia de una a una a la vez que la mencionaba.

-Ten. Vestido, sujetador y bra.. Mmm. Y debajo de la cama encontrarás tus tacones.

-Gracias.

Me dirigí hacia el cuarto de baño encerrándome para cambiarme. Me quité su pijama y rápidamente, en cuestión de unos cinco minutos, ya estaba vestida y mi pelo sujeto con una goma en lo alto de mi cabeza.
Me acerqué a Jackson, que estaba sentado en una punta de la cama ya vestido con los codos apoyados en las rodillas esperando a que saliese. Recorrió de arriba a abajo mi cuerpo vestido con una vista rápida.

-Estúpenda. ¿Quieres ir a casa?

- Si , gracias.

-Vamos, te llevo.

Me cogió de la mano, agarrándola con suavidad tirándo levemente de esta. Tras caminar y pasar por varias habitaciones, llegamos a su garaje. Guau. Pude comprobar fácilmente que tenía carnet de conducir cuando vi su deportivo de color negro. Me invitó elegantemente abriendome la puerta para entrar al coche, en el cual me subí con cuidado y me abroché el cinturón. Observé como caminaba hasta su asiento por la parte delantera del automóvil.

-Pues...vamos allá.

Condució por la carretera atentamente mientras puso la radio. Aquella canción la conocía, "The Hills". Cerré los ojos durante el trayecto, pensando en la noche que pasé ayer junto a mi hermana y nuestras amigas y luego... Bueno, luego apareció él. Recordé nuevamente la imagen de su rostro cuando me choqué contra él y me sonrió. Mmm...tenía una sonrisa maravillosa, un cabello brillante y ondulado, un cuerpo de deportista y una voz bastante dulce y tranquilizadora. Lo que no sabía es si había dormido con él o solamente me dejó en aquella cama sola mientras el dormía en otra habitación.

-Jackson.. ¿Has dormido conmigo?

Esbozó una sonrisa ligera mirandome de reojo a la vez que estaba atento de los pedales y la velocidad permitida.

-Si.

-¿En la misma cama?

-Claro, no tengo ninguna otra.

Suspiré tras oirle cerrando despacio los ojos. Me imaginaba lo peor.

-Tranquila. No te he tocado.

-¿Eh?

¿En serio? ¿Para nada? ¡Que alivio! Existen chicos normales en este mundo que no piensan solamente en sexo o en aprovecharse de chicas que no estan en condiciones de hacer nada. De repente, el aroma de la camiseta de Jackson se me vino a la nariz. Deducí que se me había pegado a la piel. Mmm...que bien huele.
Pasó media hora cuando por fin llegamos a mi piso.

-¿Te apetece pasar, Jack?

-¿Quieres?

Rodé los ojos girándome para abrir la puerta,la cual dejé abierta esperando a que pasara. Me descalcé los tacones dejandolos a un lado y soltándome el pelo. Moví la cabeza despacio para que mi pelo ondulado se colocara. Observé como Jackson decidió pasar y sentarse en el sofá.

-¿Quieres tomar algo?

-¿Cerveza tienes?

-¿¡Cerveza!? Dios no...Que horror.

Solté una leve carcajada tras decir aquello. El sabor de la cerveza no me iba mucho, así por qué iba a tener en casa.

-Estan riquísimas.

Negué suavemente con la cabeza a la vez que sonreía y me acercaba al sofá para sentarme al lado de él. Me crucé de piernas mirandole, preparada para hacerle una pregunta.

-Jack...

-Dime.

-¿Tu y yo hemos..ya sabes?

Jackson sabía perfectamente a lo que me refería con esa pregunta. Tragó saliva esperando unos segundos antes de darme la respuesta. Estaba muy nerviosa. No quería perder mi virginidad borracha y menos con alguien que no conozco apenas.

-Por supuesto que no.

-Ah..

Suspiré aliviada por su respuesta, dedicándole una de mis mejores sonrisas. No obstante, empezamos a hablar de nuestros gustos, nuestra música favorita, nuestras aficiones. Empezamos a conocernos y entre risa y risa se me salían lágrimas por cada carcajada que pegábamos. Su risa era un tanto contagiosa y divertida, y cada momento que pasaba me sentía algo más cómoda que la primera vez que nos vimos en el aeropuerto. Jackson era divertido y contaba varias historias, leyendas o incluso chistes malos.

-No se me da nada bien contar chistes.

-Nah...Tranquilo. Seguro que se te da bien hacer cosas mejores.

Asintió con una sonrisa divertida, la cual me hizo soltar de nuevo otra carcajada. Estaba muy a gusto hablando con él y no me daba cuenta de que hora era, y tampoco me molesté en mirarla. Quería saber de él, conocerle.

COMPLETAMENTE SUYADonde viven las historias. Descúbrelo ahora