Marianas

16.- Entrenamiento. Corta tiempo.

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Una casa arde envuelta en llamaradas, espirales flamantes que con sus tentáculos dorados estrujan y rompen la estructura.  Una figura recorre el bosque en dirección al caos  avanza con su camisón blanco echo tirones y sus rodillas raspadas. La niña se detiene al filo del calor, abriendo sus ojos captura toda la escena mientras su cabello revolotea por el aire. Un ambiente onírico la envuelve a ella y el lugar, no puede verse más allá de la distancia que es marcada por el fuego y su luz. 

-¡Leyka!.- Gritó la niña. -¡Leyka!.- insistió invadida por la pena y el pánico.

Un chillido agudo reverbera en los adentros de la casa y las flamas se extienden hasta ella. La niña retrocede pero tropieza y observa anonadada como el fuego se abalanza contra ella. El chillido se vuelve ensordecedor e insoportable.

***

-¡Marianas!.- Susurra con fuerza la marioneta de Wiss.

Me despierto y miro a Ágata desenrollando un pergamino en el suelo cerca de la pared, mientra Mateo la observa confundido y somnoliento.

-¿Hueles eso?.- Insiste la marioneta. 

Hago hincapié en eso y olfateo. "Huele a carne quemada y sangre" pensé y me estremezco, me resulta muy familiar. Dilato mis pupilas hasta casi envolver mis ojos, adquiero la vista de un animal nocturno repaso la caverna buscando al verdadero Riar. Cuando lo hago escucho como se estremece el exterior, una sacudida que hace retumbar la caverna y el polvo llueve. Me precipito a la salida y al estar a la entrada de la cabaña vislumbro una contienda. Golpes y árboles crujiendo palpitan en la obscuridad, inmersos en el bosque. 

-¡Saquen a Mateo!, ¡Nos buscamos después!.- Ordeno.

Mateo interpreta la situación e intenta salir de la cueva a auxiliarme pero la marioneta lo detiene. Ágata prepara el portal y se despide con una mirada serena, sonrío a la despedida y salgo en busca de Riar. 

Al adentrarme corro siguiendo los sonidos hasta que una llamarada en forma de bisonte aclara el terreno. Miro a Riar arremeter con ese poderoso hechizo a un sujeto con la piel pálida y ropajes obscuros. Salto a una altura media de los grandes pinos que nos rodean y con mis manos lo talo, mientras el extremo superior cede sigo trepando por el y localizo a nuestro enemigo. Empujo la sección talada impulsándola con fuerza hasta él, y el impacto levanta una pequeña nube de humo destrozando árboles cercanos. Caigo a un lado de Riar y con la mirada nos saludamos. El tronco que lance se troza y de el brota una brea blanca como plata fundida, esta crece en espinas enormes y son disparadas hacia nosotros.  Riar pega sus manos y convierte su cuerpo en arena, yo me pongo a cubierto en el tronco de un árbol cercano. Las puntas plateadas impactan en diferentes lugares y al hacerlo pudren lo penetrado. 
Respiro hondo y mientras lo hago un sujeto diferente aparece enfrente de mi, ahora un chica con cabelleras larga y lisa. La mujer mueve su cabeza haciendo un efecto de látigo con su cabello y su melena se extiende y se afila hasta mi. Me agacho y cuando este termina de cortar el árbol en el que me refugiaba a la mitad, aplaudo haciendo un golpe con el sonido. Esta onda se extiende y la impacta pero sin hacer efecto alguno sobre ella. La mujer sonríe y con sus huesudos dedos señala el área de sus oídos, los vislumbro y veo solo una protuberancia gris como la roca. 

Para cuando me reincorporo el cuerpo blancusco del otro sujeto impacta en uno de los árboles al lado de la chica. Riar camina hasta mi con porciones de arena girando alrededor suyo. La chica molesta extiende sus manos y como si tirase con sus puntas, genera raíces  puntiagudas y con espinas negras . Yo me preparo y afilo mis palmas mientras Riar extrae más tierra del suelo haciendo esferas a su alrededor. 

-¡Wow wow!.- Se escucho en las alturas. 

Una figura alta y esquelética desciende con delicadeza en medio de nosotros cortando la pelea. Al erguirse miro su rostro lo desconozco por completo. Su faz es extraña tiene una prominente frente repleta de arrugas y tatuajes verdes, sus pómulos puntiagudos afilan su barbilla y destacan sus grandes ojos tintos. Su cabello es largo repleto de trenzas rastas y pequeños adornos, con una espalda alta pero también una cintura femenina.

-No queremos problemas.- Dijo dibujando una sonrisa y mostrando sus acabados pero filosos dientes.

-¿Como te llamas?.- Repuse con seriedad. 

El sujeto que había sido golpeado se reincorpora poniéndose de pie, su mandíbula esta dislocada y con un apretón de su mano la re acomoda. La chica me mira sonriente mientras su compañero frunce el ceño. 

-Bien, como yo también vengo a hacer preguntas me parece justo responder.- Aclara el ser extraño.- Mi nombre es Zolk'la.

-¿Por qué nos atacaron?.- Pregunto dominante. 

-Tu preguntaste yo respondí, ahora yo pregunto y tu respondes.-Dice con elegancia.- Resulta que buscamos a uno de los nuestros y al indagar en el ultimo lugar que lo vimos nos llego tu aroma, lo rastreamos y llegamos hasta aquí. ¿Donde esta Bazúho?.