Marianas

7.-La advertencia de Bazúho

Justo como lo había previsto, a los días una serie de sucesos me indicaron que el dueño buscaba sus sabuesos. Solo envió a sus vasallos, estoy segura de que el arquitecto es mucho más perceptivo que esa calaña de bribones que envió en su lugar. Les vigile desde un lugar seguro y de donde no perdería ni un solo detalle.

Pensé en visitar a Ágata, pero en estos momentos creo que eso seria estúpido de mi parte, solo pondría en riesgo todo lo descubierto hasta ahora. Pero mientras vislumbraba la operación, Bazúho se hizo presente a mi costado tras una cortina de humo de su grueso habano.

-¿Por que no me sorprende verte?- Jugueteo Bazúho

Guarde silencio seguí saltando entre los tejados.

-¿Que tanto sabes al respecto?.- Levita boca arriba frente a mi.- Yo llegue hasta los aulladores ¿y tu?.

Su pregunta me detiene en un parque.-La misma etapa, entre muy confiada y no tuve más remedio que retirarme.-Contesto sin mirarlo directamente, no quiero que lea mi mirada.

-Marianas, ese lapso de vida tan apacible me molesta un poco, ¿Es que no tienes curiosidad de quien tira de los hilos?.-Me incita entre silenciosas carcajadas.

Molesta vibro, y cuando digo vibrar me refiero a concentrar gran parte de mi energía en un solo punto de mi cuerpo, hasta que las reverberaciones de este sean tan altas que se convierta en una arma con un filo vibratorio. Destazó al insolente de Bazúho y sus trozos caen a la banqueta, pero nadie puede verlos solo las personas como nosotros.

Miro la cabeza de Bazúho y esta sonríe y carcajea.

-Marianas, cuando entré incinere a una docena de sus aulladores, y sin duda lo volvería a hacer por mero placer y curiosidad. Por su puesto que la mente maestra sabe que sus sabuesos están muertos.- Sus extremidades desprenden pequeños hilos que comienzan a rearmarlo.-y lo que busca es al culpable. 

Me dispongo a alejarme antes de que se arme, que molesto seria volverlo a escuchar. Bazúho levita nuevamente en posición de loto.

-Y con tu aroma en todas partes, yo comenzaría a buscar amigos.- Finaliza con su característica risa raspada con eco. 

Bazúho había dado en el blanco, necesitaba dejar de estar sola. Pero siempre lo he estado y no por destino si no por convicción.