28.-El amor como motor de vida.

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Solté a Mateo, cuando cercene nuestra sinapsis su mente recibió una revelación momentánea, algo que entre nosotros llamamos Eclipse espiritual. Esto ocurre cuando una alma que interpretaba a otra, son medidas en una comparativa energética en la que uno opaca al otro. Mi espíritu, mi energía, mi vida opaco a la de Mateo y ahora recibía una carga lucida de la misma, mis recuerdos y sentimientos, mis pesares y deseos.
Se tambaleo para atrás y cayo de espaldas, respiraba agitado y parecía estar sufriendo un ataque mortal pero solo era su energía menguando. Le mire en silencio, esta era una de sus más grandes pruebas, debía sobrevivir a un eclipse espiritual con migo y eso sellaría nuestra relación a niveles muy profundos. Los ojos de Mateo estaban desorbitados, vislumbraban eras que ya no existen, personas que han perecido al paso del tiempo y su cuerpo ardía en un cumulo de sentimientos que no eran suyos, solo míos. 

Su revelación como mi aprendiz oscilo en los 2 y 9 minutos, pero estoy segura que para él fue el inicio y el final de los tiempos. Pero su cuerpo comenzaba a relajarse, sus uñas no rasgaban el piso y sus pupilas estaban del tamaño adecuado. Comenzaba a amanecer y no solo otro día había despertado, otro brujo se incursionaba en este cause demencial e inhóspito.

-¿Que...?.-Balbuceo Mateo.- ¿Que paso con Leyka?.

Guarde silenció, su pregunta me heló la sangre y desenterró viejas sensaciones. 

-Tu... Tu lo amaste, lo amaste hasta que tu cuerpo se oxidó y tu mente marchitó. Lo amaste por sobre tu amargura y sobreviviste al mundo que él te mostró como un regalo, y lo atesoraste odiándonos a nosotros por envenenar tu obsequio. Lo amaste tanto que preferiste olvidar tu nombre a olvidar el suyo, por eso te dices Marianas, como referencia a algo profundo y desconocido, a algo del que nadie sabrá nada.-Suspiro.- Yo siempre creí que amar así no existiría, que no era humano. 
-Eso es porque cuando acepte que lo amaba ya no era humana, y amarlo por un segundo me fue igual que amarlo para siempre. 

Guardamos silencio mientras el sol se inmiscuía por la ventana y el filtro de las cortinas lo vestían de un tono sepia. Mateo lloraba y creo entender por qué pero guardo silencio. 

-Tuviste familias.....-Susurro.
-Hasta que deje de buscarlo en otros hombres.-Conteste.
-Vislumbraste tantas muertes.
-Sin ser cosechada.
-El mundo pareció partirse tantas veces.
-Y siempre sobrevivió al hombre.

Mateo levanto su rostro para mirarme y su mirada había cambiado, una mirada hechizada.

-¿Como no sucumbir ante la locura de esta forma de existir?.-Cuestiono con lagrimas en sus ojos. 
-Aveces la locura, para las mentes brillantes, suele ser solo una opción más sobre como encarar el mundo que nos rodea.

Mateo se puso de pie y camino a la cocina, se sirvió agua en repetidas ocasiones hasta que la sació por completo. Después camino hasta mi y se sentó a mi lado en silencio. 

-Mateo.-Irrumpí.- Este es el sendero de la hechicería, ya no hay vuelta a atrás. Debemos continuar tu entrenamiento.-Concluí. 

Me disponía a ponerme de pie pero Mateo me freno con su mano en mi rodilla.

-Quiero que conozcas a alguien. 

MarianasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora