Muy bien, voy a disculparme de parte de Wattpad por haber borrado este capítulo y voy a pedir excusas por tardarme tanto en reescribirlo. :) ¡Eh! Que tengo una buena razón para ello: Quería que quedara perfecto, porque va dedicado a unas lectoras perfectas <2+1
En fin.
Probablemente muchas de ustedes ya se han pasado por la segunda parte de No Todos Los Hijos de Hermes Sonríen, sin embargo, las voy a invitar a que pasen por la Introducción que, por cierto, ya está publicada :'D
Sin nada más que decir, excepto tal vez, que intentaré (ojo, INTENTARÉ) subir el primer capítulo de Lo que Calla la Oscuridad mañana,
Su Autora Favorita xD
Kat
No tengo palabras para describir exactamente qué era lo que sentía luego de volver a la Cabaña 13. La cabeza me daba vueltas, vueltas y más vueltas, llegando al punto en el que Nico tuvo que sentarme en uno de los sillones blancos para que me recuperase. El recuerdo de estar parada de frente a la muerte me revolvía el estómago. Había escapado de ella por poco... Aún no me adaptaba a la idea de todavía poder disfrutar de unos años más de vida. Y, ¿quieres que te sea franca? No es nada bonito el estar rodeada de familiares que no conocías pero que, a pesar de todo, eres feliz estando con ellos y de un momento a otro, saber que saltarás al vacío que te conducirá a otro mundo y que tendrás que olvidarte de todo aquello que aprecias.
Pero lo que me animaba de seguir con vida, era que aún podría estar junto a mi familia, en especial, con Nico. No tendría que despedirme de ellos... o por lo menos, no por ahora.
Para cuando mi mente había vuelto a estar en orden, mi vista se enfocó y pude notar la mirada preocupada de Nico clavada en la mía. Todo a nuestro alrededor se agitaba con fiereza. El miedo me invadió, creía que el mundo se caería por el movimiento tan fuerte que realizaba... hasta que me di cuenta que la tierra no era la que temblaba. Esa era yo.
—¿Kat? Kat, dime algo, por favor —rogaba el hijo de Plutón mientras me tomaba firme de los hombros—. ¡Kat!
Abrí la boca para decirle que me encontraba bien, pero ningún sonido salió de ella. Tuve que limitarme a asentir con la cabeza.
—Gracias a los dioses —susurró él abrazándome con fuerza y plantó un beso en mi frente—. Por un momento creí... —Se interrumpió en el acto, pensando bien si debería continuar hablando o no. Negó con la cabeza—. No importa. ¿Estás bien? Estás temblando.
Me extrañé por su comentario. ¿Qué habrá pensado Nico que lo logró poner tan nervioso?
—Si, si. Estoy... estoy bien —dije torpemente para intentar calmar sus nervios.
—¿Segura? —preguntó Nico tomando mi rostro entre sus manos con una expresión escéptica.
—Te digo que si, Chico Sombra —aseguré intentando esbozar una sonrisa. Por suerte mi cuerpo había dejado de temblar un poco, dándole más crédito a mis palabras.
Nico suspiró pesadamente y se dirigió a la litera, saltó hacia ella de espaldas y estiró los brazos en el movimiento. En una situación normal, habría tomado aquello como una práctica divertida. Pero teniendo en cuenta la tensión que aún teníamos ambos, me obligó a tomarlo como un intento de quitarse todo el peso que sentía.
Hice uso de todas las fuerzas que me quedaban para levantarme de mi asiento, intentar estabilizarme y no caer en el intento —eso, por cierto, tardó más de diez segundos—; y caminar hacia la litera para sentarme al lado de Nico. Lo último que quería en esos momentos era tener dudas dándole vueltas a mi cabeza, y por eso quería preguntarle a Nico cuál era la razón de su preocupación.
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No Todos Los Hijos de Hermes Sonríen (Nico di Angelo)
Fanfic¿Quiénes son los hijos de Hermes para ti? ¿Bromistas innatos? ¿Ladrones Profesionales? ¿Extras? Travis y Connor se han encargado de darnos a cada uno nuestros propios estereotipos. Pero, ¿Qué ocurre cuando alguien desmiente esa máscara que llevan l...