Capítulo XII

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Kat

Desperté en la mañana con un rastro de sudor frío que comenzaba desde mi nuca y terminaba en la zona lumbar. En mitad de la noche anterior, una sensación de asfixia me invadió repentinamente. Como era de esperarse, el pánico no tardó en hacerse presente, no entendía qué era lo que estaba provocando mi ahogo y era totalmente imposible que me hubiera atragantado con mi propia saliva.

No intenté despertar a Nico, quedaba claro que eso lo alarmaría demasiado. Simplemente cuando volví a sentir el oxígeno entrando a mis pulmones, me recosté de nuevo en la cama intentando conciliar el sueño, aunque después de ese "ataque" no pude dormir tranquila.

Palpé a mi lado buscando a Nico, pero este no se encontraba allí. Supuse que se había ido a desayunar temprano, así que me metí al baño y tomé una ducha. Tengo que admitir, por más estúpido que suene, que temía sufrir de nuevo lo que pasé anoche, bajo la regadera. Jamás sabes el pánico que se siente al estarte asfixiando hasta que lo vives; Ahora entendía porqué Percy, siendo hijo de Neptuno, le tenía miedo a ahogarse. Ya lo había vivido, aunque irónicamente, los hijos de Neptuno no pueden ahogarse ya que respiran bajo el agua.

Cuando salí del baño, rebusqué entre mi maleta algo que ponerme. Cuando encontré algo decente para salir a desayunar, cepillé mi cabello y salí de la cabaña 13 evitando cualquier contacto visual con los campistas griegos. No me malinterpreten, no es que tenga "griegofobia" o algo por el estilo como Octavian, solo que no estoy acostumbrada a este ambiente tan... fraternal que desprenden los griegos. Se siente como si en verdad fueran una familia.

Al llegar al pabellón, pude distinguir a Nico en la mesa de Hades terminando de masticar una tostada con mermelada. Sonreí de lado y me acerqué para saludarlo.

—Buenos días —saludé sentándome a su lado.

—Hola —respondió Nico seco con un pedazo de tostada en su boca. Ni siquiera elevó su mirada para verme al hablar.

—¿Qué tal la noche? —pregunté extrañada de la reacción de Nico.

—Bastante bien —dijo con la misma actitud.

Fruncí el entrecejo. Llegó a pasar por mi cabeza que había notado el episodio de anoche, pero retiré enseguida esos pensamientos debido a que si eso fuese cierto, él habría preguntado que me pasaba o por lo menos habría preguntado si estaba bien.

—Nico ¿qué es lo que te suce. . .?

—Me tengo que ir, Kat —cortó Nico levantándose de la mesa y alejándose por donde llegué—. Nos vemos en la tarde —agregó antes de salir del pabellón.

¿Qué le ocurría a Di Angelo? Se estaba comportando de una manera tan extraña, tan absurda, tan... anti-él. Otra idea pasó fugazmente por mi cabeza: "¿Y si está poseído por un eidolon?", pero la descarté casi al instante. Si estuviera poseído por un eidolon tendría los ojos de color dorado intenso y tendría una actitud más escalofriante y agresiva.

—¿Kat? —llamó Jason captando mi atención. Se sentó donde antes había estado Nico y al verme con el ceño fruncido mirando fijamente a la mesa, preguntó:— ¿En qué piensas?

—¿Yo? —respondí sacudiendo mi cabeza. Más tarde hablaría con Nico sobre ello—. En nada.

—Seguro —dijo Jason no muy convencido—. Vamos a ir a entrenar con Percy, ¿quieres venir? La arena de entrenamiento es un lugar genial para un duelo.

<<Estos dos no tienen más planes que irse a golpear como un par de críos>> suspiré para mis adentros, aunque ver en mi mente a esos dos luchando de pequeños me divirtió.

No Todos Los Hijos de Hermes Sonríen (Nico di Angelo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora