Capítulo XV

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Nico

Soledad, eso sentía cada vez que me despertaba en medio de la noche y palpaba a mi lado en busca de alguien que era obvio, no iba a estar allí. Estúpido, así me sentía cada vez que recordaba lo que había hecho. Tristeza, cada vez que recordaba los momentos que había pasado junto a Kat, por más cortos que hayan sido no dejan de revolotear en mi cabeza. Y cada vez que lo hacen, vienen acompañados de una sensación de culpabilidad.

Tantos sentimientos juntos que temía estar al borde de la locura. Tantas cosas que deseaba olvidar, tantas explicaciones que quería dar, tantos momentos que necesitaba traer de vuelta, tantas sensaciones que  anhelaba sentir de nuevo, como saborear los dulces labios de Kat sobre los míos.

Las últimas dos semanas han sido parte de los peores días de mi vida. Justo después de que Kat saliera corriendo de la arena de entrenamiento luego de que terminara con ella, Percy y Jason se acercaron de inmediato a preguntar qué había ocurrido. Les expliqué le versión breve: Había terminado con Kat. Creí que no era necesario que supieran la parte de la decisión que me había hecho tomar Hades.

"Jason salió corriendo en el acto siguiendo los pasos apresurados de Kat, no sin antes dedicarme una mirada asesina y un: "Hablaremos después, di Angelo". Percy, por el contrario, se quedó y me observó fijamente. No fui capaz de verlo a los ojos. Un silencio incómodo reinó entre nosotros hasta que por fin dijo:

¿Hay algo más, no es así? Lo miré sorprendido, pero inmediatamente después intenté ocultar mi ridícula expresión.

Sólo es eso repliqué intentando sonar frío.

Pasar tiempo con Annabeth te enseña cosas, amigo dijo Percy mientras rodeaba mis hombros con su brazo y me guiaba a un banco de la arena donde nos sentamos—. Una de ellas es saber cuando alguien está mintiendo o cuando dice la verdad pero no completa. Enterré mi rostro entre mis manos en señal de frustración—. Escúpelo.

Suspiré. ¡Agh, qué demonios! ¿Qué tenía que perder? Le conté todo lo sucedido con Hades, que Kat casi muere asfixiada por ese loco psicópata y que si no terminaba con ella, mi padre terminaría con lo que había empezado. Después de todo, ya la había perdido a ella. ¿Qué más podía perder?

Cuando terminé, Percy me miró sorprendido y con los ojos abiertos de par en par, seguramente no se esperaba que le contara algo tan grave como lo era esto de sopetón. Al recuperar la compostura, me dijo:

—Nico . . . —Percy estaba negando sorprendido—, te admiro.

Una pequeña oleada de ira me invadió.

—¿Que tú me admiras? —pregunté mirándolo con enfado— ¿Dices que admiras lo que he hecho?

—Te admiro por soportar hacer algo tan difícil como lo es terminar con tu novia cuando aún la amas. Digo, no todo el mundo está dispuesto a renunciar a su bien propio por asegurar el bien de los demás —explicó Percy sonriendo de lado mientras clavaba su mirada en el litoral de Long Island Sound—.   Sé que no soy el más inteligente pero tengo el suficiente coeficiente intelectual para saber que has hecho lo correcto.

Percy tenía razón, no tenía otra opción de igual manera. Si aún siguiera con Kat, ella probablemente moriría esa misma noche. Dioses, odio a mi padre.

—Gracias —susurré.

—No hay de qué. —Percy se encogió de hombros—. Pero tenemos que explicarle el resto de la historia a Jason. No creo que vaya a estar muy feliz de verte cuando vuelva de consolar a Kat.

No Todos Los Hijos de Hermes Sonríen (Nico di Angelo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora