Paso un mes y pensamos que los policías ya habían atrapado al sujeto que nos estaba acechando; vamos para la escuela como siempre todos los días de lunes a viernes, sin esperanzas de que nos quiten las clases uno de estos días. Pasamos por el mismo lugar en donde nos tomaron las fotografías y vimos que no había señales del sujeto que nos tomó las fotos, seguimos nuestro camino y más adelante alguien jaló a mi amiga con tanta fuerza que tronó su mano, la subieron a una camioneta igual a la que vimos Judid y yo, corrí todo lo que pude para llegar a la escuela o a la policía, tomé atajos en donde la camioneta no puede pasar, la esquivé un par de veces y al ver la estación de policía corrí más rápido de lo que había corrido en mi vida, luego vi dos camionetas siguiéndome, tenía mi corazón a mil por hora, entre a la estación y pedí ayuda, los policías hicieron lo que pudieron, llamaron a refuerzos para que los apoyaran, pero cuando iban agarrar el teléfono algo sonó muy fuerte que me aturdió y me caí al suelo, cuando logre recuperar la razón, me di cuenta que le habían disparado al policía en la cabeza, me asusté tanto que me metí a un rincón en donde había más policías que en el lugar en donde estaba antes, pero luego oí más disparos, la gente empezó a correr por todas partes y de la nada algo entro por la puerta.
- ¡Todos abajo que nadie se mueva! _ Grita un sujeto con la cara cubierta.
De repente un sujeto con la cara tapada me toma por sorpresa y me pone un trapo en la boca, cubriéndome la nariz y la boca, enseguida empiezo a ver borroso el paisaje y luego ya no veo nada, lo último que recuerdo fue que me aventaron como un costal en el piso....
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Me despierto, huele mal, no sé cuánto tiempo llevo aquí en este lugar, tengo los ojos vendados y me duele de lo tan apretado que está, tengo hambre y no sé dónde está Judid, me duelen las manos y los pies, tengo mucho frío, sé que hay más personas porque se oyen sus voces a lo lejos de este lugar, de repente siento un golpe, oigo un ruido... ¡Ya se! Estamos subiendo un bordo, extiendo los pies y de inmediato los encojo porque me da frío.
- ¿Hola? _ Me animo a decir, con una voz no tan fuerte.
-Me llamo Alelí, ¿hay alguien más aquí? _ Lo digo más fuerte esperando que alguien me responda.
- ¿Alelí?, Alelí soy Judid ¿dónde estás? _ Me dice toda preocupada por saber cómo estoy.
-Bien, me duelen los pies y las manos y tengo mucho frío ¿y tú Judid?
-Mal, me duele la mano, creo que me la zafaron. _ Me dice temblando.
-Hola, Alelí soy Angie, tomamos la clase de química II juntas.
-Ya te recuerdo, ¿qué haces aquí? ¿estás bien? ¿Como te capturaron? _ Le digo preocupada.
Oigo una voz y en seguida interrumpo Angie para que no nos metan un golpe, nos azotaron como costales de papas y oímos que cerraron una puerta, ya no había movimiento, pasamos horas así; me acuerdo que mi maestra de educación física me enseñó que cuando te tengan las manos amarradas puedes pasarlas por debajo de tus pies y así envés de tenerlas atrás las vas a tener en frente y probablemente tienes más posibilidades de que te puedas escapar, así que lo hice, me pude quitar la venda y ver qué pasaba, estaba oscuro y por lo menos eran veinte personas más que yo, me desamarré los pies y desamarré las manos de Judid y de Angie, ellas se quitaron la venda y me ayudaron a quitarme la cuerda que me amarraba las manos, después desamarramos a todos los demás, somos hombres y mujeres, por dos hombres eran más que nosotras, solo supimos que había un pasillo oscuro y que al fondo había una puerta con un foco arriba que la iluminaba; no sabíamos que pasaba.
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La última salida
RandomAlelí no sabe lo que la espera al ser secuestrada al intentar llegar a clases , no tendrá otra opción más que seguir avanzando a través de pasillos oscuros y lugares tenebrosos mientras intenta escapar con un grupo de personas desconocidas, tendrá q...