La última salida

El rescate

Al día siguiente me desperté con un dolor inmenso en las piernas por tanto correr el día de ayer, cuando me estaba parando noté que no había nadie en el vagón, después de unos minutos apareció Nilo.

-No vengas a fastidiar tan temprano.

-Vengo solo porque Mello me mandó a despertarte, tenemos que ir por leña para desayunar algo.

Me puse mi mochila y acompañé a Nilo hacia las afueras del túnel.

-Bien, ya salimos del túnel, ahora a donde nos dirigimos.

-Me dijo que en este callejón hay un poco de ramas como para encender fuego.

Caminamos por todo el callejón en busca de esas ramas que tanto me decía, cuando llegamos al final del callejón le dije que no había nada, de repente siento un fuerte golpe en la parte baja de la cabeza.

- ¡Me debes muchas Alelí, ahora me las vas a pagar, ojalá y te pudras en este lugar! _Me mira Nilo con una roca en la mano.

Lo último que observé es cuando Nilo me carga en su hombre y me sube a una camioneta negra...

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Despierto con dolor de cabeza, me sentía mareada y no oía bien, estaba amarrada a un tubo que estaba enterrado a un par de metros sobre el suelo, estaba sentada, a plena luz del día, lejos de mí oí como la camioneta se alejaba.

- ¡NILO!, por favor Nilo no me dejes aquí. _ Le grito desesperada.

Estaba aturdida así que tuve que poner toda mi atención para escuchar, de repente a lo lejos oigo unas pisadas por detrás de mí.

- ¿Hola?, ¡por favor ayúdame!

Cuando logro darme la vuelta me doy cuenta de que es un sik, inmediatamente intento levantarme y hacer el menor ruido posible, siento una pulsada muy fuerte en la pierna, me habían encajado un cuchillo, el sik estaba rastreando el olor de donde venia mi sangré.

NILO

Legué corriendo al subterráneo lo más rápido posible, tenía que inventarme algo porque me iban a preguntar por ella, no podía decirles que yo me la llevé inconsciente para que muriera, de repente me topo con Judid.

-Nilo qué bueno que llegas, mmmm ¿dónde está Alelí? _ Me pregunta Judid

-Lo siento, no la pude salvar se la llevaron los sik.

-A ver, ¿qué? _ Me pregunta Judid confundida.

Estaba sudando, no sabía que decirles, pensé que la situación no se iba a poner tan mal, hasta que llegó Omar.

- ¿Que está pasando? _Le pregunta Omar a Judid.

- ¡No me toques! Alelí acaba de morir porque este imbécil no la cuido.

Inmediatamente me voltea a ver Omar y con un movimiento rápido me mete un puñetazo en la cara.

- ¡¿Qué?, ¿me estás diciendo que ella murió?, ¿que estuviste haciendo todo ese tiempo?, ¿ver cómo se la comían?! _ Me contesta Omar agresivamente.

-Lo siento, no sabía qué hacer. _Respondo si sentimiento.

De repente llega Mello y se para junto a mí, el escuchó todo. Media hora después nos quedamos sentados esperando que alguien nos mandara, como nadie lo hacía yo me pare y les dije que nos fuéramos ya.