La fábrica

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Cuando dejé de ver el cartel me doy cuenta de que la fábrica realmente estaba abandonada, entonces caí en conclusión que desde hace mucho había estado en cuarentena, no sabía si avanzar o retroceder y correr el riesgo de que aquello nos matara.

-Alelí, ¿qué hacemos? _ Me dice Judid.

-Yo creo que hay que descansar un rato. _Le digo confundida.

Nos sentamos un par de minutos para tomar aire y relajarnos antes de que otra cosa terrible sucediera, no quiero ponernos en riesgo pero prefiero quedarme aquí hasta morir que ir hacia allá a saber qué cosas nos va a matar ahora, de todos modos ya estamos muertos, las personas que nos metieron aquí, es lo que quieren pero mi pregunta es porque a nosotros, hay mucha gente que está disponible y no la secuestran, toman a las personas que tenemos una vida espectacular, creo que ser tan bueno no es la mejor opción, a los malos a veces les va mejor que a los buenos.

-Alelí tenemos que avanzar. _ Me dice Omar.

-Levante la mano quien se quiere parar y avanzar por allá. _ Preguntó de forma grosera y cortante. - Ya vez Omar, nadie quiere, no molestes.

Omar me para de un jalón y me lleva a un lugar silencioso.

-A la otra solo pide que me levante. _Contestó irritada por la situación.

- ¡Que te pasa!, estas actuando como si nada te importara, antes actuabas como la chava que nos querías sacar a todos de aquí y ahora la chava que quiere que todo el mundo muera. _ Me dice Omar exaltado.

-Ya perdón, pero ya no quiero estar aquí, solo quiero irme de aquí, quiero mi cama, hace mucho que no duermo, tal vez y ya tenga 18 años o hasta 20.

-No tenemos tanto aquí. _ Me dice vacilando.

-No lo sabes porque jamás has visto el día o la noche, no has visto un calendario desde hace mucho, no tienes celular y si lo tuvieras se le hubiera acabado la pila, el único chavo que tenía reloj se murió hace sabe cuánto tiempo o, ¿agarraste el reloj antes de que muriera? _ Se lo digo molesta. - Haber dime, porque por lo que veo solo yo quiero salir de aquí con estos chavos, creo que tú te quieres pudrir en este lugar de cuarentena, solo tú quieres ser comido o ser una de esas cosas, ¿verdad?, porque solo tú piensas en ti..._ Omar me interrumpe.

-Para empezar sí me preocupo, me preocupo más por ti, te he salvado de varias y ni un gracias me has dado, también quiero salir de aquí pero no puedo ya que estoy encerrado con la porquería de persona que tengo en frente de mí.

Me sorprendí, lo que me dijo al final no me lo esperaba, yo empecé la pelea, pero no tenía derecho de contestarme así, luego oigo que llega Judid y Angie y me toman de la mano.

-Alelí se oye hasta acá, nada más que algunos, bueno la mayoría ya se durmió, pero escuchamos todo y no eres una porquería de persona, nosotras te apoyamos y si los demás te quieren seguir están bienvenidos. _ Me dice Angie.

-No te preocupes, ¿los levantamos? _ Me dice Judid.

-Si y díganles que ya descansamos un rato, que ya nos vamos, que agarren sus cosas. _ Se los digo en un tono decepcionada.

Llega Omar apenado de lo que acaba de pasar, me toma del brazo, pero lo rechazo inmediatamente.

-Alelí, no quise decir eso, estaba enojado, perdón, eres valiosa. _ Me lo dice tratando de arreglar las cosas.

- ¿Te disculpas por qué?, ¿de no poder salir porque estas encerrado con la porquería que sigue enfrente de ti? o ¿por la tontería que dijiste enfrente de mí?

Omar se queda en silencio...

-Eso pensé. _ Y me voy decepcionada de él.

Cuando vuelvo con el grupo les doy indicaciones de cómo avanzar, Omar está a lado mío pero no le prestó atención ya que sigo molesta con él; nada ha cambiado, seguimos caminando debajo de las farolas de la fábrica, todo está abandonado, todo oxidado, estamos con el pendiente de que abajo de nosotros haya otra planta y que la estructura del piso se valla a caer, seguimos avanzando y encontramos una puerta en donde dice EXIT, una chava corrió y dijo salida, pero antes de que pudiera abrir la puerta se detuvo y nos miró, no me daba buena espina esa puerta, así que no me acerqué y por lo tanto nadie avanzó, solo un chavo del fondo salió y se acercó a la chava y nos dijo a todos que si nadie iba a avanzar que él y la chava si lo iban a hacer, entonces paso algo muy raro, Omar me jaló y yo le iba a decir de mil cosas, que me dejara en paz, pero al darme cuenta de que algo venia corriendo al fondo de la fábrica me sobresalté, Omar no sabía que pasaba, me dije a mi misma CORRE YA, no escuchaba a Omar, nada de lo que decía, seguí mirando la puerta , Omar veía que decía algo pero no lograba entender, entonces lo dije más fuerte, ¡corre! . Empiezo a correr, todo el mundo me sigue, los chavos de la puerta no corrían con nosotros, solo nos veían, entonces la muchacha rápido abre la puerta y algo espantoso la jaló, el chavo se quedó paralizado y antes de que pudiera correr lo jalaron, yo no paraba de correr; encontramos una puerta que decía no entrar pero la mera verdad me daba más seguridad que la puerta que estaba por allá, entramos, Omar y otro chavo colocaron un montón de cajas y de barrotes para que la puerta no se pudiera abrir, oímos un montón de pasos que subían las escaleras, otros que bajaban las escaleras, que gritaban y que pasaban por enfrente de la puerta de donde estábamos, todos estaban con el corazón en las orejas, Omar se la pasaba cercas de mí, parecía un imán y yo era su refrigerador .

- ¿Omar que quieres porque estas tan cercas de mí? _ Me alejo de él.

-Es que no quiero perderte.

Me quedo sorprendida pero luego entendí la situación...

-Con eso no te voy a perdonar, engañas mis sentimientos para que te pueda perdonar, pero eso no va a pasar, si tanto quieres que te perdone déjame en paz.

-No Alelí no lo entiendes, lo que te dije hace rato no era verdad, es que estaba enojado, ¿porque piensas que a nadie le importas? todos te seguimos, todos te hacemos caso y te queremos, yo te quiero mucho, no como mi amiga si no como algo más.

Se me empezó a acelerar el corazón, pero nos llevamos conociendo casi nada, solo sé que fue un chavo de los de mi clase que casi fue novio de mi amiga Judid.

-Oye apenas si te conozco bien, no me puedes querer, así como si nada.

-Si te conozco, se cómo te portas, se quién eres, ya se te olvido que en una de las tantas veces que descansamos nos conocimos como si fuéramos los amigos del alma, como si ya lleváramos toda la vida juntos, yo te dije uno de mis secretos y tú me dijiste tus secretos, y eso fue lo que hizo que me enamorara de ti, no te quiero perder Alelí.

Por un momento pensé que si decía la verdad, pero por otro lado me decía que si me dejaba enamorar por él lo iban a terminar matando, como en las películas de terror, literalmente se me declaró en ese momento pero cuando yo le iba a decir la respuesta un ruido muy fuerte nos sacó de nuestros amoríos, nos estaban buscando como si fueran perritos con rabia, empecé a observar la habitación y me di cuenta de que era un salón de clases, era obvio que esto no era una fábrica...

La última salidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora