[Jungkook]
¿Sabéis de esa sensación de aprensión o incomodidad que se siente al despertar en una cama ajena a la tuya? ¿Sí? Pues yo sentí todo lo contrario al despertar en la cama de Jimin. Durante unos segundos se me hizo tan normal esa escena que olvidé todo lo ocurrido meses atrás, como si nunca hubiera sucedido y este fuera otro fin de semana cualquiera. Por desgracia los recuerdos terminaron por aparecer, haciendo que me incorporara de inmediato, provocando un enorme y repentino mareo y cayéndome de culo al suelo.
- Veo que ya despertaste... -Levanté la vista para encontrarme a un Jimin y su burlona sonrisa observándome desde la puerta.
- ¿Qu-qué hago en tu cuarto? – Pregunté con desconcierto, poniéndome en pie con su ayuda y seguidamente sobándome el trasero a causa del dolor que permanecía latente debido al golpe.
- Hasta ahora dormir, despertarte y caerte al suelo. Muy productivo, sí.
- Jimin...
Rió en voz baja y salió de la habitación, esperando que yo le siguiera, cosa que inconscientemente hice. A medida que nos acercábamos a la cocina, podía apreciar mejor el olor a tortitas. Yo que quería recordar la noche de ayer y el enano me viene con un desayuno delicioso... ¡Así no hay quien se concentre!
- Te quedaste dormido en la fiesta y llevé de vuelta a tu casa –explicó mientras me servía en un plato varias tortitas. –Cuando llegamos no encontrabas tus llaves y obviamente no iba a dejarte tirado en la calle, así que decidí llevarte a mi casa.
- Haber llamado al timbre.
- ¿A las cuatro de la mañana? ¿Quieres que tus padres me odien de por vida o qué? –Ignoré su exagerado dramatismo y me apresuré a probar el primer bocado del atrayente desayuno.- Además, cuando llegamos no pareciste muy disgustado con la idea.
- ¿amh? – tragué la comida que ocupaba mi boca y volví a preguntar, ahora siéndome posible vocalizar. -¿A qué te refieres?
- A que nada más dejarte en mi cama me suplicaste con un puchero que durmiera contigo. Parecías un bebé.
"¿Yo hice eso?"
Ahora que pensaba detenidamente en ello, sí que me venían varias imágenes a la mente en las que yo le pedía a Jimin compañía, pero solo eso, inocente y pura compañía, nada raro. ¡Maldito sea alcohol y sus efectos!
- ¿Dormimos juntos?
Asintió con desinterés, sin mirarme, mientras servía leche en una gran taza azul. Era la que siempre usaba cuando salíamos juntos y despertaba en su casa, y de alguna forma, recordar eso me dolió, quitándome el hambre por completo. Aparté ligeramente el plato con tortitas y me puse en pie.
- ¿No tienes hambre? –preguntó levemente asombrado, y no le culpaba, yo por las mañanas solía ser una máquina zampa grasas. Negué varias veces con la cabeza, zarandeando mi flequillo de un lado a otro, con la vista gacha.
De un momento a otro, todos los momentos de la noche anterior me vinieron a la mente.
"Estuve hablando con Yugyeom pero al final no pasó nada... ¡Jugamos a nunca o chupito! Oh dios, yo dije lo de poner los cuernos y... sí, cierto, Jimin se fue de allí. ¿Yo dije eso? ¿De veras? Creo que me pasé... Incluso respondí a Suga cuando quiso hablar conmigo... seguramente en un futuro me arrepentiré de eso. También me enteré de que Jimin se pegó con uno... ¿por mi culpa? Y luego entró a un cuarto cuando yo estaba con otro tío y...¡Oh dios! ¡Por favor te ruego que todo lo último que sucedió fuera un sueño!"
