[Jimin]
¿Pretendía que bebiese? ¿Eso pretendía el muy desgraciado? Pues no pensaba darle el gusto. No le había puesto los cuernos a nadie en mi vida, y menos a él, por mucho que insistiendo en lo contrario. El beso de Suga no había sido nada romántico, nada sentimental, nada de lo que se había imaginado Jungkook. Si tan solo me escuchase un jodido segundo... ¡Pero no! El muy idiota prefería ir a magrearse con cualquiera antes de escucharme, y eso me m sentaba de la peor forma posible.
Ver como se le acercaban miles de tíos con claras y pervertidas intenciones en los ojos, como le tocaban, abrazaban e incluso a veces besaban en medio de los pasillos. Obviamente al verme llegar se separaban, revelando el miedo que me tenían, y no les culpaba. No habían sido pocas las ocasiones en las que tenía que marcharme del recinto escolar para no acabar a golpes. Simplemente cada vez que veía a Jungkook con otro, perdía el control.
Fui a la cocina y me serví otra vaso. Si tenía que aguantar toda la noche viendo como Jungkook se toqueteaba con otro, al menos no lo haría sobrio. Salí al jardín a despejarme un poco, cuando una conversación a pocos centímetros de mí llamó mi atención, o más bien la persona de la cual hablaban.
- Se lo ha montado hace unas horas en los baños con otro. Ya os lo dije tíos, Jungkook borracho no tiene límites de ningún tipo.
- Quizás debería intentarlo ahora...
- Pero si a ti ya te rechazó
Se escucharon varias risas antes de que volvieran a hablar.
- No volverá a hacerlo, y menos con todo lo que ha bebido.
- Y si no lo consigues a la primera, le fuerzas un poco al principio y ya está. Con lo zorra que es seguro que se acaba dejando. De hecho creo que en un rato iré a buscarle.
Volvieron a reír al mismo tiempo que yo me terminaba la bebida de un trago y ponía en pie y me acercaba a paso lento al grupo de tres. Me hervía la sangre. Hacía tiempo que no me sentía tan furioso, y ellos al verme llegar lo notaron, o al menos dos de ellos. El tercero no iba a nuestra escuela, pude notarlo al no reconocerle, y al darme cuenta de que él no me reconocía.
- Ey – señalé con la barbilla al único de los tres que seguía con esa sonrisa de idiota plasmada en su rostro. Era el que había dicho lo de forzar a Jungkook. Noté como se me revolvían las tripas al imaginar esa escena, a mi Kookie siendo violado, tocado, besado, follado en contra de su voluntad. Era simplemente asqueroso... asqueroso y aterrador.
- ¿Qué quieres tú ahora?
Ni siquiera lo pensé. Mi puño fue directo hacia su cara en menos de una milésima de segundo. Cayó al suelo y me coloqué encima suyo propinándole otro golpe. No pensaba, solo actuaba. Estaban hablando de Jungkook, de mi Jungkookie... planeaban hacerle daño. Esos asquerosos pensaban tocarle.
- Acércate a él y te mato – levanté la vista hacia sus dos acompañantes, quienes observaban la escena pasmados e inmóviles.- Y lo mismo para vosotros.
- Maldito cabr...
El chico al que acababa de pegar, quien seguía debajo de mí, ahora con el labio sangrando y el pómulo izquierdo hinchado, me escupió y se incorporó dispuesto a devolverme los golpes.
"¿Quieres más? Mejor para mí"
Me preparé para propinarle otro puñetazo antes de que sus amigos se interpusieran, deteniéndonos a ambos. En unos pocos segundos se disculparon y lo sacaron de mi vista, dejándome una ligera decepción al no poder romperle más la cara a ese cretino. El pequeño corro que se había formado a nuestro alrededor no tardó en disolverse al ver como me levantaba.
Volví a adentrarme en la fiesta. Me serví otra copa y dirigí de nuevo al salón, donde se encontraba Jungkook con un tipo diferente. Ya no era el que le daba clases particulares, ahora se encontraba sentado en el regazo de uno que probablemente ni siquiera fuera a la escuela. De seguro que era un amigo de Zico, o alguien de su universidad, porque parecía mucho mayor.
Cuando me pilló mirándole, tan solo me sonrió y se giró para besar a su acompañante, sin apartarme la vista ni un segundo, disfrutando del dolor que eso me hacía sentir.
Era cruel. Era tan cruel como yo lo había vuelto.