[Jungkook]
¡Maldito Tae y malditas sus bromas sin gracia alguna! Por un momento llegué a pensar que realmente había pillado algo, y aunque obviamente el tenerlo ya habría sido malo de por sí, lo peor era pensar que Jimin se lo podía haber pasado a Jimin. En serio, casi mato al alien del susto.
- Jungkook... Jungkookieeeeee... Kookie...Kokito,Jungkookito,Kook,JeonJungkook...
- ¡¿Qué?! –respondí con frustración a Tae. Supuestamente iba a pasar todo el viaje sin hablarle, pero para mi desgracia no había podido llegar ni a los dos segundos.
- ¿Estás enfadado?
- Sí.
- ¿De veras? Piénsalo bien, que has respondido muy rápido.
- Cállate Tae.
- ¿Eso es que me quieres?
- ¡ASH! ¡Jin, por dios dile algo!
El mayor del grupo, quien iba conduciendo, se limitó a mandarnos callar para que no le desconcentráramos de la carretera, y seguidamente su novio se giró levemente hacia nosotros advirtiéndonos que no se nos ocurriese enfadar a Jin. De seguro que lo único que quería era mantener a la princesa de buen humor para podérsela llevar a la cama cuando llegasen a casa, era obvio. O bueno, quizás no tan obvio para algunos, como Tae.
- ¡OH DIOS MÍO! – Todos menos el conductor, quien ya debía estar más que acostumbrado a los gritos de Taehyung y sabía diferencia cuando eran importantes y cuando no, nos asustamos, pegando un bote en el asiento.- ¡Se me acaba de ocurrir una idea genial!
- ¿Ah, sí? –pregunté con desinterés, esperando cualquier tontería por parte del castaño.
- ¡Hoy vamos a cenar todos juntos!
- Ni de coña. Jin y yo tenemos planes. –se apresuró a responder Namjoon.
- ¡Namjoon, no seas así! – Jin miró a Tae a través del espejo del coche y le sonrió. –Me gusta tu idea.
- ¡Pero Jin, íbamos... - Namjoon intentó quejarse pero la forma en que lo miró su novio le hizo cerrar la boca de inmediato, volviéndose hacia la ventana malhumorado. Muy bien Tae, acabas de alargar la abstinencia sexual del más pervertido del grupo.
Durante el camino acordamos vernos en casa de Jimin y Hope sobre las diez. Yo ya iba de camino, así que directamente me dejaron ahí. Salí del coche, despidiéndome de todos y ganándome un asfixiante abrazo por parte de Tae, quien seguía excesivamente cariñoso para compensar la broma.
Llamé a Jimin al telefonillo y subí a su piso. En principio íbamos a cenar fuera, pero viendo los recientes acontecimientos, no íbamos a tener que salir de casa. Mejor para mí.
- ¡Jungkookie! –me cogió en brazos y estrechó fuertemente.
- Ash, déjame...- intenté zafarme, pero no me soltó hasta conseguir un beso por mi parte.- Entre tú y Tae vais a acabar conmigo y mi cuerpo.
- ¿HA VENIDO TAE?
Jhope apareció por el pasillo de inmediato, buscando con la mirada a su novio. Cuando se percató de la falta de presencia del nombrado, suspiró y se dignó a saludarme con bastante menos interés. Luego se disculpó y dijo algo sobre seguir haciendo la cena. Jimin y yo nos ofrecimos a ayudarle y al final terminé cortando variedad de verduras.
- Por cierto –Jhope rompió el silencio, para nada incómodo, de la cocina.- ¿Qué tal los resultados?
- ¡Es verdad! – Jimin dejó su tarea y me miró, intentando aparentar serenidad, pero estaba más que claro que se moría de nervios.
- Tae es idiota pero está perfecto y Namjoon igual.
- ¿Y tú?
Por unos segundos pensé en hacerle la misma broma que me habían hecho a mí, pero terminé echándome atrás. No iba a ser tan cruel, y menos si me miraba con esa carita de preocupación.
- Más perfecto que todos vosotros juntos. –Jimin soltó un suspiro y aprovechó que tenía que acercarse a mi lado a coger un utensilio, para darme un beso en la mejilla.- Te dije que no había de que preocuparse. Sois unos exagerados.
- ¡Exagerados dice! Pero si tu culo ha conocido más mundo que yo, Jungkoo...- Jimin y yo fulminamos al mayor con la mirada y este calló de inmediato, devolviendo la vista a la sartén que tenía enfrente.- ...perdón.
- No le hagas caso – Jimin se acercó a mi oído y me abrazó por la espalda, recargando su cabeza en mi hombro. Me dejo dos besos en la mejilla y afianzó su agarre.- Me alegro de que estés bien.
Me giré levemente y esta vez fui yo quien depositó un leve beso en sus labios.
-Yo también Jimin, yo también.
- ¡Ey vosotros! El espectáculo se lo dais al perro si queréis, pero a mí no.
Reímos ante las palabras de Hoseok y volvimos a nuestros quehaceres, dejando que de nuevo un silencio inundase la sala, pero de nuevo digo, era un silencio agradable.
