[Jungkook]
¿Cuántos días habían pasado desde que Jimin me prometió alejarse? ¿Cinco? ¿Siete? No tenía ni idea, pero lo que si sabía era que después de ese día me sentía... ¿Desilusinado? Algo así. Jimin ya no me perseguía para hablar, no interrumpía mis conversaciones con otros chicos o intervenía cada vez que ellos se me insinuaban. Ahora respetaba mi espacio, ni lo rozaba, estaba tan lejos de traspasarlo que tenía miedo. Se estaba alejando demasiado para mi gusto, había tardado pero terminado por aceptarlo.
"Tú le pediste tiempo"
Cierto, lo había hecho. Era mi culpa que estuviera perdiendo el interés en mí, porque eso era lo que ocurría. Cada día que pasaba estaba más seguro de que el moreno se había dado cuenta de que yo no valía la pena. Y tenía miedo, me aterraba darle una respuesta y que él ya hubiera decidido.
Por mi parte yo también estaba cumpliendo el trato. Pasaba más horas al día pensando en Jimin de las que podía imaginar. Tampoco respondía a los constantes mensajes de chicos olvidados que se amontonaban en mi buzón, evadía cualquier acercamiento que no me interesara e incluso había echado a un lado las clases particulares de Yugyeom, las cuales terminé dándome cuenta de que no necesitaba.
Ahora que había vuelto un poco en mí, me percataba de detalles que hacía tiempo me pasaban desapercibidos o no me importaban; de mi reputación en la escuela concretamente. Incluso los profesores me miraban diferente. Me rodeaban los murmullos y cuchicheos, probablemente intercambiando rumores de los que ni yo era consciente. Recibiendo bromas y comentarios constantes, fingiendo que no me afectaban, y en realidad no lo hacían. Tenía tantas cosas en la cabeza que el aburrimiento de unos ignorantes era lo que menos me importaba en ese momento.
El timbre sonó, aumentando con ello las voces de los alumnos. La clase no tardó en vaciarse, dejándome a mí a solas, ya que prefería salir de los últimos y pasar más desapercibido. Terminé de guardar mis cosas, dispuesto a abandonar la sala, cuando divisé a dos chicos entrando por la puerta. No le di mucha importancia hasta que noté como se acercaban a mí.
- ¿Necesitas ayuda con eso? –Preguntó el más alto refiriéndose a la mochila.
- No gracias. Se cerrar una cremallera yo solito. –Respondí bruscamente.
- Y también abrirlas, al parecer... -susurró el segundo en voz baja. Obviamente le pude oír, teniendo en cuenta el silencio que inundaba la sala, pero aún así decidí pasarlo por alto y hacer oídos sordos. No tenía ganas de discutir con nadie.
Me coloqué la mochila a la espalda y anduve hacia la puerta, pero para mi sorpresa uno de los chicos se interpuso en mi camino. No me di cuenta de que el otro estaba cerrando la puerta hasta varios segundos después. Rodé los ojos, cansado, e intenté rodear al chico y seguir avanzando, pero este me lo impidió, repitiendo mis movimientos.
- Quítate.
- Que humos te traes, Jungkook...- El chico sonrió y su amigo no tardó en acercarse. Genial.- Solo queríamos hablar un rato.
- Pues hacerlo entre vosotros y dejadme en paz.
- Es que con quien queríamos hablar era contigo.
- Pues os jodéis porque yo no quiero. –Nuevamente intenté cruzarles, pero otra vez mi cometido fue impedido. Bufé y les fulminé con la mirada, terminando en el más alto, el que hablaba.
- No te enfades, cualquiera diría que molestamos...-volvió a reírse y tuve que reprimir unas ganas enormes de hundirle mi puño en la boca. De veras que no estaba de humor.
