Capítulo 2: Conociendo a un Dios

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-Esta es la cabaña diez. Afrodita, diosa del amor, la belleza y las palomas- dijo Percy deteniéndose frente a la cabaña con las paredes pintadas de un fucsia brillante, el techo de color dorado y las ventanas marrones, aunque no se podía ver mucho más allá de ellas gracias a las brillantes cortinas de flores que las cubrían. Ya habían pasado por las anteriores nueve, lo único interesante fue la cara de sorpresa de Alan al ver la habitación de Percy, demasiado... especial.

-¿Las palomas?- dijo Lucía confundida al tiempo que se acercaba a la puerta, también era marrón solo que esta tenía un cartel con el número 10 y el nombre de Afrodita en griego antiguo, habían tallado cinco palomas alrededor del cartel. Un detalle muy hermoso.

-La verdad es que no sé, pero su animal característico son las palomas así que supongo que les tiene afecto. Pasemos a la siguiente- respondió Percy de inmediato, sin dejarle a los otros dos preguntar nada, caminaron unos diez metros hasta llegar a la otra.

-Cabaña once. Hermes, dios de los caminos, caminantes, mensajeros y ladrones- esta era bastante sencilla, estaba pintada toda de gris y la puerta era blanca, tenía el mismo cartel que la anterior,  con el número 11 y el nombre de Hermes, aquí no habían tallado nada, sólo pintaron en el centro del techo una rama con alas y dos serpientes entrecruzándose en ella. Un caduceo.

-¿Podemos entrar?- dijo Alan, Percy dudó un momento pero al final solo se encogió de hombros y asintió.

-Si no te importa perder tu ropa interior, sí. Solo aléjate de todos los que quieran "darte un abrazo"- cerró los ojos como si estuviera recordando algo terrible- Yo los espero afuera.

Lucía lo miró con sospecha, Alan, en cambio, lo hizo con emoción, dio unos cuantos saltitos y tomó a Lucía de la muñeca, llevándosela dentro de la cabaña, ella se quejó aunque sus gritos quedaron amortiguados cuando cerraron la puerta.

Percy sonrió ante la escena, él podría ser muy malo en todo lo referente al amor pero algo estaba claro. Esos dos terminarían juntos.

Sintió que alguien estaba detrás así que reguló su respiración y dirigió su mano hacia el bolígrafo que tenía en el pantalón, lo destapó y en un rápido movimiento se volteó con la ya transformada espada en el cuello de una chica, ella tenía el cabello rubio recogido en una trenza y sus ojos grises abiertos por la sorpresa, el filo de la hojilla solo había logrado cortar la cuerda del collar, todas las pepitas de colores cayeron a la tierra sin hacer ruido alguno, Percy suspiró aliviado y retiró el arma, convirtiéndola de nuevo en un sencillo bolígrafo.

-Annabeth, me asustaste- dijo, la hija de Atenea lo miraba con la boca entre abierta sin todavía creerse que su novio le hiciera eso, casi la mata -¿Estás bien?- no dijo nada, en cambio de dio un buen golpe en el estómago, haciendo que él se doblara por el dolor.

-Idiota, no me había sentido tan aterrada desde la última guerra- bufó, Percy subió la mirada solo para ver como ella desaparecía en el camino a su cabaña. No se podía sentir tan confundido. Otra sombra se proyectó a su lado, pero él no se dio cuenta a tiempo.

-Perseus, se supone que los tenías que llevar a mi cabaña- Percy dio un brinco olvidando momentáneamente el dolor. Al frente suyo estaba un semidiós reservado, uno que había rescatado hacia tanto tiempo, el Rey de los fantasmas. Nico di Angelo.

-Eh... ¡Mira! Ya vienen- señaló al par de adolescentes que salían de la cabaña 11, el chico estaba sin camiseta y todo su cuerpo lo cubría algo que parecía tarta, aunque eso contrastaba con la ancha sonrisa en su rostro. A su lado estaba la chica de cabello violeta con las manos pintadas de azul y un constante ceño fruncido. Nico hizo un esfuerzo por no reírse, los hijos de Hermes sí que podían ser creativos.

-Ni una palabra sobre mis manos- dijo Lucía, Alan la codeó suavemente mientras soltaba un par de risitas.

-Vamos, Lucy. Diviértete un poco- dijo él.

-Me vuelves a llamar "Lucy" y te parto la cara- respondió.

-¿Por qu...?

-Vengan, chicos. Tenemos un visitante- interrumpió Nico, ambos se percataron de inmediato de su presencia y asintieron acercándose, él tomó la mano derecha de Alan y la izquierda de Lucía... y Percy también. –No, Percy. Sólo nosotros- dijo Nico empujando a Percy fuera.

-P... Pero...- y desaparecieron entre las sombras.

****

Por dentro, la cabaña era lo que se esperaba par un hijo de Hades. Las paredes eran de obsidiana, tan oscuras como los ojos del chico. Tenía un par de cortinas blancas que desentonaban con el aire sombrío del lugar, había varias literas, una de ellas estaba llena de ropa negra y un pequeño bolso, al lado de esta se encontraba un hombre bronceado y atlético, llevaba ropa de deportista y el cabello rubio revuelto, tenía un brillo en sus ojos azules que lo hacía ver como un niño de cinco años contemplando un juguete.

-Lucía, Alan. Él es Apolo, dios del sol, las artes, la medicina, la profecía, la belleza masculina, y otras cosas que no voy a decir porque no tenemos tiempo- dijo Nico carente de emoción y sentándose en la que parecía ser su cama, la de la ropa negra.

-¿Quién es Lucía y quién es Alan?- dijo Apolo, Nico levantó la mirada y volteó los ojos.

-No te hagas el chistoso y diles a donde vamos- se limitó a decir. Apolo sonrió dejando ver su blanca dentadura.

-No es mi culpa que se tengan que ir al otro lado del mundo.

-¡¿Al otro lado del mundo?!- gritó Alan, todos volvieron la vista a él.

-Sí, van a ir a Japón- Apolo estaba que daba saltitos del entusiasmo, pero Alan ya se le había adelantado.

-¡Yo siempre quise ir a Japón! Lucía ¿Tú no quieres?- la chica se había quedado estática en su sitio. No podía creer lo que pasaba. De todos los lugares del mundo ¿Tenía que ser precisamente Japón?

-No- dijo fría y salió de la cabaña de Hades, los que quedaban suspiraron y dijeron al mismo tiempo:

-Chicas...



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Ahehehe *ríe nerviosa* Bueno, semidioses. La única excusa que tengo de que no actualicé hace un mes es mi mala memoria. Lo admito, se me olvidó :/


Espero que me perdonen y que les guste el capítulo :3


Y, para los percico shippers, no me maten o mato a Percy y dejo a Nico en coma.


Bueno, adios :v



El retorno del semidiós [Percico-Pernico] #OppWards2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora