Capítulo 7: Otra loca japonesa. [¿Maratón?]

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Corrieron hasta el ascensor, Nico muy por delante de Alan. Al estar frente a las puertas metálicas que se acababan de cerrar, las golpeó con fuerza ganándose la atención de los turistas, dejó de intentar derribarla rápidamente y cambió la idea por una más racional, pero ineficiente: Presionar el botón del elevador con frenesí.

Alan siguió despacio a Nico, con precaución para no ser calcinado por la creciente desesperación de él.

-Nico... –habló suavemente colocando una mano en su hombro, algo que hizo sentir extrañamente cómodo al hijo de Hades. Nico suspiró cansado, claramente se había dejado llevar por las emociones, esas que nunca antes dejaba salir.

Llamó con una mano a la secretaria más cercana, ella al ver que el chico no estaba de humor, se acercó titubeante, era un cliente al fin y al cabo.

-¿Si? ¿Que desea? –preguntó desviando la mirada. Tenía un forzado acento inglés, lo que daba a entender que no era su lengua madre.

-¿Tienes alguna idea de donde se hospeda Percy Jackson? –la secretaria ladeó la cabeza y luego abrió mucho los ojos.

-Sí, sí. Sígame –asintió caminando apresurada hasta un escritorio apartado del bullicio de gente, los chicos obedecieron. El pequeño lugar parecía ser su oficina ya que había fotos familiares, dos hijos y sin esposo, por lo que se veía –Acérquense –sonrió a los semidioses y se sentó al frente de una lujosa laptop, tecleó algunas cosas en japonés, casi de inmediato la imagen de un hombre ocupó la pantalla. Sonrió aun más esperando una respuesta -¿Y bien? ¿Es él?

-Uh, oh. No... Disculpa –Nico se acercó al monitor para ver mejor al hombre, era asiático con el cabello entre canoso y algo pasado de peso. Centró los ojos en el nombre. Percy Johnson. Ambos jóvenes contuvieron la necesidad de golpearse contra la mesa. Tal vez la señorita era hija de Dionisio, tal vez ese perezoso dios había engendrado nuevas criaturas.

-No, no es él –Alan rió –Se lo deletreo: P-E-R-C-Y espacio J-A-C-K-S-O-N –dijo lentamente como si le hablase a una niña; la chica iba presionando las letras del teclado al compás de la voz de Alan, hasta parecía estar divirtiéndose.

La imagen de otra persona apareció. Un adolescente de cabello negro alborotado, ojos verde turquesa y una exagerada sonrisa de bebé. Bingo.

-Bien ¿En qué habitación está?

-Lo siento, muchacho –la secretaria lo observó con lástima –Eso es información privada.

-¡¿Qué?! ¡¿Me traes hasta acá y no me dices lo que...?! –Alan le tapó la boca antes de que pudiera continuar.

-Disculpe a mi amigo, es un poquito agresivo –dijo él riendo falsamente intentando evitar que Nico lo pateara –Pero, de verdad necesitamos la habitación de Percy, es una emergencia.

Ella los miró indecisa, aunque al final golpeó la mesa sin mucha fuerza y se levantó.

-Si se quedan una noche, les diré –Nico se calmó ¿Que tan cara podría ser la noche en un hotel? Quitó la mano de Alan de su boca para preguntar cuánto era -400 dólares estadounidenses –dijo la mujer como si fuera lo más normal del mundo, ambos chicos se quedaron muy quietos.

-¿Me estás tomando el pelo? ¡Apenas y tengo setenta! –gritó exasperado.

-Calma, Nico. Está bien –Alan sacó cuatro billetes de su bolsillo y se los entregó a la señorita, Nico solo se limitó a mirarlo expectante.

-Habitación 415 pasillo B, piso 4 para ustedes, gracias por comprar –les entregó dos tarjetas y un vasito de plástico a los semidioses, parecía contener té negro o algo parecido; Alan se lo tomó de un trago haciendo una mueca por lo caliente, y Nico lo bebía de a sorbos –Y la habitación 732 pasillo C, piso 7 para Perqui –estaba consciente de que había pronunciado mal el nombre, pero a ella se le hacía entretenido.

-Gracias, ¿Los elevadores van directo a la habitación? –Nico tomó otro sorbo mientras se alejaba junto con Alan.

-A la orden y sí, lo hacen. Por cierto... –Se levantó corriéndolos fuera de su oficina y se detuvo en frente de ellos -¡Feliz luna de miel! –y cerró la puerta.

Nico escupió el té al instante.

-Vamos, sombritas. No te alteres, es solo otra loca japonesa más.

-¡¿Cómo me llamaste?! –el rostro alegre de la mujer se asomó por el cristal de la puerta. Alan tomó la muñeca de Nico.

-CORRE.     


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Nananananana SOOOORRY

 Ok ya, no me la sé. Bueno... la cosa que lo siento mucho, la computadora se cayó y se dañó y como que me entró una depresión porque todas, ABSOLUTAMENTE TODAS las historias que tenía en word se borraron. La conversación fue algo así:

*vuelvo de la escuela pidiendo comida*

Mamá: Hija, tengo que decirte algo.

*me siento en la mesa con cara de susto*

Mamá: Estaba haciendo unas cuentas del banco por internet, entonces me paré de la cama y la computadora se me resbaló.

Yo: ... 

Mamá: Cayó al piso prendida así que el disco duro se dañó.

Yo: ...

Mamá: La están arreglando, pero toda la memoria que había ahí está perdida.

Yo: ...

Yo: ...

Yo: *lloro en una esquina emo y me corto con galletas dulces*


Seh, fue mas o menos así. Entonces, por mi ausencia ¿Que les parece una maratón? Publicaré todos los días hasta el domingo ¿Si? publicaría dos en un mismo día hasta terminar la semana pero también tengo deberes ¿Eh? [Por cierto, si alguien sabe QUE BERENJENAS ES EL CONTEXTO HISTÓRICO SOCIAL DE ANA ISABEL UNA NIÑA DECENTE, por favor díganme :3

PD: Si no piden la maratón no la haré.

Pregunta: ¿Qué creen que esté haciendo Percy ahora? ¿Shippean a Nico con Alan? ¿Se imaginan a Nico tomando té? Yo no :')

El retorno del semidiós [Percico-Pernico] #OppWards2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora