Capítulo 5: No quiero tu falsa compasión.

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Él le dio cinco vueltas al mapa hasta que cobró por fin algo de sentido, no mucho, pero lo suficiente para caminar sin perderse a cada paso.

Su cabello oscuro le cubría el rostro que de vez en cuando quedaba a la vista gracias a uno que otro viento travieso. Era diferente, donde antes habitaba un hermoso color oliva en su piel, ahora no era más que blanco lechoso, se había vuelto pálido, sus ojeras más oscuras, su cuerpo más delgado, y sus ojos perdieron brillo cada día que pasaba. Estar en el infierno le hizo mal, sí. Pero no solo eso, todo lo que había pasado, todo lo que sufrió, desde la muerte de su madre hasta la de su hermana, no fue más que dolor acumulándose en un cuerpo frágil con la mente de porcelana, donde se habrían fisuras día a día formando largas grietas que, en un determinado momento, acabarían por romper en absoluto a la esencia.

Nunca se lo dijo a ningún humano, procuraba no demostrar ni el más mínimo atisbo de emoción, y puede que funcionara porque nadie se dio cuenta. Nadie más que el chico a su lado.

-Eh, Nico ¿Estás bien?-

-¿Mm?- murmuró distraído en sus pensamientos. Alan sonrió cálidamente y volvió a repetir la pregunta.

-¿Estás bien?-

-Sí... excelente- mintió, el hijo de Zeus pareció percatarse de eso porque frenó en seco, haciendo que Nico también parara.

-¿Qué pasa?- inquirió alzando una ceja, Alan soltó una pequeña carcajada ¿Qué nunca dejaba de reír?

-Hagamos un trato. Yo te hago cinco preguntas, tú me las respondes y luego me haces todas las preguntas que quieras y yo te las respondo, con total sinceridad-

La cara de "¿Y a este que le pasa?" de Nico era épica.

-No deseo saber nada sobre ti- repuso serio y siguió andando a donde creía que quedaba el hotel.

-¿Estás seguro? ¿No quieres saber sobre mi pasado?- dijo Alan detrás de él, Nico se detuvo y suspiró sin darse la vuelta.

-No eres tu pasado- y siguió caminando, las palabras dejaron desconcertado a Alan pero se recompuso fácilmente, insistiendo.

-Pero yo quiero saber sobre ti, la razón por la que siempre eres serio y frío con todos. Seguro que no te ha pasado nada tan malo para que...-

-¡Escúchame bien!- interrumpió Nico encarándolo- No me conoces y prefiero que siga siendo así, pero no te atrevas a hablar de mí si no sabes por lo que he pasado. Porque... ¿Quieres que te diga un secreto? Toda mi familia está muerta ¿Y sabes por qué? ¡TENGO MÁS DE OCHENTA PUÑETEROS AÑOS! ¡OCHENTA!-

El silencio dominaba todo el espacio, no se escuchaba más que el jadeo de Nico y la respiración de Alan, que lo miraba anonadado. El ojiazul bajó la cabeza dándose cuenta de su error ¿Por qué tenía que ser tan impulsivo? Esta vez no podía culpar a su ascendencia por eso. Él era completamente responsable. Y ambos lo sabían.

-Lo siento...-

-No lo hagas. No quiero tu falsa compasión-

-Que me preocupe por ti no quiere decir que sea falso- Nico apretó los puños, clavándose las uñas, el dolor físico le ayudaba a controlar su rabia pero aquello era demasiado.

-¿Tienes idea de cuantas personas me han dicho eso? Y todas están muertas o me abandonaron. ¡Entiéndelo de una vez! No soy nadie. No valgo nada... -

-Vales más de lo que crees, Nico-

Silencio.

Solo eso. Ninguno de ellos se movió al escuchar la tercera voz. Un chico en sus castos diecisiete años. El cabello totalmente negro donde, en algún momento, fue decorado con un mechón gris al mostrar tal acto de sacrificio. Su rostro alegre de siempre ahora solo mostraba compasión. Y los ojos que miraban directamente a los otros dos, reflejaban quince secretos más que el mar, con todo su imperioso color.

-Percy- murmuró Nico, relajó sus manos dejando caer un diminuto hilo de sangre por su palma derecha, no se dio la vuelta pero sin embargo supo quién era. Y estaba en lo cierto.

Sintió la mano del chico en su hombro aunque siguió sin moverse. De repente le propuso un golpe en el pecho, con su codo, haciendo que el hijo de Poseidón retrocediera sorprendido. Solo quería ayudar.

Un par de japoneses y turistas voltearon a verlos y se retiraron rápidamente al percibir el aura de Nico. Para nada linda.

-No me toques- repuso Nico caminando hacia delante, tomó de la mano a Alan y se lo llevó con él. No tardaron en desaparecer por la abarrotada ciudad. Tan rápido que no le dio tiempo a Percy para decir lo que quería.

-Nico... Lo vales todo para mí-



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Mmm, lamento no actualizar, daré la misma explicación que en mi otra historia, mi wifi hizo POF y ya no sirve :c le estoy robando el internet a una vecina que nos invitó a comer, tan linda, no sabe cuanto tendrá que pagar después.

Y bueno pos... Ahí tienen el inicio del Percico xD espero que les guste.

Capítulo dedicado a BelonaReyna porque respondió correctamente una pregunta.

Vamos con la de este: ¿Dónde está Lucía? ¿Qué creen que representa la profecía hasta ahora? ¿Por qué Percy está en Japón? (no es para darle duro contra en muro a Nico, fujoshis pervertidas :v)

Dedicación en el próximo cap a quien responda correctamente por lo menos a una pregunta, espero que les guste. Patatas para todos.


El retorno del semidiós [Percico-Pernico] #OppWards2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora