Capítulo 9: Querido Alan (Maratón 3/?)

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"Querido Alan.

Aléjate de todas las personas que no conoces, te pueden secuestrar. Gran lección de vida ¿Eh?

Antes de preocuparse por mí, busquen a Percy, está en problemas, no sé exactamente por qué pero es grave.

Tampoco sé donde estoy, es oscuro, muy oscuro y tengo frío. Si me usan como rehén te lo pido, por nada del mundo vayas a buscarme, es una trampa. Si me hacen daño lograré defenderme.

Estaba volviendo, una mujer rubia vino y me habló de su vida y de un momento a otro estoy aquí. Se hace llamar mi tía, y dice que hasta que sus otros sobrinos no estén con ella no me librará.

Lo admito, tengo un poco de miedo, hace un día que no como nada y la mujer no se presenta. No estoy atada, simplemente no me puedo mover, Dioses, necesito un respiro de todo esto.

Cuídate, lamento si este mensaje llega en algún momento inesperado, pero debía enviarlo antes de no tener fuerza ni para mover los dedos formulando conjuros.

Espera...

Ella ya viene.

-Lucía Deschanel, hija de Hécate.

Alan frunció el rostro enojado, ¿Cómo podía desaparecer y enviarle un mensaje así no más diciendo que la secuestraron? ¡¿Y de paso no quería que la ayudaran?! Golpeó la pared del pasillo logrando que la información se borrara por completo. Nico le había sacado una foto para conservar detalles, aunque seguía aturdido por lo que acababa de pasar.

-Me vale madres lo que sea que diga –dijo Alan.

-¿Disculpa? –Nico se puso una mano en el pecho, ofendido.

-No tú, sombras. Lucía, ¿Qué se cree? Como para pensar que no iré a salvarla...

-Y no irás –declaró el azabache sacando a relucir el lado de su padre –Ella lo pidió estrictamente, así que no lo haremos. Si queremos hacernos los héroes que obviamente no somos, ahora debemos proteger a otra persona –Le lanzó a Alan una tarjeta, con la agilidad de un jugador de póker.

-Percy Jackson.

Nico asintió, habían decidido ir por las escaleras para despistar a la mujer, que perdieron en el piso 5. Suerte que no tenía permitido entrar a las habitaciones de los huéspedes.

Cruzaron las 31 habitaciones de 35 que habían en ese piso, eran enormes, casi no había espacio entre las puertas por lo cual si Percy gritaba se oiría como si estuviese al lado.

Claro, si es que Percy todavía vivía.

Un pensamiento se cruzó por la mente de Nico cuando estaban frente a la puerta 32, no podía entrar y encontrarse a Percy muerto en el suelo o peor, no encontrarlo.

<No quiero perderlo> pensó y apretó los párpados al sentir el nudo en su garganta. Percy fue su primer amor desde que lo conoció y no se fijó en nadie más, con él fue que descubrió su homosexualidad, y él fue quien no lo criticó cuando le dijo que le gustaba.

Por supuesto que había intentado superarlo, pero no pudo. Lo miraba con Annabeth tan contento queriéndola hacer feliz todo el tiempo, y ella tan distante. Quería matarla, abrir la tierra y mandarla al reino de su padre de una vez por todas.

<Te odio, chica> murmuraba cada vez que la veía, no tenía ninguna razón más que los celos... y por eso se detestaba a sí mismo. Se daba asco por ser tan creído para tener celos de algo que nunca fue suyo ni lo será.

Y luego está el tema de Will Solace.

Era hermoso sin dudas, el chico con el que todas sueñan: Rubio, atlético, bronceado, ojos azules, con un gran corazón, pero estaba el inconveniente de que era gay. Claro, inconveniente para ellas. Y se tuvo que fijar exactamente en el chico sombras, el olvidado, el emo, el amado por nadie, el común... ¿Quieres que siga?

A Will le gustaba Nico, y Nico en un momento llegó a amarlo también, pero sin enamorarse, eso lo destrozaba porque al fin encontraba una persona que lo quería de verdad y no podía hacer nada con ella, nunca le dijo "gracias" por los cumplidos y la ayuda que le brindaba. Nunca se acercó a darle un abrazo. Simplemente nunca se atrevió.

No funcionó.

Se quedó completamente solo.

¿O tal vez no?

-Nico... Ven, tienes que verlo –escuchó la voz distante de Alan, lo que le indicó que ya estaba dentro. Nico penetró en la zona y se abrió paso hasta Alan sin fijarse en lo demás.

Llegó al balcón, a tiempo para ver unos ojos turquesa abrirse lentamente a manos de un hechizo.


***

Odio la internet de este país 77

El retorno del semidiós [Percico-Pernico] #OppWards2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora