Capitulo XIV

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Cloe.

 Abrí mis ojos y me encontré mirando una pared blanca, no recuerdo haberme dormido.

¿Dónde estoy? Las imágenes de lo ocurrido las últimas 24 horas me fueron golpeando, fui capturada y salvada por un chico que anteriormente me negó su ayuda, no sé como me encontró pero lo hizo y voy a estar eternamente agradecida con él y sus amigos. 

No tengo muchas fuerzas para levantarme de la cómoda cama en la que estoy acostada así que miro la habitación.

Las paredes son blancas, la cama esta contra la pared al otro lado hay una puerta, no hay fotos, ni nada que parezca personal, hay una ventana que esta semi cerrada, pero igual la luz de sol se filtra e ilumina un poco el piso.

Me pregunto cuanto tiempo llevo dormida... Me levanto sin muchas ganas y camino hacia la ventana, puedo ver el sol en el horizonte, aprovecho para observar el entorno, estoy en una planta alta, las casas vecinas se ven lindas.

La puerta se abre lentamente y me giro rápido a mirar. Seth se queda congelado con la mano en el picaporte, ahora viste unos jeans azules y una remera blanca, su pelo está despeinado y su pircing no esta. 

—Ya despierta...— Me dice y me regala una tímida sonrisa. —Iba a despertarte para que bajes a comer.

—Gracias... ¿Puedo usar el baño?— Pregunte. 

Seth afirma y se corre a un lado para dejarme pasar, me muestra cual es el baño y me dice que me espera en la cocina, en la planta baja. Me voy al baño y escucho sus pisadas a lo lejos. Mi reflejo en el espejo es horrible, tengo ojeras, estoy un poco más pálida de lo normal y mi cabello es un nido de aves. 

Luego de hacer mis necesidades e higienizarme, además de arreglarme un poco, voy a la cocina. Seth estaba terminando de poner la mesa cuando entro, me mira y me hace seña para que me siente en la otra punta de la pequeña mesa. Y eso hago, él comienza a poner distintas comidas en la mesa. 

—No sabía lo que te gustaba, así que cocine algunas cosas de más — Me dice. Se sienta frente a mi y comienza a servirse en su plato, yo hago lo mismo.

—Gracias, no tenías que molestarte...— Me serví algo con salsa, y era riquísimo —Mmm, sabe delicioso, ¡Cocinas increíble!

Él se sonroja. —Bueno, es la primera vez que alguien me lo dice.

—Mientes.

—No, nunca antes cocine para alguien más...

Le sonrió —. Bueno, es rico, muy rico, deberías ser un chef.

—Perdón— suelta. Realmente se ve mal ahora. 

—¿Por qué?

—Cuando me pediste ayuda, te la negué, no sabía. Menos mal que los seguí, esos tipos iban a mandarte a algún lugar para que te maten, los escuche hablando...

—Iban a mandarme a Isla Luna.

—¿Isla Luna?

—Si, mi reino, el General Iwer me quiere matar para quedarse con la corona real y el reino— le explico. 

—¿De verdad crees que eres una princesa?

—No creo, lo soy.

—Nena, no puedo creerte.

—Esta bien.

De alguna manera él silenciosamente con su mirada me llama "mentirosa", ahora mismo no puedo probarle que soy una princesa, no puedo hacerlo sin ponerme en peligro.

Atrapar a la Princesa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora